La oposición a Musharraf gana las parlamentarias en Pakistán
01/10/2010 - 09:45
Las elecciones parlamentarias en Pakistán, celebradas ayer, dieron la victoria a las formaciones de la oposición, en detrimento de la Liga Musulmana-Q, principal apoyo del presidente, Pervez Musharraf.
Para este partido, los "comicios fueron libres y justos", con lo que ahora queda por ver el escenario de alianzas que se conforma, en el que incluso podría tener presencia la Liga Musulmana-Q.
En este sentido, el ex primer ministro Nawaz Sharif instó a la oposición a unirse para "decir adiós a la dictadura", algo por lo que también apostó el ex marido de Bhutto, Asif Ali Zardari.
El principal ganador de los comicios fue el Partido Popular de Pakistán (PPP), anteriormente liderado por la ex primera ministra Benazir Bhutto, cuyo asesinato el 27 de diciembre motivó el aplazamiento de las elecciones, inicialmente fijadas para principios de enero. Esta formación obtuvo unos 85 escaños en el Parlamento, por delante de la de Sharif, la Liga Musulmana-N (anti Musharraf), que logró 65. De esta forma, entre los dos sumaron gran parte de los asientos de la Asamblea, dejando a la Liga Musulmana-Q (pro Musharraf) alrededor de unos 37 diputados. El resto de escaños se repartieron entre otras formaciones minoritarias, según los primeros datos de la Comisión Electoral no oficiales que motivaron la salida a la calle de miles de ciudadanos satisfechos con las primeros datos conocidos.
El portavoz del principal partido partidario de Musharraf, Tariq Azeem, reconoció oficialmente la "derrota", puesto que ése es el "espíritu básico de la democracia", tal y como expresó en declaraciones a la cadena 'Al Jazeera' recogidas por otr/press. "Creemos que las elecciones fueron libres y justas y todo el mundo debe aceptar la decisión por el bien de Pakistán", agregó. Por su parte, el líder de esta formación, Chaudry Shujaar Hussain, indicó que a partir de ahora se sentarán "en los bancos de la oposición".
La jornada electoral transcurrió en Pakistán con tensión, incluidos al menos 24 muertos, la mayoría en la región de Punjab, y una relativa baja participación. En concreto, alrededor de un 42% de los ciudadanos acudieron a depositar su voto, obviando en algunos lugares conflictivos el riesgo de atentados, que había obligado a las autoridades a desplegar un férreo control policial y militar.
Musharraf manifestó en varias ocasiones que aceptaría la decisión de este electorado y que trabajaría con el Gobierno saliente de estos comicios. No en vano, ya se preveía la derrota de su entorno arrastrado por la creciente impopularidad del presidente, y el descontento por la inflación, la escasez de alimentos y los cortes de electricidad.
Desde la Liga Musulmana-Q, apenas se conocieron los resultados se tendió la mano a otras formaciones e incluso no se descartó una coalición. En este sentido, Sharif se refirió al "veredicto" del pueblo para lanzar un llamamiento a "todas las fuerzas democráticas". Musharraf "decía que cuando el pueblo no le quisiera, se iría", señaló, "hoy el pueblo ha dicho que quiere". Así, "invito a todos a que se sienten juntos y libren a Pakistán de la dictadura, se sienten juntos y digan adiós a la dictadura para siempre", aseveró. Horas después, el marido de Bhutto, Asif Ali Zardari, recogió el testigo y aseguró que el PPP intentará formar un gobierno de unidad nacional con la formación política de Sharif.
Por otra parte, el primer ministro derrocado por Musharraf en 1999, cuya candidatura personal fue vetada, reclamó la reinstauración en su cargo de los jueces destituidos por el presidente antes de que pudiesen anular su reelección en octubre y la anulación de todas las acciones adoptadas por Musharraf cuando impuso durante seis semanas el estado de excepción.
Legitimidad electoral
El equipo de senadores estadounidenses que actuaron de observadores aseguró ayer que las elecciones fueron creíbles y legítimas, y consideró que la mayoría moderada del pueblo expresó su voluntad y deseo de cambio. Refiriéndose a la violencia, el senador John Kerry señaló que las elecciones no fueron perfectas. "Pero (...) al final, aquellos que salieron y votaron, y el proceso que tuvo lugar dieron como resultado unas elecciones que cumplen los niveles básicos de credibilidad y de legitimidad a los ojos del pueblo paquistaní, lo cual es fundamental, pero también a los ojos de los observadores", afirmó. Kerry controló las votaciones junto a los senadores Joseph Biden, jefe del comité del relaciones internacionales del Senado norteamericano, y Chuck Hagel. Por su parte, Biden declaró que aunque él esperaba que iba a haber quejas, han sido unas elecciones creíbles.
En este sentido, el ex primer ministro Nawaz Sharif instó a la oposición a unirse para "decir adiós a la dictadura", algo por lo que también apostó el ex marido de Bhutto, Asif Ali Zardari.
El principal ganador de los comicios fue el Partido Popular de Pakistán (PPP), anteriormente liderado por la ex primera ministra Benazir Bhutto, cuyo asesinato el 27 de diciembre motivó el aplazamiento de las elecciones, inicialmente fijadas para principios de enero. Esta formación obtuvo unos 85 escaños en el Parlamento, por delante de la de Sharif, la Liga Musulmana-N (anti Musharraf), que logró 65. De esta forma, entre los dos sumaron gran parte de los asientos de la Asamblea, dejando a la Liga Musulmana-Q (pro Musharraf) alrededor de unos 37 diputados. El resto de escaños se repartieron entre otras formaciones minoritarias, según los primeros datos de la Comisión Electoral no oficiales que motivaron la salida a la calle de miles de ciudadanos satisfechos con las primeros datos conocidos.
El portavoz del principal partido partidario de Musharraf, Tariq Azeem, reconoció oficialmente la "derrota", puesto que ése es el "espíritu básico de la democracia", tal y como expresó en declaraciones a la cadena 'Al Jazeera' recogidas por otr/press. "Creemos que las elecciones fueron libres y justas y todo el mundo debe aceptar la decisión por el bien de Pakistán", agregó. Por su parte, el líder de esta formación, Chaudry Shujaar Hussain, indicó que a partir de ahora se sentarán "en los bancos de la oposición".
La jornada electoral transcurrió en Pakistán con tensión, incluidos al menos 24 muertos, la mayoría en la región de Punjab, y una relativa baja participación. En concreto, alrededor de un 42% de los ciudadanos acudieron a depositar su voto, obviando en algunos lugares conflictivos el riesgo de atentados, que había obligado a las autoridades a desplegar un férreo control policial y militar.
Musharraf manifestó en varias ocasiones que aceptaría la decisión de este electorado y que trabajaría con el Gobierno saliente de estos comicios. No en vano, ya se preveía la derrota de su entorno arrastrado por la creciente impopularidad del presidente, y el descontento por la inflación, la escasez de alimentos y los cortes de electricidad.
Desde la Liga Musulmana-Q, apenas se conocieron los resultados se tendió la mano a otras formaciones e incluso no se descartó una coalición. En este sentido, Sharif se refirió al "veredicto" del pueblo para lanzar un llamamiento a "todas las fuerzas democráticas". Musharraf "decía que cuando el pueblo no le quisiera, se iría", señaló, "hoy el pueblo ha dicho que quiere". Así, "invito a todos a que se sienten juntos y libren a Pakistán de la dictadura, se sienten juntos y digan adiós a la dictadura para siempre", aseveró. Horas después, el marido de Bhutto, Asif Ali Zardari, recogió el testigo y aseguró que el PPP intentará formar un gobierno de unidad nacional con la formación política de Sharif.
Por otra parte, el primer ministro derrocado por Musharraf en 1999, cuya candidatura personal fue vetada, reclamó la reinstauración en su cargo de los jueces destituidos por el presidente antes de que pudiesen anular su reelección en octubre y la anulación de todas las acciones adoptadas por Musharraf cuando impuso durante seis semanas el estado de excepción.
Legitimidad electoral
El equipo de senadores estadounidenses que actuaron de observadores aseguró ayer que las elecciones fueron creíbles y legítimas, y consideró que la mayoría moderada del pueblo expresó su voluntad y deseo de cambio. Refiriéndose a la violencia, el senador John Kerry señaló que las elecciones no fueron perfectas. "Pero (...) al final, aquellos que salieron y votaron, y el proceso que tuvo lugar dieron como resultado unas elecciones que cumplen los niveles básicos de credibilidad y de legitimidad a los ojos del pueblo paquistaní, lo cual es fundamental, pero también a los ojos de los observadores", afirmó. Kerry controló las votaciones junto a los senadores Joseph Biden, jefe del comité del relaciones internacionales del Senado norteamericano, y Chuck Hagel. Por su parte, Biden declaró que aunque él esperaba que iba a haber quejas, han sido unas elecciones creíbles.