La Media

11/12/2021 - 17:19 Jesús de Andrés

Mil corazones esperan deseosos que este domingo el alcalde dé el pistoletazo de salida a la Media Maratón de Guadalajara, la gran carrera de nuestra ciudad y, con permiso de la San Silvestre azudense, de nuestra provincia.

Mientras espera año tras año a que le concedan el Premio Nobel de Literatura, Murakami, el escritor japonés, sale a correr cada día. Empezó a hacerlo a la vez que comenzó su carrera literaria, siendo el ejercicio físico complemento de la escritura, habiéndole dado ambas actividades idénticas satisfacciones. Para Murakami, correr tiene un componente espiritual, uno se encuentra consigo mismo y con lo más esencial del ser humano. Además, permite un mejor conocimiento del propio cuerpo, generando una simbiosis perfecta entre nuestro organismo y nuestra conciencia. Correr es una metáfora del vivir, una lucha contra las circunstancias, un sacrificio diario en busca de unas metas. Todo aquel que se ha calzado unas zapatillas y ha salido a correr lo sabe: es la mejor terapia contra el estrés, la más barata, la más fácil de ajustar a nuestras posibilidades, se midan estas en tiempo, recursos económicos o desplazamientos de lugar, es el mejor calmante natural, un adelgazante sin contraindicaciones, la forma más rápida y eficaz de ponerse en forma. 

Mil corazones esperan deseosos que este domingo el alcalde dé el pistoletazo de salida a la Media Maratón de Guadalajara, la gran carrera de nuestra ciudad y, con permiso de la San Silvestre azudense, de nuestra provincia. Poco importan el frío, la lluvia o la nieve, las cuestas arriba o el viento de cara. Cada uno de sus mil participantes correrá orgulloso de su esfuerzo, contento por recorrer las calles de su ciudad, con la satisfacción que dan los retos personales. Desde hace semanas es habitual encontrar a corredores que entrenan en el circuito de la Media. Hace años que las ciudades y pueblos se llenaron de gente que corre a todas horas, que se pone ropa de deporte y se echa a la calle. Da igual la edad, poco importa si se hace por perder unos kilos, mejorar la salud o preparar una maratón. Hay quien corre solo, cual lobos solitarios, otros lo hacen en grupo: cualquier excusa es buena para modelar el cuerpo o huir de la vida sedentaria. Nadie les persigue, nadie les obliga, sencillamente corren. Y quienes participen en la Media lo harán con la alegría que dan los encuentros colectivos y el orgullo de hacerlo en casa.

Correr es duro, muy duro, es un sufrimiento voluntario que tiene su recompensa, de ahí la metáfora de la vida. Salir a correr genera un conflicto entre la dureza del esfuerzo y el bienestar posterior que genera. Se sufre, pero la gratificación merece la pena. El mundo se divide entre quienes corren por pasión y quienes nunca lo han hecho. La tribu de los corredores estará al completo este domingo con la imagen de Aritmendi ganando el Cross de las Naciones en sus camisetas, esperando con nervios y emoción la salida, unida para llegar a la meta.