La Movida Alcarreña


Tarde de viernes. Aquí el menda anda de paseo por el centro de Guadatown. Es noviembre y pilla un día de esos un poco tolays.  El caso es que cuando ya pensaba que el siguiente destino era mi casa escuché un murmullo que salía del Mercado de Abastos, que hoy llaman MEDARDE y me dije: “¿Qué venden a estas horas?”. 

Tarde de viernes. Aquí el menda anda de paseo por el centro de Guadatown pero el día no está muy legal. Es noviembre y pilla un día de esos un poco tolays.  Vamos, que no mola nada para darse un voltio disfutando de la panorámica. Aparte de lo meteorológico uno sí que anda al loro gipiando al personal y se da cuenta de esta Guada ha cambiado mogollón. La calle Mayor tiene movimiento y la peña va de arriba a abajo en no poco número, pero se paran poco. Con un poco de suerte van en parejas, de charla bipolar en su burbuja biplaza, cuando no solipaldis con los orejulares puestos y el móvil  captando toda su atención. Además la ciudad ha crecido y la fauna ya en buena parte viene de variopintas selvas. No es de extrañar que cuando se ve una cara conocida se le ilumine a uno el careto y las ganas de saludar. Acostumbrado a no andar más de veinte metros sin ver a un colega o un vecino y pararse a interrogarse mutuamente, esta sociedad de desconocidos me desubica.

El caso es que cuando ya pensaba que el siguiente destino era mi casa escuché un murmullo que salía del Mercado de Abastos, que hoy llaman MEDARDE y me dije: “¿Qué venden a estas horas?”, así que pasé a ver que era ( No me pasa nada. Escribo como hablábamos en los 80)

Nada más entrar comencé a ver gente conocida toda junta, cosa rarísima. Alguien exclamó con el tono  alegre y algo elevado, “¡ anda, el Chiqui Valero!, ¿ qué pasa tronco? Eso me gustó. Alguien que hablaba en mi idioma sin anglicismos ni “loles”, ni “basadísimos” ni moderneces. Mi respuesta  fue apropiada, claro: “ Pues ya ves, aquí andamos. ¿ Qué es esto?”. “Pues nada”, me dijo, “ que han montado una expo sobre la movida de los 80 y por aquí y no falta nadie.”

Y así era, de pronto desaparecieron de mi cuerpo casi cuarenta años porque me vi inmerso en plena década ochentera viendo fotos de mis grupos de siempre, de mi gente, comics, recuerdos de garitos, de conciertos… Y además por allí estaban muchos de los protagonistas que llenábamos los tropecientos bares, discobares, discotecas o plazas donde alguno estuviese dando la murga para el deleite de una marabunta de gente con ganas de divertirse, sin más complicaciones que las que da la vida, pero con el entusiasmo del que tiene todo por hacer y ganas de hacerlo.

Estaba sorprendido y encantado porque de pronto me dí cuenta de que Guadalajara no había sido esa ciudad provinciana y aburrida que tanto se comenta; más bien lo contrario. Y alguien quiso reivindicar una etapa que no sólo se nutría de Madrid en lo creativo y lo lúdico.

Una asociación Cultural, Quadrophenia, cuyas cabezas visibles son Darío Bueno y Nacho Ruperez se puso manos a la obra con una idea nacida, como casi todas las buenas ideas, en un bar. Siendo más jóvenes estaban sorprendidos de que durante más de diez años, yo diría que casi veinte, decenas de bandas musicales, garitos, artistas varios y sobre todo marcha de gente sin complejos hubieran conseguido mover a esta ciudad, que antes si destacaba por algo era por su sobriedad. 

Encendida la mecha y reavivada la llama por algunos de los protagonistas de la época como Tuto, Quique Peinado o Jose de Lucas, que es el archivo con patas de esta época y quien no dudó ni un poco en aportar desde anécdotas a posters, discos, nombres para poner en marcha una actividad que en principio creían iba a ser para minorías pero que sorprendentemente convocó a centenares de personas con ganas de revivir sus años “finos”.

Sin pausa elaboraron un proyecto que incluía desde charlas coloquio a conciertos, además de la exposición pertinente repleta de imágenes, afiches de conciertos, entradas, posavasos de los garitos de moda con una respuesta que está siendo masiva. La tarea era compleja pero comenzaron a sumar apoyos que se encargarían de captar a músicos, buscar el espacio donde hacerlo y la pasta, que todo cuesta. El Ayuntamiento ha puesto de su parte y ha cubierto algunas necesidades básicas como es la cesión del espacio. Y aunque no todo quedó cubierto sí que ha habido suficiente para completar una experiencia realmente enriquecedora. La buena disposición de la mayoría hizo que se comenzase rindiendo tributo a los pioneros, gentes que ya hacían lo que podían en los 60 y 70 y podemos ver a formaciones como Vampiros o Sensación 4, y lo que es mejor en persona a sus protagonistas que no quisieron perderse este evento. Incluso Rock 70’s compuesto por músicos de Escarcha y Sensación 4, entre otros, dieron su conciertillo. Lo siguiente fue la reunión tras años de bandas como Ritual, que recuperan su repertorio o Asunto Tornasol que consiguió reunir a todos los componentes tras décadas de ir cada uno a su bola. 

En las mesas disjockeys, propietarios de bares de moda, personajes emblemáticos, todos hablando de una época y una generación que tuvo mucho que ver en la modernización de una Guadalajara que no estaba quieta, que tenía Movida y “muy movida” 

Un programa bien completito que pueden ver en la revista Tragaluz, en los afiches publicados y en redes sociales.

Y la cosa sigue hasta finales, así que aún tienen tiempo de comprobar que Guada y su provincia no eran “un muermo”, más bien los que lo vivimos lo pasamos Dabuten en nuestra MOVIDA ALCARREÑA.

En fin, ha  sido una visión personal, con ese vocabulario de antaño y un repaso un poco por encima de lo habido, pero habrá más aunque mi recomendación es que no dejen de pasar por el MEDARDE.