La zambombada gigante de Trillo engrandece el desfile musical navideño

15/12/2011 - 22:49 Redacción

 
   La Navidad huele a mazapán, sabe dulce y suena a villancico. Por eso ayer decenas de personas salieron a la calle para interpretar con instrumentos tradicionales algunos de los sones más repetidos en estos días de Adviento. La Zambombada de la capital celebró su XVII edición con el calor de los guadalajareños, el ritmo de sus rondas más conocidas -Alamín, Alegría, etc- y con la expectación que generó la presencia de la gran zambomba de más de un metro que han construido este año en Trillo.


  Los peces en el río, La marimorena, Rin-rin o El chiquirritín son algunos de los temas que ambientaron ayer la tarde en la capital. Como viene siendo habitual desde hace ya quince años, el Ayuntamiento organizó la Zambombada que reúne a los amantes de la música tradicional navideña. Con una temperatura más amable que otros años, la comitiva de panderos, zambombas y cascabeles recorrió las principales calles del centro tras la reunión de grupos que se desarrolló en el entorno del teatro auditorio Buero Vallejo.

  Miembros de la Corporación municipal, representantes de asociaciones y simpatizantes de las rondas y rondallas más famosas de la capital y su entorno tomaron parte de este desfile que fue seguido, sobre todo en el Paseo de Fernández Iparraguirre y la calle Mayor, por numerosos ciudadanos admirados ante tal derroche de talento musical.

  El Ayuntamiento quiso premiar la colaboración de los asistentes sorteando seis magníficas zambombas artesanas entre los participantes. Para todos ellos hubo un caldito reparador con el que ayudar a las gargantas a recuperarse tras tanto cántico. No faltaron entre los aficionados los miembros de las rondas de El Alamín y La Alegría, así como otras formaciones de los pueblos de alrededor. Pero sin duda fueron los vecinos de Trillo los que recabaron la atención de los espectadores con la zambomba gigante que han elaborado para celebrar este año la Navidad ‘a lo grande’.

   Cayo Andrés Martínez y Eduardo Sardat, ambos integrantes de la ronda ‘Que tirite el misterio’ de Trillo, han construido una zambomba de 1,23 metros de altura, tres metros de circunferencia y 98 centímetros de diámetro. Durante unas horas en las calles de Guadalajara dejó de hablarse de crisis para escuchar los sones de las zambombas y las letras de los villancicos que hablan de buenos deseos, de días de gozo, noches en paz y, sobre todo, esperanza.