La memoria de la grandes ciudades se hace arte en Cifuentes gracias a un exclusivo proyecto educativo
Los mejores estudiantes de todo el mundo trabajan en el taller de escultura de Juan Garaizabal, desde el silo municipal.
Cifuentes, la localidad de las cien fuentes, donde el Infante don Juan Manuel tenía su refugio fortaleza para escribir El Conde Lucanor y se levantaron monumentos arquitectónicos con la iglesia del Salvador o el hospital El Remedio, continua siendo lugar de inspiración para artistas, jóvenes y ya consolidados. El escultor de la memoria urbana, Juan Garaizabal, tutela un taller de escultura en el silo municipal, con alumnos de universidades de todo el mundo en un ejercicio valiente de llevar el arte contemporáneo al medio rural.
Con taller permanente en Shangai y estudio en Berlín y Madrid, Juan Garaizabal se embarcaba, hace justo un año en una nueva aventura, esta vez alejado de las grandes urbes. Cifuentes se ha convertido en su lugar de desconexión con el ‘ruido’ y de conexión con su arte contemporáneo, que intenta transmitir a los mejores estudiantes de todo el mundo.
Desde el silo de Cifuentes recuperan elementos significativos de las ciudades, llenando vacíos de memorias extraordinarias y generando debate sobre el urbanismo, la historia y el papel del arte contemporáneo.