La parroquia El Salvador se queda pequeña el día de su inauguración

22/09/2013 - 13:49 M.Pérez

 
El obispo de la Diócesis de Sigüenza-Guadalajara, Atilano Rodríguez presidió esta mañana la misa de inauguración del nuevo templo capitalino, que acogerá a la comunidad parroquial de Aguas Vivas. La parroquia de El Salvador se llenó por completo en esta nueva etapa, después de que hayan comenzado la segunda fase de sus obras.  
Numerosas personas tuvieron que quedarse a las afueras del templo para seguir la ceremonia de inauguración 
La pecualiaridad de esta parroquia es que han sido los propios fieles los que han ayudado, con sus aportaciones y trabajo, a que sea una realidad, juntos con la colaboración también de la Diócesis, Ayuntamiento y otras instituciones. Con una ceremonía sencilla, pero llena de simbolismo, don Atilano bendijo el edificio y los vecinos del barrio, se sintieron por primera vez, como parroquianos de su parroquia, como así lo expresaron antes de la eucaristía. En ella, el párroco, Jesús Mercado, 'alma mater' de este proyecto e impulsor de numerosas campañas para recaudar fondos y levantar desde los cimientos la ya parroquia diocesana de El Salvador, estuvo acompañado por una docena de sacerdotes, cuatro monaguillos, los arquitectos y constructores del templo y todos sus feligreses, así como numerosas autoridades locales, provinciales y regionales. Tal y como expresó don Atilano, "hoy es un día de alegría, de agradecimiento y de renovación de la fe". El obispo aludió a que es una alegría "poder acudir a la casa del Señor", gracias al trabajo y el esfuerzo económico de todos los que han "colaborado" en el levantamiento del templo y que han llevado a que los fieles ya tengan un lugar en el que "Jesús les proteja y puedan sentirse cerca de Él".  
Muchas personas tuvieron que seguir la eucaristía desde las afueras del templo, dada la multitud de personas que se acercaron para vivir este momento "tan importante para la Iglesia Diocesana", tal y como expresó el obispo. Previsores de que esto podía ocurrir, se colocaron unos altavoces y algunas sillas en la plazoleta de la entrada.