La Red de Calor de Guadalajara ahorrará a la ciudad las emisiones de 300 calderas de combustible fósil

01/02/2021 - 10:49 Redacción

Reducirá  las emisiones de CO2 en 15.000 toneladas al año

La Red de Calor con Biomasa de Guadalajara continúa sumando clientes y reduciendo emisiones de CO2 en la capital, hasta las 15.000 toneladas al año previstas en su primera fase. Es un Organismo de Control Autorizado el que realiza la supervisión periódica de la actividad de la Central Térmica con Biomasa ubicada en el Polígono de El Balconcillo que da origen a la Red de Calor de Guadalajara, al igual que ocurre con el resto de centrales que la empresa promotora de la Red, REBI, tiene funcionando en otros puntos del país.

El uso de la biomasa como recurso energético en lugar de combustibles fósiles comúnmente utilizados como el gas y el gasóleo supone ventajas medioambientales de primer orden como son las emisiones reducidas de monóxido de carbono (CO) y óxidos de nitrógeno (NOx), además de la disminución de las emisiones de partículas a través de los desarrollados sistemas de filtrado. En la actualidad, los valores de NOx y de componentes particulados en la central de Guadalajara se establecen entre un 70% y un 80% más bajos respectivamente que los límites establecidos por la estricta normativa europea. Los niveles de emisiones a la atmósfera se han endurecido desde el año 2015. La Directiva de la UE 2015/2193 del Parlamento Europeo y del Consejo de 24 de noviembre de 2015 transpuesta en el Decreto 1042/2017, establece nuevos y más restrictivos límites a las nuevas instalaciones térmicas y marca el plazo límite del año 2030 para que las existentes se adapten a los nuevos parámetros. En una central de producción de entre 20 y 50 MW, la normativa establece un máximo de emisión de 20 mg/Nm3 en Partículas, 300 mg/Nm3 en NOx y 200 mg/Nm3 en SO2.

 

 

La central de Guadalajara ya se ha construido con su sistema de filtrado correspondiente compuesto por un ciclón, un filtro electroestático y un recuperador de calor que reduce la temperatura de la emisión del vapor de agua. La Red de Guadalajara se compone de 28 MW de potencia, dos calderas de 7 MW cada una y otra tercera caldera a instalar de 14 MW -a lo que hay que sumar una más de 7MW que funcionará solamente de apoyo- que dan calor para el servicio de calefacción y agua caliente sanitaria a través de energía térmica de biomasa a los vecinos además de edificios públicos y no residenciales; ya son más de 1.200 las viviendas conectadas además del Hotel Iris, y permanece en tramitación la conexión de los edificios públicos del Gobierno Regional, de la Diputación Provincial y del Ayuntamiento.

El director técnico de REBI José Antonio Hernández puntualiza que “los datos están sobre la mesa y nuestra central cuenta con un avanzado sistema de filtrado de humos que incorporan los equipos de combustión de la central antes de expulsarlos al exterior, por lo que en ningún momento puede hablarse de contaminación sino todo lo contrario”.

La Red de Calor de Guadalajara reducirá las emisiones de CO2 en 15.000tn/año en su primera fase, lo que equivale a retirar 10.000 coches de la circulación en la ciudad, que significa que en torno a 300 calderas dejarán de contaminar en la capital. “No somos conscientes en nuestro día a día de que las chimeneas de nuestros edificios tanto de salas de calderas comunitarias como de la calefacción individual expulsan humo contaminante constantemente pero tenemos la imagen tan interiorizada y normalizada que no nos damos cuenta; yo invitaría a todos los vecinos de Guadalajara a que echaran un vistazo a primera hora de la mañana a la vista que tienen desde sus ventanas porque seguro que más de uno percibe el humo al que me refiero, humo que entre 300 calderas suman 15.000 toneladas al año de CO2 que respiramos”.

Tal y como publica en su página Web el PRTR-España, el Registro Estatal de Emisiones y Fuentes Contaminantes, las principales fuentes antropogénicas de emisión de este contaminante en nuestro país se encuentran en los escapes de los vehículos motorizados y en la quema de combustibles fósiles. Los NOx y el material particulado PM 10 y PM 2.5 son los causantes de la mayoría de enfermedades respiratorias.

 

 

Filtrado de humos
En el caso de la instalación térmica de Guadalajara, los filtros electroestáticos son los dispositivos más representativos de la separación sólido-gas mediante polarización activa por electrificación: recogen partículas sólidas que arrastra la corriente gaseosa a consecuencia del ciclo de combustión. Estos sistemas destacan por su elevado tamaño y altura, ocupando hasta tres veces más espacio que las propias calderas. Por esta razón implementarlos en las instalaciones conlleva una doble inversión; por un lado la del equipo como tal, y también en superficie puesto que suponen uno de los principales condicionantes del área de ocupación de la central.

El objetivo del equipo de REBI es siempre trabajar con centrales de calor lo más energéticamente eficientes posibles, por lo que se instalan recuperadores de calor “con el fin de recuperar el calor que las calderas de biomasa expulsan por la chimenea”. Estos intercambiadores se encargan de hacer pasar un caudal de agua en contacto con los de humos a través de unos haces tubulares. La corriente de agua absorbe el calor latente de los gases de combustión antes de que éstos salgan a la atmósfera. De esta forma se consigue aumentar el rendimiento de las calderas y consecuentemente el del conjunto de la instalación. Al enfriarse los gases de combustión, se condensa gran parte del vapor de agua existente en los mismos, por lo que la percepción visual de la salida de los humos desde el exterior será reducida al mínimo poco a poco.

 

 

Tramitación de la licencia medioambiental 

La ingeniero industrial especialista en Medio Ambiente de REBI, María Martínez, explica que “en cualquiera de nuestros proyectos uno de los primeros pasos a seguir es el análisis de la normativa medioambiental del lugar donde queremos desembarcar. Desde la normativa específica de Castilla-La Mancha, a través de la Ley 4/2007 de 8 de marzo de Evaluación Ambiental en Castilla La Mancha, el proyecto se analizó y se sometió a informe por parte de la Dirección Provincial de Agricultura, Medio Ambiente y Desarrollo Rural de Guadalajara”.

Respecto a la calidad del aire, “el 30 de noviembre de 2016 se solicitó la autorización como APCA, obteniendo la resolución de la Viceconsejería de Medio Ambiente de Castilla-La Mancha de 12 de abril de 2017 por la que se otorgaba dicha autorización y junto con la solicitud de autorización entregamos un estudio de dispersión con objeto de conocer la difusión de los contaminantes procedentes del proceso de combustión de la biomasa a la atmósfera. En el estudio de dispersión se consideran las emisiones que producen los equipos de combustión, y se introducen en un modelo, que teniendo en cuenta los datos meteorológicos de la zona y un modelo del terreno, nos permite obtener una estimación de los niveles de inmisión originados por las emisiones de nuestros focos de emisión de contaminantes. Se estudian y analizan los resultados obtenidos, y se exponen los mapas con los valores predichos en la simulación, comparando los resultados de la modelización con los valores regulados en el Real Decreto 102/2011, de 28 de enero, relativo a la mejora de la calidad del aire”.

En ningún caso el modelo predijo superaciones de los valores límites establecidos en la normativa vigente para ningún contaminante a pesar de que las emisiones introducidas en el modelo fueron las más desfavorables.