La Mierla homenajea al primer bebé que nace en el pueblo en 44 años

22/09/2010 - 00:00

alt Luna Nuevo Alonso, con tan sólo seis meses se ha convertido en la vecina más famosa de La Mierla. Su nacimiento ha llenado de alegría, no sólo a su familia, sino también a todo el pueblo porque es el primer bebé que nace en el pueblo en 44 años. El alumbramiento tuvo lugar el 24 marzo y de forma natura.
Un nacimiento siempre es motivo de alegría y si se trata del primero en un pueblo pequeño, con apenas 25 vecinos censados y después de 44 años, más todavía. Por eso, en La Mierla, el pasado día 11 se celebró una gran fiesta. El motivo no era otro que dar la bienvenida a su nueva vecina, Luna Nuevo Alonso, que nació el 24 de marzo. Es el primer bebé que nace en el pueblo en 44 años y, de forma literal, puesto que sus papás, Cristina y David, quisieron que Luna naciera en el pueblo. Fue un parto natural, en el que la mamá estuvo asistida por la comadrona Mercedes Serrano. Allí, en La Mierla, vino al mundo Luna Nuevo Alonso, para llenar de felicidad a este pueblo. Con Luna, ya son dos los niños que residen habitualmente en él, no hay que olvidar a Cristian, que tiene diez años. Por todo ello, el Ayuntamiento, animado también por los vecinos, decidió rendir un homenaje a la pequeña Luna. En un salón de plenos abarrotado, Luna recibió una placa con motivo de ese nacimiento y un cuadro en el que venía reflejada una copia de la hoja del registro, además de un bonito peluche. Más cien personas se congregaron para este feliz acontecimiento, que tuvo su momento más emotivo cuando su abuelo paterno, Jesús Alonso, recitó una poesía que él mismo había escrito esta mañana. Fue toda una sorpresa. Seguidamente, todos los asistentes disfrutaron de un aperitivo al aire libre. Cristina y David ubicaron su residencia en La Mierla hace apenas un año, ambos son retenes forestales y mantienen lazos con la localidad. La madre de Cristina, Milagros, es natural de La Mierla y el padre de David, Jesús, de la vecina Puebla de Valles. Coincidencias de la vida, el padre de Cristina, Paulino–ya fallecido– y la madre de David, eran de Salamanca. La muerte del padre de Cristina en el pueblo hizo que la pareja tomará la decisión de instalarse allí, una vida que terminó allí, la de Paulino, y otra que recién comienza, la de su nieta Luna a la que le hubiera encantado conocer.