La vida de Livia Galileo, hija olvidada del gran astrónomo, recreada en la novela 'La Bóveda Celeste'

01/10/2010 - 09:45 Hemeroteca

Por: EUROPA PRESS
En el año del 400º aniversario de los descubrimientos de Galilei, Carmen Resino homenajea a la hija menor del astrónomo
La vida de Livia Galileo, hija olvidada del astrónomo Galileo Galilei, se recrea en la novela 'La Bóveda Celeste' (Roca), de Carmen Resino, quien también retrata a un Galileo "abatido y enfermo" y la relación con sus dos hijas, dentro de la Italia del Barroco y la Contrarreforma, con sus Papas, nobles, artistas y abadesas.
En el año del 400º aniversario de los descubrimientos de Galilei, Resino rinde homenaje a Livia, otorgándole un papel clave en la historia secreta de las acusaciones y conspiraciones contra su padre. El astrónomo defendió la teoría heliocéntrica hasta que la Inquisición le hizo abjurar de tal creencia so pena de ser quemado en la hoguera.

La novela arranca en 1737, cuando una comisión de ciudadanos ilustres tiene el encargo de trasladar los restos del maestro Galilei al mausoleo que habría de acogerlo. Sin embargo, una vez han abierto la tumba, se encuentran con otro cuerpo acompañándolo, el de una mujer, despertando la curiosidad acerca de la identidad de la dama que ha tenido el honor de permanecer junto al astrónomo en su descanso eterno.

DOS HIJAS MONJAS

Galilei tuvo dos hijas de su relación con la veneciana Marina Gamba, Virginia y Livia, que ingresarían a edad temprana en el convento de San Matteo de Arcetri. La mayor, que tomó el nombre de sor María Celeste, logró una cierta notoriedad y mantuvo con su padre una asidua correspondencia.

De la menor, que entró al convento bajo el nombre de sor Arcángela, "apenas sí se sabe", según afirma la autora, "excepto que sufría frecuentes trastornos nerviosos y que la muerte de su hermana fue fatal para ella ya que, sin su protectora y confidente, se sintió abandonada a una vida en clausura para la que sentía que no había nacido".

Sor María Celeste murió en abril de 1634 en el convento de San Matteo de Arcetri (Florencia) suplicando el perdón divino: "¡He dudado y por esa duda Dios podrá castigarme!". La monja, a sabiendas de su herejía, duda de la inmovilidad de la Tierra y de que todos los astros giren a su alrededor y ha considerado que tal vez sea la Tierra la que gire alrededor del Sol, desafiando así a la ortodoxia reinante y a la jerarquía eclesiástica, firmes defensoras del geocentrismo.

LAS CLAVES DEL MISTERIO

Livia, "sola ya en el mundo, no perdona a Galileo que la encerrase en el convento y, abandonándose a su soledad, no se resigna a olvidar la vida de salones, fiestas y arte profano que quiso y no tuvo". Resino se centra en la idea de que "muchos piensan que, como hija de Galileo que es, a pesar de la desafección y el rencor que muestra por su padre, sólo ella puede ofrecer las claves del misterio que rodea la desaparición de los documentos comprometedores".

Mientras Livia trata de ignorar que se ha convertido en moneda de cambio y recibe las visitas de insignes personajes de la época, a poca distancia del convento y bajo arresto domiciliario, un Galileo anciano, abatido y enfermo, lucha contra la ceguera y la marginación.

Carmen Resino, madrileña, se licenció en Historia por la Universidad Complutense de Madrid y cursó estudios teatrales en la Universidad de Ginebra. Aunque conocida por su obra dramática (es fundadora y presidenta de la Asociación Dramaturgas Españolas), también es novelista. De su obra teatral, se puede destacar 'Ulises no vuelve', 'Pop y patatas fritas', 'El Oculto enemigo del profesor Schneider' y de la narrativa, 'Amazoní' y 'La muerte de B.G'.