La trama de 'niños robados' registra su primer caso en Guadalajara

07/02/2011 - 11:08 D.Pizarro

En octubre de 1957, una mujer dio a luz en la clínica La Antigua de la capital guadalajareña, centro que en la actualidad está desvinculado de la gestión de aquel momento. Los médicos le dijeron que su bebé había muerto, pero a ella siempre le quedó la duda de si eso era cierto. Ahora, más de medio siglo después, y a la vista de los centenares de casos de adopciones ilegales que están salpicando a centros sanitarios de todo el país, esta mujer se ha puesto en contacto con la asociación Anadir (Asociación Nacional de Afectados por Adopciones Irregulares) para tratar de averiguar qué pasó exactamente ese día de octubre de 1957, si realmente su bebé murió o si, por el contrario, fue entregado a otra familia que lo registró como propio. María Labarda, delegada de Anadir para Castilla-La Mancha y Castilla y León, confirma, no obstante, que en otras provincias, como Cádiz, “hace apenas 15 días había un solo caso y ahora tenemos más de 50”. Esto ha sido posible, gracias, “en buena medida” a los medios de comunicación, por lo que no descarta que otras familias de la provincia puedan encontrarse en la misma situación, a lo que habría que sumar otras mujeres guadalajareñas que se desplazaron a la vecina Comunidad de Madrid para dar a luz.   
Una mujer que dio a luz en Guadalajara en 1957 ya se ha puesto en contacto con la Asociación Nacional de Afectados por Adopciones Irregulares
De momento, y en lo que respecta al único caso registrado, la asociación ha confirmado que la madre ha solicitado el legajo de aborto en el Registro Civil de Guadalajara, un documento en el que se inscribe al bebé nacido muerto o fallecido antes de las 24 horas. “Sin embargo, esta documentación no se la están facilitando, diciendo que solamente tienen los legajos realizados a partir de 1978”, explica esta portavoz de la asociación, recalcando que “el documento tiene que estar, ya que hay constancia de su elaboración desde antes incluso de 1957”. Por ello, pide que, en el caso de que se haya perdido el legajo de aborto, alguien se responsabilice de su extravío”.
    Pese a todo, María Labarda apunta que ese documento tiene que ser solicitado por la Fiscalía, aunque en la mayoría de los casos son las familias las que están tomando la iniciativa “porque necesitan hacer algo en este proceso, tomar partido y ver que pueden ayudar a averiguar la verdad”. Con todo, reconoce que “hay muchos documentos que no están apareciendo”.
    Este primer caso será, no obstante, el primero pero, “probablemente”, no el último. “El 27 de enero se presentaron ante la Fiscalía General del Estado cerca de 500 casos, y en sólo una semana hemos acumulado otros 800 correos electrónicos sin abrir informándonos de posibles nuevos casos”. De hecho, María Labarda se registró en la asociación en el mes de junio con el número 21, “y actualmente estamos desbordados”.
Para esta socia de Anadir, “esto es la punta del iceberg”. Por ello cree que dando a conocer este caso en Guadalajara, “muchas madres o hijos con sospechas podrán ponerse en contacto con nosotros”. En este sentido, recuerda cuando “muchas personas me tachaban de loca por creer que me habían robado un bebé, llegando incluso a pensar que todo eran casualidades y nada más que casualidades”. Sin embargo, el salto de la asociación a los medios de comunicación “me hizo descubrir que había muchas más mujeres en mi misma situación, y todas no podíamos estar imaginándonos estos robos”.