La vuelta al cole

17/09/2017 - 14:09 Pedro Villaverde Embid

Comienzan las clases y lo hacen como siempre pero con dos experiencias piloto que pueden cambiar modelos tradicionales.

 Ha terminado el dulce estío demasiado deprisa y nos encontramos en un nuevo curso en todos los sentidos, político, educativo, cultural, deportivo… y es que el año, a efectos prácticos no se inicia con la Nochevieja, ese es el aspecto formal, sino con este mes de septiembre y al son de las charangas y la alegría de unos festejos que se apagan. Los niños volvieron el lunes a sus obligaciones escolares, mientras los un poco mayores lo hacían este jueves. Comienzan las clases y lo hacen como siempre pero con dos experiencias piloto que pueden cambiar modelos tradicionales. La primera de ellas, en un colegio de cada provincia de nuestra región, en nuestro caso será El Doncel, el uso de libros digitales en lugar de los habituales, a través de Tablet. Estudiar en una pantalla nos parece incómodo y una práctica que alejará en lugar de potenciar el hábito tan necesario de la lectura. Tocar el papel, doblar la punta de la hoja por la que vas, subrayar lo más importante, sentirnos en contacto con lo que estudiamos. Es romper el encanto, hacerlo todo más impersonal. Sin duda lo pensamos así por ser de otra generación, de la que tomaba apuntes con folio y papel (hoy en las universidades todos llevan su portátil) y si lo probásemos, tal vez, cambiaríamos de opinión, pero lo cierto es que nos alegraría que esta medida experimental demostrase no ser útil. Menos claro lo tenemos en la otra prueba a valorar. Sustituir los exámenes de septiembre por otros a finales de junio tras un refuerzo en el propio centro de varias semanas. La convocatoria ordinaria se adelantaría a principios de junio. Dicen que las cifras de aprobados no son buenas después de los meses de descanso. Los que tuvimos, en una ocasión, que  aprovechar esta segunda oportunidad si lo hicimos, pero es verdad que a costa de no disfrutar de aquel verano de 1994. Mejor aprobar en junio y a vivir. Es cuestión de probar.  Avanzar en el bilingüismo es a todas luces positivo como apostar por mantener las escuelas rurales allá donde haya cuatro alumnos. Puede parecer costoso pero cuando la despoblación es la principal preocupación de la provincia es imprescindible para fijar población que los escolares tengan la opción de estudiar en su propio pueblo. Otro tema sería el del calendario escolar. Una amiga, de Gijón, nos comentaba que ellos habían empezado el 13 de agosto e iban más con Europa. Es más racional, ahora bien el clima y la falta de acondicionamiento hace imposible estar en agosto en nuestros colegios.  Feliz vuelta al cole a los peques de cada casa.