La Pecera celebra su 25º aniversario con una exposición fotográfica
01/10/2010 - 09:45
Por: BEATRIZ PARIENTE
La Consejera de Educación visitó ayer el aula hospitalaria
El aula escolar hospitalaria de La Pecera comenzó su andadura en el curso 1983/1984 como un recurso para garantizar la continuidad de la formación académica de niños y adolescentes entre tres y 18 años aportando, como ingrediente adicional, otros aspectos lúdicos para hacer la hospitalización de sus escolares más amena.
Para conmemorar su 25 aniversario, la consejera de Educación y Ciencia, María Ángeles García, visitó ayer sus instalaciones y la exposición fotográfica que exhibe algunos momentos de la historia de este recurso educativo, pero también sanitario. Durante 25 años, La Pecera ha formado a cerca de 8.000 alumnos que, además, han recibido la visita de otros centros educativos, cuentacuentos, artistas, deportistas, bomberos
En su historia resultan especialmente llamativas las fiestas de Navidad que cuentan, desde 1997/1998, con la participación de los alumnos de 4º de Medicina y sus ingeniosos espectáculos navideños.
La consejera de Educación y Ciencia ensalzó labor que desempeñan los docentes de las aulas hospitalarias que, junto al personal sanitario, hacen posible con su coordinación y esfuerzo este proyecto tan importante y necesario para los alumnos enfermos. Por su parte, el director gerente del Sescam, Juan Alfonso Ruiz Molina, señaló que los objetivos de estas aulas son uno estrictamente académico y otro que es el de minimizar el impacto que la hospitalización supone a los niños.
Por sus pupitres han pasado miles de niños, muchos de ellos reporteros improvisados de la revista de La Pecera, en la que han dejado su huella en forma de dedicatorias, relatos o mensajes de ánimo a los escolares que llegarán tras su alta médica.
Bodas de plata para un gran servicio
Hace 25 años, el Hospital habilitó una aula en la planta de Pediatría con la intención de que los niños ingresados continuarán allí sus clases de forma normalizada a pesar de la hospitalización. Además, en los casos de que los niños no puedan desplazarse hasta ella, el profesor se encargaba de visitar su habitación para encargarse de su formación. Posteriormente, cuando los niños son dados de alta, el trabajo formativo continúa en sus domicilios, durante el periodo de convalecencia a través del proyecto denominado Aula en Casa. En este caso, la Consejería de Educación y Ciencia dota de un ordenador a los niños y se les conecta con su centro de procedencia. En este sentido, la consejera ha explicado que su Consejería está trabajando para mejorar el sistema sustituyendo la línea ADSL por un módem USB que no precisa instalación de línea y permite mayor velocidad de conexión a Internet. Además, los profesores ofrecen a los niños tareas adecuadas a su nivel de enseñanza, ya sea en Primaria o en Secundaria. Para conocer cuáles son las necesidades de los alumnos de La Pecera, sus profesores mantienen un contacto directo con familiares y centros educativos.
Para combatir la convalecencia en una cama hospitalaria no existe fórmula mejor que un compañero de fatigas, un profesor que imparta lecciones o que proponga juegos con los que olvidar que no se está en casa. De hecho, uno de los propósitos de La Pecera es hacer sentir a los niños ingresados como en su propia casa, ofreciéndoles un entorno lúdico en el que realizar tareas, aprender nuevas cosas e, incluso, hacer amigos entre los compañeros de clase.
La consejera de Educación y Ciencia ensalzó labor que desempeñan los docentes de las aulas hospitalarias que, junto al personal sanitario, hacen posible con su coordinación y esfuerzo este proyecto tan importante y necesario para los alumnos enfermos. Por su parte, el director gerente del Sescam, Juan Alfonso Ruiz Molina, señaló que los objetivos de estas aulas son uno estrictamente académico y otro que es el de minimizar el impacto que la hospitalización supone a los niños.
Por sus pupitres han pasado miles de niños, muchos de ellos reporteros improvisados de la revista de La Pecera, en la que han dejado su huella en forma de dedicatorias, relatos o mensajes de ánimo a los escolares que llegarán tras su alta médica.
Bodas de plata para un gran servicio
Hace 25 años, el Hospital habilitó una aula en la planta de Pediatría con la intención de que los niños ingresados continuarán allí sus clases de forma normalizada a pesar de la hospitalización. Además, en los casos de que los niños no puedan desplazarse hasta ella, el profesor se encargaba de visitar su habitación para encargarse de su formación. Posteriormente, cuando los niños son dados de alta, el trabajo formativo continúa en sus domicilios, durante el periodo de convalecencia a través del proyecto denominado Aula en Casa. En este caso, la Consejería de Educación y Ciencia dota de un ordenador a los niños y se les conecta con su centro de procedencia. En este sentido, la consejera ha explicado que su Consejería está trabajando para mejorar el sistema sustituyendo la línea ADSL por un módem USB que no precisa instalación de línea y permite mayor velocidad de conexión a Internet. Además, los profesores ofrecen a los niños tareas adecuadas a su nivel de enseñanza, ya sea en Primaria o en Secundaria. Para conocer cuáles son las necesidades de los alumnos de La Pecera, sus profesores mantienen un contacto directo con familiares y centros educativos.
Para combatir la convalecencia en una cama hospitalaria no existe fórmula mejor que un compañero de fatigas, un profesor que imparta lecciones o que proponga juegos con los que olvidar que no se está en casa. De hecho, uno de los propósitos de La Pecera es hacer sentir a los niños ingresados como en su propia casa, ofreciéndoles un entorno lúdico en el que realizar tareas, aprender nuevas cosas e, incluso, hacer amigos entre los compañeros de clase.