La plaza Mayor retorna al año 1907 entre vals y tangos
01/10/2010 - 09:45
Por: BEATRIZ PARIENTE
Aunque el sonido de algún móvil rompió el hechizo, la plaza Mayor parecía ayer una plaza de hace un siglo. Aproximadamente 400 personas se empeñaron en que así fuera vistiéndose con trajes de la época y bailando al compás de pasodobles, valses, chotis, tangos y habaneras, como los que bailaron nuestros abuelos y tatarabuelos cuando eran mozos.
La recreación fue realmente emotiva, tanto por el detalle con el que iban vestidos los danzantes como por el regusto nostálgico al pasado que traía la música a los oídos de los espectadores. Muchos de ellos, aunque vestidos de calle, no quisieron unirse al guateque festivo y movieron el esqueleto junto a los que sí iban vestidos como antaño formando, entre todos, una estampa que parecía sacada de una película de viajes temporales. Los hombres portaban levita y pantalón de pinzas, mientras que las mujeres iban exquisitamente vestidas con trajes a la moda de la época, es decir, con mangas de farol y vuelos de can can, guantes para ocultar sus manos y tacones de vértigo.
Para no desentonar la orquesta que interpretó los clásicos bailes también iba pertrechada de la misma guisa, con pantalón y chaleco negro con camisa blanca y un sombrero. Y, cómo no, el escenario en el que se desarrolló el evento estuvo también a la altura de las cirscunstancias. La plaza Mayor se engalanó con farolillos de colores y banderines.
Por la calle de Alcalá y La campanera fueron algunas de las piezas que pudieron escucharse y bailarse en medio de la plaza Mayor, mientras los curiosos se arremolinaban alrededor del espectáculo y comentaban la hermosa estampa que ofrecía este peculiar homenaje al pasado.
Para no desentonar la orquesta que interpretó los clásicos bailes también iba pertrechada de la misma guisa, con pantalón y chaleco negro con camisa blanca y un sombrero. Y, cómo no, el escenario en el que se desarrolló el evento estuvo también a la altura de las cirscunstancias. La plaza Mayor se engalanó con farolillos de colores y banderines.
Por la calle de Alcalá y La campanera fueron algunas de las piezas que pudieron escucharse y bailarse en medio de la plaza Mayor, mientras los curiosos se arremolinaban alrededor del espectáculo y comentaban la hermosa estampa que ofrecía este peculiar homenaje al pasado.