La tesis del origen alcarreño de Colón se confía al ‘The New York Times’

10/07/2019 - 18:57 D.Pizarro

Alfonso Sanz, que ha retomado la labor de su padre, el  médico Ricardo Sanz, llevó un ejemplar de su libro ' Cristóbal Colón. Almirante de Castillo' a la redacción. 

Son tiempos difíciles para la prensa en Estados Unidos. El país de las libertades está gobernado en estos momentos por un presidente que mantiene un enfrentamiento constante con la prensa. Y The New York Times, el principal exponente de los medios de comunicación escritos del país norteamericano, no podía ser menos. Pero muchos esperan que la prensa no se doblegue y salga victoriosa del pulso con Donald Trump. Por eso siguen confiando en sus páginas como altavoz de cualquier tema que quiera tener relevancia internacional. Una de esas personas optimistas con el papel de este histórico medio ubicado en la capital del mundo es Alfonso Sanz Núñez. Sin ningún tipo de complejo de inferioridad, ese que de vez en cuando sentimos los españoles en nuestra relación con el mundo, se plantó en la redacción de este gigante periodístico para entregarle un ejemplar de su libro Don Cristóbal Colón. Almirante de Castilla. Así como el descubridor de América llegó al nuevo continente, ya fuera por casualidad en su empeño de hallar una nueva ruta hacia las Indias, o con el convencimiento de que el mundo no acababa en lo hasta entonces conocido, este guadalajareño no cejó en su empeño hasta que los responsables de The New York Times aceptaron el libro. ¿Y qué tiene esto de particular? Pues que uno de los periódicos más importantes del planeta tendrá conocimiento de las hipótesis del médico Ricardo Sanz García, gran aficionado a la enigmática historia de Cristóbal Colón. Ahora, su hijo recoge en una nueva obra la tesis de que el personaje que cambió la historia de la humanidad no era genovés, portugués o cualquiera de las otras nacionalidades que se le adjudican. Según Ricardo Sanz, Cristóbal Colón nació en la provincia de Guadalajara, concretamente en Espinosa de Henares. 

“Mi padre escribió tres libros sobre el origen castellano y alcarreño de Cristóbal Colón”. A su muerte, Alfonso Sanz heredó la biblioteca de este famoso médico de Guadalajara que incluso tiene una calle en el barrio de Los Manantiales. Esa biblioteca, compuesta por más de 400 títulos, está especializada en asuntos colombinos, en los que también se introdujo el hijo, licenciado en Geografía e Historia, además de Ingeniero Técnico en Topografía. Siguió la labor de su padre no sólo incorporando nuevos títulos a la biblioteca, sino también investigando la tesis en la que había trabajado su padre. Tenía un buen ejemplo, pues había acudido a muchas de las conferencias que el galeno había dado para difundir el origen alcarreño de Colón. 

“Comprobé que era un tema que suscitaba mucho interés, así que decidí tomar parte en sus trabajos”. Amplió la documentación de la que disponía y abordó sobre todo los “puntos fuertes” de esas tesis. Ahora, después de años de trabajo, no sólo tiene en sus manos Cristóbal Colón. Almirante de Castilla, sino que ha hecho que el propio The New York Times reciba un ejemplar. La tarea no fue sencilla, pues uno no puede presentarse en la redacción de este gran medio ubicada en un rascacielos de la Octava Avenida de Manhattan. “Les escribí una carta y me contestaron que no admitían obras que no hubieran sido distribuidas en Estados Unidos, pero que si quería, podía pasarme por la redacción”. Y dicho y hecho. Acompañado por uno de sus hijos, el jueves de hace dos semanas tomó un vuelo de Iberia desde Madrid y llegó a la Gran Manzana. Tenía sólo un día para cumplir su objetivo. Llegó a la redacción y escribió una nota dirigida al editor que adjuntó a su libro. “Mi única meta es que esta visita tenga algo de repercusión, y parece que ya lo estoy consiguiendo”.  Todo con el ánimo de que “el editor del periódico y sus colaboradores den la importancia que tiene el contenido de la tesis que defendemos, de un Colón noble, castellano, y comprometido con la corona de Castilla en el descubrimiento de una ruta para llegar a las Indias por Occidente, y unas islas y tierras nuevas que forman parte de un continente tan importante como el americano”.

Tras este importante trámite, Alfonso Sanz aprovechó su corta estancia en Nueva York para visitar también la biblioteca pública, donde también tiene previsto entregar un ejemplar de su investigación. En este viaje no fue posible porque, reconoce, se quedó sin los libros que trajo de España, al entregarlos a algunos amigos. Eso queda para un nuevo viaje, porque este guadalajareño regresará sin duda con el fin de seguir difundiendo unas tesis muy bien fundamentadas. “Y hasta aquí hemos llegado con la segunda edición, que pronto ocupará un lugar en las estanterías de uno de sus salones de lectura”, escribía en su muro de Facebook junto a algunas imágenes de la biblioteca. 

Y es que hoy en día se publican centenares, miles, millones de libros en todo el planeta, aunque sólo unos pocos llegan al gran público. De ahí el interés que se ha tomado este investigador para que su obra tenga la mayor difusión posible. “Los editores se limitan a editar el libro, cobrárselo al autor y luego, la distribución, se queda en el aire. Como no tengas detrás una editorial muy fuerte, es muy difícil llegar a determinado público”. Alfonso Sanz es sincero, y por eso ha decidido afrontar él mismo esa  ingente tarea. 

Está convencido de que la documentación y testimonios que su padre y él han acumulado durante tantos años de estudios, tienen raíces muy profundas en la realidad guadalajareña. “Aquí en España, los temas colombinos, y concretamente los que se refieren al nacimiento de Colón, no han interesado nunca a los historiadores”. A su juicio, éstos se han centrado simplemente en el hecho del descubrimiento de América, “Admitieron desde el principio que era genovés y cerraron así ese debate”. 

Al coger el testigo de la investigación del médico, su hijo se ha topado con importantes “novedades” en esa tesis del origen guadalajareño de Cristóbal Colón. “Hasta ahora nadie había correlacionado datos relativos, por ejemplo, a un pariente de Colón que trabajaba como cocinero y que incluso aparecía en el testamento de Colón como testigo”. El conde Roselly recoge este parentesco en uno de los libros que escribió en el siglo XIX sobre el descubridor de América. “Este escritor habla de este primo sin darle ninguna importancia, pero llama la atención que su apellido fuera Espinosa, a lo que hay que sumar que el nombre del almirante era Cristóbal Colombo de Terra Rubia, que es precisamente el significado de Espinosa”. Aparte de todo esto, Alfonso Sanz recuerda que entre los pocos datos que se saben de Colón es que falleció a los 70 años, por lo que su nacimiento sería en 1435 o 1436. “Aquí lo que habría que hacer sería buscar a las mujeres que tuvieron un hijo en Espinosa en esos años, lo que nos lleva a la familia de Aldonza de Mendoza, una mujer que fallecería posteriormente en Espinosa de Henares durante un parto gemelar”. 

Aunque el libro ya va por su segunda edición, la intención de este investigador es incorporar esos nuevos datos como los del primo cocinero. También en esa nueva edición –que sería en versión digital– se añadirían informes de especialistas, como el doctor jefe durante 25 años de la Unidad de Rehabilitación del Lenguaje del Hospital de La Paz, en Madrid. “Colón tenía un defecto en el habla y por eso era tomado por extranjero en España. Incluso el conde Roselly dice que lo extraño es que en España fuera tomado por extranjero, con lo que queda claro que él lo considera español”. Asimismo, Alfonso Sanz se ha puesto en contacto con un académico de la Academia Asturiana de Heráldica y Genealogía sobre el significado del escudo de Cristóbal Colón. “También tengo documentación gráfica sobre elementos escultóricos de América en edificios de los Mendoza en Guadalajara”. En el Palacio de Cogolludo, por ejemplo, hay mazorcas de maíz y un quetzal, que es el ave nacional de Guatemala. También señala las mazorcas que hay en la iglesia de Mondéjar y el convento de San Antonio, así como cabezas de personajes con rasgos indios. En estos datos ha contado con la colaboración de dos biólogos de sendas universidades madrileñas, una profesora de la Universidad Autónoma de México (UNAM) y una especialista de un Instituto de Fitoterapia de Santiago de Chile.

Entre otras de sus pruebas, este investigador guadalajareño se refiere al Colón genovés que aparece en el testamento de doña Aldonza de Mendoza. “Le deja en herencia 13.000 maravedías, por lo que suponemos que podría ser un familiar de la rama italiana que está en España, y al que propondría para hacerse cargo de ese niño que está por nacer en el caso de que a la madre le sucediera algo. 

Todas estas pruebas se recogen en la web http://cristobalcoloncastellano.es/, proyecto para dar a conocer la tesis de Ricardo Sanz “sobre el origen castellano de Cristóbal Colón”. No se sabe si en el futuro esta hipótesis será aceptada como parte de la historia. De lo que no se  puede dudar es de que Alfonso Sanz seguirá sus investigaciones para demostrar la “validez” de la tesis.