La subdelegada reivindica el feminismo y la educación como armas para luchar por la igualdad real

08/03/2023 - 14:37 M. Martínez

Las instituciones se han unido en la conmemoración del Día Internacional de la Mujer en un acto en el que se ha hecho un repaso de la lucha de las sufragistas.

Las instituciones de Guadalajara han celebrado esta mañana el Día Internacional de la Mujer en un acto conjunto que ha tenido lugar en el centro San José. Como todos los años, Ayuntamiento de Guadalajara, Diputación, Junta de Comunidades y Subdelegación del Gobierno se unen para esta conmemoración y en esta ocasión ha ejercido de anfitriona la delegada Mercedes Gómez.

Ha sido ella la encargada de pronunciar unas palabras con las que se ha cerrado un acto que ha sido tan instructivo como emotivo. Instructivo porque se ha hecho un repaso de la lucha sufragista de la mujer de principios del siglo XX apoyada en las imágenes de las manifestaciones de la época, una recopilación que ha ofrecido y comentado José Antonio Ruiz Rojo, experto en cine.

Mercedes Gómez ha comenzado su intervención dejando claro que el Día Internacional de las Mujeres es un día en el que el protagonismo es de las mujeres, “porque además de ser una jornada de celebración es una jornada para visibilizar la lucha por la igualdad”.

La subdelegada ha destacado la importancia de los logros conseguidos y la lucha de las mujeres que los hicieron posible, como la de las sufragistas. “Hoy en día es difícil imaginar una época en la que las mujeres no tenían derecho a votar y que para lograrlo tuvieron que luchar y protestar”. Pero ha recordado que es algo relativamente reciente. En España, por ejemplo, las mujeres votaron por primera vez en 1933 y, descontado la época de la dictadura, ese derecho no ha estado vigente ni 50 años.

“El sufragismo fue un primer paso importante para la igualdad entre hombres y mujeres, pero todavía queda mucho por hacer”, ha recalcado. El feminismo tomó el relevo del sufragismo y “es mucho más que la lucha por el derecho al voto se centra en la lucha por la igualdad real en todos los aspectos de la vida”.

Hoy, en nuestro país y en la UE, hombres y mujeres tenemos reconocida la igualdad legal, pero las situaciones de discriminación se repiten y para ilustrarlo, Mercedes Gómez ha hecho un repaso con datos por cómo se distribuyen los puestos de responsabilidad entre hombres y mujeres, o quién se ocupa de las tareas de los cuidados.

Ante ello, ha subrayado que “la brecha de género no solo afecta a las mujeres, sino a toda la sociedad. Cuando las mujeres no tienen las mismas oportunidades que los hombres, la sociedad pierde. La exclusión de las mujeres del empleo o de la participación limita el potencial de la sociedad para el crecimiento y el progreso”.

La igualdad real avanza mucho más lenta que la jurídica. A la desigualdad salarial o la falta de representación en órganos de dirección, la subdelegada ha sumado “la negación de la educación en valores de igualdad, los inaceptables intentos de sectores tradicionalistas por invisibilizar la violencia machista”, como algunos ejemplos de situaciones que deberían formar parte solo del pasado “pero que se han vuelto a colar en los discursos políticos injustificables y mezquinos que tratan de volver a épocas superadas”.

Por eso, ha dicho que todos debemos luchar por la igualdad de género, los gobiernos, las empresas, y todos, hombres y mujeres.

Para acabar ha incidido en que “la fuerza del feminismo es cada vez mayor y no es solo un movimiento de mujeres, sino que toda la sociedad no va a para hasta conseguir una igualdad real” y ha advertido de los riesgos de dar pasos hacia atrás: “Solo desde la perspectiva feminista se garantiza que se mantenga lo conseguido y se siga avanzando, porque sí, existe un riesgo real de que suframos un parón, los intentos de involución son algo más que una sospecha y no hay que bajar la guardia. El feminismo es la única arma contra el discurso rancio y reaccionario de los que niegan la igualdad a las mujeres, a pesar de ser un principio básico reconocido en nuestra Constitución y en la Declaración Universal de los Derechos Humanos, por eso tenemos la obligación de educar a las nuevas generaciones, porque la educación es el instrumento más fuerte y más potente para la erradicación de la desigualdad”.