La Sierra de Pela y la Laguna de Somolinos: Monumento natural
En los términos municipales de Campisábalos y Somolinos se encuentra uno de los espacios naturales protegidos menos conocidos de la Sierra Norte de Guadalajara
Declarada su protección en 2002, bajo la figura de Monumento Natural en la red de espacios protegidos de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, con una superficie de 790 Ha. Esta figura de protección se establece en la Ley 42/2007 del Patrimonio Natural y la Biodiversidad, y está reservada a “los espacios o elementos de la naturaleza constituidos básicamente por formaciones de notoria singularidad, rareza o belleza, que merecen ser objeto de una protección especial”.
También está integrado en la Red Natura 2000, dentro del LIC (Lugar de Interés Comunitario) “Sierra de Pela”.
Por todo lo anterior, no hay duda que se trata de un lugar de singular belleza e importancia, y está compuesto por dos elementos bien diferenciados: El primero es la Sierra de Pela, y el segundo la laguna de Somolinos, pero a efectos de protección están incluidos ambos en el mismo espacio protegido.
La Sierra de Pela es un macizo rocoso de naturaleza calcárea, en el que la dinámica fluvial de los arroyos de los que se nutre el río Bornova en su nacimiento, han originado escarpes rocosos de gran belleza y que albergan una importante biodiversidad.
En esas zonas altas de páramos, que pueden alcanzar algo más de los 1.500 metros de altitud, se pueden encontrar algunas formaciones vegetales de interés, como son los matorrales de porte almohadillado, que pueblan estas “tierras altas” de la geografía serrana. Son el azulado “cojín de monja” o “asiento de pastor” (Erinacea anthyllis) y la amarilla “aliaga enana” (Genista pumilla). Aunque el nombre de la primera especie invite a sentarse, la experiencia puede que no sea muy agradable, ya que la adaptación de ambas especies a unas condiciones ambientales exigentes, hace que sus ramillas terminen en afilados pinchos. Esta estrategia o adaptación la utilizan para defenderse del diente del ganado, y para resistir las temperaturas extremas a las que se enfrentan, tanto en invierno como en verano.
Algunas especies de aves de interés que se pueden observar en las paredes calizas de este espacio son el búho real (Bubo bubo), el buitre leonado (Gyps fulvus) y el alimoche, representando a las aves rapaces ibéricas de mayor tamaño. Pero también se pueden encontrar otras aves de menos tamaño y no por ello menos importantes, muy ligadas al ecosistema “rupícola” o de roquedo, como son los roqueros solitario y rojo (Monticola solitarius y Monticola saxatilis).
La laguna de Somolinos se lleva el protagonismo en cuanto a la parte acuática del espacio protegido, y se encuentra al pie de la Sierra de Pela. Esta laguna posee un alto valor paisajístico, que añade atractivo al que quiera disfrutar de un espacio con una vegetación de ribera, que ofrece frescor en verano y que rompe con la aparente monotonía de las laderas montañosas expuestas al sol que la rodean.
Abrazada por un amplio cinturón de vegetación palustre, compuesto principalmente por carrizo (Phragmites australis), enea (Thypa latifolia) y juncos (Scirpus lacustris), aunque cuenta con otras muchas especies vegetales de interés.
Este espacio alberga una interesante fauna, adquiriendo los anfibios un papel principal, aunque no hay que olvidar que las aves siguen siendo especialistas en este entorno acuático.
Los anfibios más destacables son la salamandra (Salamandra salamandra), el tritón jaspeado (Triturus marmoratus) y la ranita de San Antonio (Hyla molleri), todos de hábitos principalmente nocturnos. Como ilustre y amenazado habitante del grupo de los reptiles, se encuentra el galápago europeo (Emys orbicularis), que también habita las aguas Somolinos.
Para finalizar, hay que nombrar las aves más características que se pueden encontrar en la laguna y su entorno, como son la gallineta común (Gallinula chloropus), el escondidizo rascón (Rallus aquaticus), detectable por los gritos que emite con su canto y el ánade azulón (Anas platyrhynchos).
Cualquiera de sus rutas, prestando la atención necesaria a la cartelería y señalización, pueden ofrecer un estupendo plan al visitante que quiera disfrutar de un espacio de gran belleza y poco conocido.
Desde Adel Sierra Norte se promociona el turismo siempre anteponiendo el respeto y las buenas prácticas en el medio natural.