La lotería laboral deja una lluvia de millones en Azuqueca y Alovera
01/10/2010 - 09:45

Por: DIANA PIZARRO
LOTERÍA DE NAVIDAD
E n Azuqueca están de enhorabuena. Los empleados de las dos sucursales de viajes Marsans, ubicadas en la localidad azudense, también se hicieron, al igual que la agencia capitalina, con el 78.294 y los 300.000 euros correspondientes. En dicha agencia trabajan tres trabajadores y todos ellos tenían un décimo del número premiado. Pero la suerte fue más allá, ya que la trabajadora de la oficina de la carretera de Meco también había comprado el número distribuido desde la central de esta agencia de viajes, el Gordo.
Preguntamos por cuánto había tocado y Ana Belén, una de las empleadas, contestó: Sí nos ha tocado, pero no se, ha tocado lo que dice la tele, estoy muy nerviosa, llama luego que ahora no puedo hablar, decía entre lágrimas y carcajadas.
En dicha agencia trabajan tres trabajadores y todos ellos tenían un décimo del número premiado. Pero la suerte fue más allá, ya que la trabajadora de la oficina de la carretera de Meco también había comprado el número distribuido desde la central de esta agencia de viajes, el Gordo.
Cuando llegamos a la Agencia de mayor tamaño, la de la calle Europa, vimos a los tres trabajadores que continuaban con su labor, asesorando y reservando un viaje para los clientes que allí se encontraban.
El brindis se hizo esperar, ya que en el bar de enfrente de la sucursal no se vendía cava ni sidra, ni ninguna otra bebida chispeante. Mientras se despachaba al último cliente, uno de los trabajadores, Manuel, fue junto a su mujer a comprar al supermercado dos botellas de cava para celebrar la buena nueva.
BAÑO EN BURBUJAS. En la fachada de la agencia, los trabajadores de ambas sucursales, Manolo, Ana Belén, Inés y Sonia, junto con algunos familiares, descorcharon el cava y se bañaron en burbujas de felicidad. ¡Salud! Salud para poder disfrutar del premio porque dinero ya tenemos, brindaba Sonia. La primera de las botellas impregnó de alegría a todos los trabajadores, la calle y la acera donde se ubica la agencia. Nada quedó para poder brindar. Se abrió una segunda botella y todos los allí presentes celebramos la buena noticia. Hasta se fumó dentro del local, a pesar de que está prohibido. Hoy era un día especial y había que celebrarlo por todo lo alto. A la pregunta más esperada de la jornada, sobre lo que tenían pensado hacer con el dinero, todos los trabajadores coincidieron, tapar agujeros, es el propósito principal de estos nuevos agraciados.
¡Fuera hipoteca y un viaje al Caribe ya!, afirma Inés ilusionada. Tengo todavía 15 días de vacaciones, me voy a Disneyland con mis niños, continúa divagando una emocionada Inés. Ana Belén, visiblemente nerviosa, todavía estaba angustiada porque a lo largo de la mañana no había podido hablar con su madre para compartir la alegría. La emoción del momento hacía que se tropezaran unas palabras con otras, pero seguramente, en unos meses, realizará su ansiado viaje por las tierras austríacas.
El décimo premiado de Manolo ya estaba en el banco. Sonia se mostraba temerosa a enseñarlo porque ese décimo permitirá hacer realidad muchos de sus sueños. Sólo pido salud, insistía Sonia, salud para poder disfrutar de esto. A ver qué me apetece...mmm... Argentina, continuaba pensando ilusionada Inés.
Los familiares de estos cuatro premiados también disfrutarán de estos 200 millones de pesetas repartidos en Azuqueca de Henares. Yo ya no preparo cena de Noche Buena, contrato un catering y no me levanto de la mesa, o me voy a un restaurante, pero no voy a estar toda la noche liada, afirmaba la mujer de uno de los premiados.
Los más pequeños también disfrutarán de este Gordo. Los reyes de este año vendrán bien cargados, afirmaban varios de los trabajadores. El saco de Papa Noél estará muy gordo estas Navidades.
Quiero un blindaje del contrato, media jornada de por vida, pedían Sonia y Ana Belén a Manolo, el jefe de estas dos sucursales. El mismo afirmaba que las cosas no cambiarán, 300.000 euros tampoco te dan para quitarte de trabajar así que mañana aquí estaremos, ultimaba Manuel.
LA ILUSIÓN DE LAS PARTICIPACIONES. En Alovera también se estrenó la Navidad con una lluvia de millones, gracias a las participaciones que la Federación de Agroalimentaria de CCOO distribuyó entre los empleados. Fueron cerca de 800 las papeletas de seis euros en las que se jugaban 5,40 que se repartieron entre las instalaciones de Mahou de Madrid y Alovera. Los beneficiarios, que se percataron de la buena noticia en sus puestos de trabajo, recibirán entre 27.000 y 50.000 euros, dependiendo de que contasen con una o dos participaciones. Cerca de 3.500 millones de pesetas en Mahou, gritaba uno de los afortunados que se había trasladado con un grupo de compañeros, también agraciados, a celebrar la lluvia de euros en el restaurante Sierra, de Alovera. No obstante, a pesar del inesperado premio, los ánimos ya estaban más calmados. Ya hemos informado a las familias y a los amigos, y viendo todo lo que hemos prometido, parece que no nos va a quedar para mucho más, explicaba Luis Miguel. Un coche, un viaje a Cancún y terminar de pagar la hipoteca fueron algunas de las propuestas para gastar el pellizco de la Navidad. Yo ya le he prometido un regalo a mi mujer, aunque hasta que no vea el dinero no me lo creeré, señalaba uno de los trabajadores de Mahou.
PREMIADA CASI TODA LA PLANTILLA. En esta fábrica aloverana, prácticamente el 90 por ciento de los 650 empleados contaba con una o dos participaciones del 53152, vendido íntegramente en la administración de Getafe de El Trébol. Llevábamos décimos enteros de esa misma administración de lotería, pero la providencia ha querido que fuesen las participaciones las agraciadas, explicó Julio César mientras reconocía que, a pesar del premio, hemos decidido comer de menú, además, todavía confiamos en que nos invite el restaurante.
La gran celebración, como señalaba el grupo, vendrá cuando cobren el premio. Ahí es cuando tiraremos la casa por la ventana. Junto a ellos también se encontraban compartiendo mesa y mantel otros trabajadores que no habían adquirido participaciones del segundo premio, pero que se habían querido sumar a la alegría del resto. Sólo nos queda comprar décimos del Niño, ya que parece que la suerte nos ha visitado, aunque haya pasado de largo, apuntaba uno de estos compañeros no afortunados.
Para terminar la celebración, los afortunados trabajadores no dudaron en colocar en el centro de la mesa una botella vacía de cerveza Mahou. Nada extraño, teniendo en cuenta que los más de 20 años de experiencia de la mayoría se han visto recompensados con una paga extra, extra, extra...
En dicha agencia trabajan tres trabajadores y todos ellos tenían un décimo del número premiado. Pero la suerte fue más allá, ya que la trabajadora de la oficina de la carretera de Meco también había comprado el número distribuido desde la central de esta agencia de viajes, el Gordo.
Cuando llegamos a la Agencia de mayor tamaño, la de la calle Europa, vimos a los tres trabajadores que continuaban con su labor, asesorando y reservando un viaje para los clientes que allí se encontraban.
El brindis se hizo esperar, ya que en el bar de enfrente de la sucursal no se vendía cava ni sidra, ni ninguna otra bebida chispeante. Mientras se despachaba al último cliente, uno de los trabajadores, Manuel, fue junto a su mujer a comprar al supermercado dos botellas de cava para celebrar la buena nueva.
BAÑO EN BURBUJAS. En la fachada de la agencia, los trabajadores de ambas sucursales, Manolo, Ana Belén, Inés y Sonia, junto con algunos familiares, descorcharon el cava y se bañaron en burbujas de felicidad. ¡Salud! Salud para poder disfrutar del premio porque dinero ya tenemos, brindaba Sonia. La primera de las botellas impregnó de alegría a todos los trabajadores, la calle y la acera donde se ubica la agencia. Nada quedó para poder brindar. Se abrió una segunda botella y todos los allí presentes celebramos la buena noticia. Hasta se fumó dentro del local, a pesar de que está prohibido. Hoy era un día especial y había que celebrarlo por todo lo alto. A la pregunta más esperada de la jornada, sobre lo que tenían pensado hacer con el dinero, todos los trabajadores coincidieron, tapar agujeros, es el propósito principal de estos nuevos agraciados.
¡Fuera hipoteca y un viaje al Caribe ya!, afirma Inés ilusionada. Tengo todavía 15 días de vacaciones, me voy a Disneyland con mis niños, continúa divagando una emocionada Inés. Ana Belén, visiblemente nerviosa, todavía estaba angustiada porque a lo largo de la mañana no había podido hablar con su madre para compartir la alegría. La emoción del momento hacía que se tropezaran unas palabras con otras, pero seguramente, en unos meses, realizará su ansiado viaje por las tierras austríacas.
El décimo premiado de Manolo ya estaba en el banco. Sonia se mostraba temerosa a enseñarlo porque ese décimo permitirá hacer realidad muchos de sus sueños. Sólo pido salud, insistía Sonia, salud para poder disfrutar de esto. A ver qué me apetece...mmm... Argentina, continuaba pensando ilusionada Inés.
Los familiares de estos cuatro premiados también disfrutarán de estos 200 millones de pesetas repartidos en Azuqueca de Henares. Yo ya no preparo cena de Noche Buena, contrato un catering y no me levanto de la mesa, o me voy a un restaurante, pero no voy a estar toda la noche liada, afirmaba la mujer de uno de los premiados.
Los más pequeños también disfrutarán de este Gordo. Los reyes de este año vendrán bien cargados, afirmaban varios de los trabajadores. El saco de Papa Noél estará muy gordo estas Navidades.
Quiero un blindaje del contrato, media jornada de por vida, pedían Sonia y Ana Belén a Manolo, el jefe de estas dos sucursales. El mismo afirmaba que las cosas no cambiarán, 300.000 euros tampoco te dan para quitarte de trabajar así que mañana aquí estaremos, ultimaba Manuel.
LA ILUSIÓN DE LAS PARTICIPACIONES. En Alovera también se estrenó la Navidad con una lluvia de millones, gracias a las participaciones que la Federación de Agroalimentaria de CCOO distribuyó entre los empleados. Fueron cerca de 800 las papeletas de seis euros en las que se jugaban 5,40 que se repartieron entre las instalaciones de Mahou de Madrid y Alovera. Los beneficiarios, que se percataron de la buena noticia en sus puestos de trabajo, recibirán entre 27.000 y 50.000 euros, dependiendo de que contasen con una o dos participaciones. Cerca de 3.500 millones de pesetas en Mahou, gritaba uno de los afortunados que se había trasladado con un grupo de compañeros, también agraciados, a celebrar la lluvia de euros en el restaurante Sierra, de Alovera. No obstante, a pesar del inesperado premio, los ánimos ya estaban más calmados. Ya hemos informado a las familias y a los amigos, y viendo todo lo que hemos prometido, parece que no nos va a quedar para mucho más, explicaba Luis Miguel. Un coche, un viaje a Cancún y terminar de pagar la hipoteca fueron algunas de las propuestas para gastar el pellizco de la Navidad. Yo ya le he prometido un regalo a mi mujer, aunque hasta que no vea el dinero no me lo creeré, señalaba uno de los trabajadores de Mahou.
PREMIADA CASI TODA LA PLANTILLA. En esta fábrica aloverana, prácticamente el 90 por ciento de los 650 empleados contaba con una o dos participaciones del 53152, vendido íntegramente en la administración de Getafe de El Trébol. Llevábamos décimos enteros de esa misma administración de lotería, pero la providencia ha querido que fuesen las participaciones las agraciadas, explicó Julio César mientras reconocía que, a pesar del premio, hemos decidido comer de menú, además, todavía confiamos en que nos invite el restaurante.
La gran celebración, como señalaba el grupo, vendrá cuando cobren el premio. Ahí es cuando tiraremos la casa por la ventana. Junto a ellos también se encontraban compartiendo mesa y mantel otros trabajadores que no habían adquirido participaciones del segundo premio, pero que se habían querido sumar a la alegría del resto. Sólo nos queda comprar décimos del Niño, ya que parece que la suerte nos ha visitado, aunque haya pasado de largo, apuntaba uno de estos compañeros no afortunados.
Para terminar la celebración, los afortunados trabajadores no dudaron en colocar en el centro de la mesa una botella vacía de cerveza Mahou. Nada extraño, teniendo en cuenta que los más de 20 años de experiencia de la mayoría se han visto recompensados con una paga extra, extra, extra...