“La última entrega de ‘Rambo’ es brutal, como la realidad”

01/10/2010 - 09:45 Hemeroteca

El actor Sylvester Stallone, en Madrid.	 (Foto: EFE)
Por: CH. L MONJAS. COLPISA
El musculoso actor estadounidense recupera al ex boina verde más famoso del planeta
Sylvester Stallone ha recuperado la fama volviendo a interpretar a los dos personajes que le convirtieron en estrella. Primero resucitó a Rocky, uno de los boxeadores con más gancho de la gran pantalla, y ahora al ex veterano de Vietnam más conocido del planeta, a Rambo, que vuelve más violento e implacable que nunca. Cuerpo de gimnasio y hormonado, cara bronceada, descomunales y desproporcionados brazos y una simpatía y carisma innatos, Stallone se metió a periodistas y fans en el bolsillo en la multitudinaria rueda de prensa que dio para promocionar John Rambo, la cuarta y última entrega de la saga protagonizada por el personaje que le convirtió en el gran héroe de acción de los 80.
El intérprete de estos dos mitos populares de la cultura contemporánea se ha creado una imagen de hombre duro, pero eso es en el cine porque en la realidad Sly, como es conocido en la intimidad, es un hombre entregado a su familia –citó en varias ocasiones a su mujer y sus dos hijas-, vulnerable, cercano, noblote y muy, muy honesto.
“Sí, he hecho una película brutal porque he intentado plasmar la realidad, cómo es una guerra y la guerra es violencia”, declaró el actor, director, guionista y productor de John Rambo, violentísima historia en la que el famosísimo ex boina verde abandona su refugio tailandés, donde se dedica a cazar cobras, para rescatar a unos cooperantes secuestrados por el ejército birmano, misión que lleva a buen puerto junto con unos mercenarios tras una orgía de sangre.
No le importa que le critiquen “por decir la verdad” y tampoco que le tachen de haber hecho un filme tan violento. A sus 61 años, Stallone habla claro. “Muchas de las películas bélicas que ha hecho Hollywood no son honestas. He contado lo que es una guerra. No hay más que ver las noticias para saber lo que está pasando en Somalia, en Irak, donde en estos momentos están muriendo muchos jóvenes. He querido ser honesto en John Rambo y reflejar la violencia de las guerras. Los otros tres Rambo eran más de Hollywood, estaban más por mis músculos y por la fantasía. Si hubiese hecho concesiones, hubiera hecho más dinero, pero hay que elegir, y yo he optado por retratar el viaje a los infiernos que son los conflictos bélicos”, apostilló.
No se puede quejar el héroe de Demolition Man porque John Rambo se ha colocado en el segundo puesto de la lista de los filmes más taquilleros en el fin de semana de su estreno. “La película está funcionando bien porque hay toda una generación que no sabe quién es Rambo, aunque han oído hablar de él. Las grandes producciones son cada vez más suaves, con menos emociones, lo que no hace ningún favor al público. He querido hacer algo duro, difícil, diferente y realista, sin concesiones. El público no va al cine por verme a mí, sino por ver algo distinto y el último Rambo es como ese animal raro que acaban de cazar y la gente lo quiere ver”, explicó.
Al cuerpo y rostro de Rambo –nació en 1972 en la primera novela de David Morrel adaptada en Acorralado y se despidió temporalmente en el 88, en Afganistán-, no le gusta la imagen de “máquina de guerra para los republicanos” que se tiene del personaje, por el que Ronald Reagan sentía gran admiración. “Rambo es un soldado, un guerrillero que vive en el extranjero. Es un personaje neutro. Lo que pasa es que Reagan dijo en el 88 que era un luchador de la causa republicana, controversia política con la que no me siento cómodo”, manifestó.

“Me jubilaré pronto”
Muy consciente de su imagen “por los personajes físicos que he hecho. Intenté cambiar con Copland, pero es complicado. Cuando me jubile, que será pronto, aunque todavía tengo que hacer unas cuantas películas más, dirigiré y me embarcaré en otro tipo de asuntos”, Stallone se documentó mucho sobre los ex veteranos de Vietnam y Birmania antes de ponerse detrás y delante de la cámara.