La lucha contra el maltrato, cosa de todos

Si bien es cierto que la cifra tiene una doble lectura (por un lado puede considerarse un dato positivo que se hayan aumentado las denuncias pero por otro más denuncias pueden ser un síntoma del incremento de las agresiones), lo cierto es que, se lea como se lea, lo realmente importante es hacer balance sobre cómo están influyendo las campañas de concienciación sobre estos actos de violencia. A pesar del trabajo que se viene desarrollando por parte de las administraciones durante los últimos años, este grave problema, que convulsiona la conciencia de cualquier ciudadano sensible no provoca, aún, el rechazo social que acompaña a otras formas de violencia. Para que la lucha contra los malos tratos que padecen las mujeres sea efectiva debe desarrollarse en el espacio de la vida pública, porque se trata de una flagrante violación de los derechos humanos que hay que combatir con toda la fuerza y todos los instrumentos del sistema democrático, impidiendo que día a día se siga practicando esa especie de terror de puertas adentro del hogar por quienes de puertas afuera pretenden aparecer como ciudadanos de intachables conductas. En este aspecto, el Gobierno castellano-manchego se colocó, en 1999, a la cabeza con la puesta en marcha del protocolo de coordinación para la persecución de los malos tratos, el primero que hubo en España y que, ahora, será adaptado a la normativa legal que contra la violencia machista ha ido apareciendo posteriormente. Se trabaja para mejorar la coordinación de los medios, pero no hay que descuidar la concienciación pues la lucha para erradicar el maltrato contra la mujer tiene que ser cosa de todos.