La Virgen de la Antigua regresó a su Santuario en solemne procesión

01/10/2010 - 09:45 Hemeroteca

Por: BEATRIZ PARIENTE
FERIAS Y FIESTAS
La Virgen de la Antigua regresó ayer a su Santuario acompañada por miles de fieles apostados en los diferentes tramos de su solemne recorrido. El bochorno acompañó también al desfile procesional, haciendo que muchos tuvieran que tirar de abanico para evitar un sofoco. La imagen recibió decenas de ofrendas a su llegada al templo, donde fue recibida entre aplausos y el repique de las campanas. y aplausos.Aunque el cielo amenazaba por la tarde con acabar con la ilusión de los fieles de la Virgen de la Antigua, finalmente, las nubes decidieron replegarse para permitir que la solemne procesión que reunió a miles de guadalajareños entorno a la imagen de su patrona discurriera sin lluvia.
Reluciente, vestida con un manto blanco bordado en oro, un traje blanco y su corona plateada, la Virgen de la Antigua procedió a regresar a su Santuario, del que saliera el pasado 28 de agosto en traslado hacia la iglesia de San Francisco pasadas las 20.00 horas. Su traje ha sido confeccionado gracias a la reconversión de un vestido de novia de hace años y su tejido es raso con un tul bordado superpuesto. El manto también fue de raso blanco.
En la puerta y en distintos tramos del recorrido, lugareños y forasteros esperaban el encuentro con la imagen, a la que muchos esperan cada año para renovar sus plegarias de salud, amor y dinero. Las calles de la ciudad se engalanaron para la ocasión con banderas, mantones y escudos de Guadalajara para celebrar, por todo lo alto, su fiesta local.
Cuidando de que todo discurriera con normalidad, la Policía Local se encargó de regular el tráfico en todas las calles por donde caminó la procesión, desde la iglesia de San Francisco, hasta su santuario, pasando por la plaza de Bejanque, Capitán Boixareu Rivera, plaza de Santo Domingo, calle Mayor, Doctor Mayoral y plaza de la Antigua.
Como no podía ser de otra manera, además de ciudadanos de a pie fieles a la Virgen, acudieron al tradicional traslado autoridades políticas, como el alcalde, Antonio Román y varios concejales y delegados, tanto populares como socialistas. Junto a ellos, decenas de mujeres vestidas de alcarreñas o con el traje y la mantilla protocolarios desfilaron por las calles precediendo a la imagen de la Virgen, como también lo hicieron los integrantes de la Escuela de Folclore de Guadalajara o la Asociación de Jubilados Infantado, fieles a esta cita anual. La música de los instrumentos tradicionales, así como los cánticos religiosos transmitidos a través de altavoces acompañaron a la imagen en su regreso a casa.
Las flores, en tonos claros, para combinar con el manto y el traje de la Virgen fueron, un año más, preparadas cuidadosamente por el florista David Calleja, un azudense que conoce bien cuál es el proceso de ornamentación de una imagen como la Virgen de la Antigua. Junto a él, las siete camareras de la Antigua que se encargan de vestir a la talla tanto para su traslado como para su procesión, vieron recompensado su esfuerzo en los rostros de admiración y devoción de los guadalajareños, muchos de ellos participantes en los actos litúrgicos que se han celebrado en su honor en los últimos días, como la novena que comenzó a celebrarse el pasado día 29 en distintas parroquias de la capital.

Modificación en la ofrenda
Durante el camino se efectuaron las tradicionales lectura de poesías, a cargo de Teresa de la Cruz. El canto de la Salve se realizó en la plaza de la Antigua. Seguidamente, la Virgen entró a su Santuario con la quema de la tradicional hoguera y los fuegos artificiales, unos instantes de gran espectacularidad y vistosidad que llenaron de emoción a los allí presentes. Las obras que se están acometiendo desde el pasado año en la plaza Mayor han tenido como consecuencia, este año, que no pueda celebrarse la tradicional ofrenda que hasta ahora tenía lugar en la puerta del Ayuntamiento. En esta ocasión, la entrega de ramos de flores o cestas llenas de productos de la tierra tuvo que realizarse a las puertas del propio santuario, lo que para algunos fue motivo de deslucimiento de la ceremonia, dada la cantidad de gente que se concentró en torno a la Virgen. La Policía y la organización del Ayuntamiento se encargó de que, a pesar de la multitud, no hubiera que lamentar incidentes.