La Movida Alcarreña
Homenaje a una etapa imprescindible.
Quizás haya quien piense que desarrollar un evento durante mes y medio es más que suficiente para conocer todo de una etapa en la vida de Guadalajara que abarcó una década con algún año añadido por delante y casi otra década por detrás, pero lo cierto es que pese a ser una ciudad pequeña de esas que llaman provincianas y con poco movimiento, nos damos cuenta de que se nos queda corta. Y es que la década ochentera fue un fenómeno social en la vida de España que transformó todo y a todos. Guadalajara no fue ajena y pese a sus limitaciones y hándicap hemos podido comprobar que aquéllo de “ciudad muerta, aburrida, introvertida” era más una etiqueta que una realidad. LA MOVIDA ALCARREÑA no tuvo los brillos ni el eco de otras “hermanas mayores” como la madrileña, la gallega, la catalana o la vasca pero tuvo su aquél y sin demasiado ruido pero con muchas nueces hizo vibrar a una juventud que tenía ganas, ideas, ilusiones y sobre todo la necesidad de vivir esa libertad plena ya asentada tras unos primeros años de democracia un poco revueltos que se calmaron tras el susto del Golpe del “¡Se sienten, coño! en el 81.
El Mercado de Abastos ( MEDARDE) ha servido como lugar de encuentro de los recuerdos y de muchos de los protagonistas que los hicieron posible, de un tiempo muy fértil en lo creativo. Una etapa que estuvo repleta de actividades en todos los campos, y no iba a ser menos el cultural. La vieja Arriaca ya había mostrado su predilección por lo teatral varias décadas antes y los grupos artísticos ya se reunían para sus representaciones en grupos como Antorcha. También en el cine, aunque en menor medida y esencialmente vinculados a los “teatreros”.
En lo musical lo normal era incorporarse a alguna ronda en algún pueblo, que de ellas siempre hubo, para cantarse las coplas de las comarcas guadalajareñas o de la propia Guadalajara en torno a las fiestas o las Navidades. Con la ligera apertura sesentera los jóvenes tomaban ejemplo de lo que llegaba del “más allá”, ya fuese de Madrid y la geografía patria o del extranjero y comenzaron a crear grupos que llevaban sus músicas a pueblos y barrios capitalinos. Eran los “PIONEROS” que estrenaban los primeros instrumentos eléctricos; incluso algunos se fabricaban en casa. En la exposición no faltó su homenaje ni tampoco su música pues algunos casi de la edad de Mick Jagger subieron al escenario y dieron fe de que los viejos rockeros nunca mueren. 70’S Rock (no se si por su edad, por su década o por ambas cosas) fueron los indicados para alegrar al personal. Eso sí, estos pioneros interpretaban pero por lo general no hacían música propia.
Interesante introducción la de explicar que no todo surge por “ensalmo” y que de los anteriores metieron la afición a los siguientes. De aquéllos Vampiros, Sensación 4, Escarcha o Azimut entre muchos otros vino la afición de los hermanos pequeños y niños que veían sus escasos y muchas veces precarios conciertos. Alguno de sus componentes, los más jóvenes, fueron los verdaderos impulsores de los siguientes. Pedro Antonio Díaz y J.L.Ambite cruzando “La frontera” y grabando con Los Secretos y Pistones respectivamente demostraron que se podía cruzar la linde y hacer música con éxito y con identidad propia.
A partir de aquí, más o menos 1979, fueron chavalines de Salesianos o de grupos en torno a Iglesias pues muchas bandas nacieron poniendo música a las misas, empezaron a agruparse y a querer tocar. Al principio interpretando música ajena para ganarse unas perrillas en las fiestas para pagarse los equipos y la juerga además de ligar, que no eran malos alicientes, pero esencialmente para poder desarrollar su creatividad que poco a poco se mostró en bandas de todo tipo y pelaje.
Precisamente es 1979 cuando arranca lo principal en este evento puesto que los organizadores, Darío Bueno y Nacho Ruperez, cabezas visibles de Quadrophenia toman la idea de algunos de esos protagonistas cuando recordaban en un bar sus aventuras. Ellos son más jóvenes y vivieron como niños los conciertos de estas bandas. Darío cuenta que era uno de ellos escuchando a Loza en Baides. Nacho en Guadalajara conocía la movida de Igual modo y Celia Luego, periodista y encargada de comunicación del evento tenía a un pionero en la familia.
La decisión de organizar tal “movida” no era un asunto baladí. Ellos solos no podrían sin rodearse de buena gente, así que comenzaron a mover hilos y encontraron a Javier Barba y Celia para poco después contactar con Jose de Lucas, uno de los protagonistas más activos, componente de varias bandas, familia de otros músicos y entregado a la Movida de Guada que no solo aportó buena parte del contenido de la exposición, además actuando con Scooters y Estudio 80 en el cierre y como comisario del evento.
No ha sido nada fácil porque organizar todo ha sido complicado, ha costado, desde unir las piezas a encontrar financiación pero el éxito ha paliado los sinsabores. Desde el primer día la respuesta ha sido sobresaliente y una cita tras otra la presencia de público ha sido más que notable.
Darío afirma: “Se me saltaban las lágrimas viendo el público y la buena aceptación. Desde los propios protagonistas, periodistas y público en general todo han sido felicitaciones. La colaboración de los participantes en las actividades ha sido voluntaria y masiva. Desde ponentes a músicos o Dj’s todos han querido estar. Y salvo los detalles en forma de vino español los costes se han limitado a lo técnico y los lógicos en una organización de tal volumen. Costes por otra parte ayudados a sufragar por el Ayuntamiento de Guadalajara y empresas privadas”
Celia Luengo entiende que “tal respuesta es la consecuencia de las ganas de Guadalajara por reivindicarse, de reconocerse. “Tomar conciencia de lo que fueron y de lo que realmente hay en Guadalajara que es gente de calidad y con ideas”. Finalmente sentencia: “La historia de los 80 fue maravillosa y La movida alcarreña ha sido su reflejo. La de la actualidad tendrá la suya aunque aún no esté escrita. Lo nuestro fue un privilegio y esperemos que a ellos les vaya mejor. Lo importante es que haya apoyos, que las instituciones y la gente apoyen porque si la hay todo es posible”
Doce conciertos, tres mesas redondas, decenas de músicos y artistas varios y público que se cuenta por miles a lo largo de todo el evento, el resultado no puede ser más positivo. Después de cierre tras el último “tardeo”, los dj’s y Estudio 80 en el escenario quieren descansar, pero no sin la satisfacción de haber hecho algo muy bueno y el pensamiento de “tal vez el año que viene...”