Las asociaciones aventuran que hay muchos niños a los que la dictadura robó su identidad
01/10/2010 - 09:45
Por: Redacción
Las asociaciones de memoria histórica consideran que los casos de niños arrebatados a sus madres durante la Guerra Civil y la primera etapa del franquismo no son un fenómeno aislado. Aunque ninguna organización tiene datos precisos al respecto, sostienen que son muchos y creen que aflorarán. Estos organizaciones fundamentan su esperanza en el auto de Garzón, en el que reconoce que la dictadura pudo haber organizado un entramado legal para propiciar la pérdida de identidad de miles de niños en la década de los 40.
La Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica indicó que algunos de estos casos ya han sido denunciados en el juzgado de instrucción número cinco de la Audiencia Nacional a raíz de la apertura de las investigaciones sobre las desapariciones en el franquismo. El vicepresidente de la entidad, Santiago Macías, aventuró que a partir de ahora lloverán las denuncias y reclamó la apertura de todos los archivos para hacer un censo. El presidente del Foro de la Memoria, José María Pedreño, también exigió el acceso a los archivos civiles y militares para conocer en detalle los casos que pueda haber, ya que su organización tiene testimonios orales de ex presas del franquismo a las que se les arrebataron sus hijos después de dar a luz.
Las asociaciones coinciden en el método empleado: las mujeres parían en la cárcel y después se comunicaba a los familiares que los bebés habían nacido muertos. También enumeran casos de presas que fueron fusiladas, pero antes dieron a luz a sus bebés sin que las familias volviera a tener noticias de los recién nacidos.
Apoyo al juez
Un grupo de importantes intelectuales y artistas españoles comenzó hoy a recoger adhesiones a un manifiesto por la recuperación de la memoria histórica que sale en defensa de la investigación realizada por el juez Baltasar Garzón y exige el esclarecimiento de todos los crímenes del franquismo.
El líder es el escritor argentino Ernesto Sábato, que presidió la comisión civil que investigó el genocidio causado por la dictadura militar en su país, trabajo recogido en el sobrecogedor libro Nunca más. Junto a él estamparon su firma y presentaron el documento en el Círculo de Bellas Artes de Madrid literatos como José Saramago, José Luis Sampedro, Juan Goytisolo, José Manuel Caballero Bonald, Manuel Rivas, o Suso del Toro. El mundo del arte y la cultura estuvo también representado, entre otros, por actores como Juan Diego, José Sacristán, Pilar Bardem, cineastas como Pedro Almodóvar, y otras figuras relevantes como el hispanista Ian Gibson, el cantante Paco Ibáñez o la ex parlamentaria Cristina Almeida. Los impulsores del manifiesto, que quisieron presentar el documento el día en el que se cumplió el 33 aniversario de la muerte de Franco, lamentaron el desproporcionado ataque sufrido por Garzón y pidieron al Gobierno y a los tribunales territoriales que continúen la investigación para que se haga justicia a las víctimas, se completen las tareas de exhumación de los cadáveres de los desaparecidos, y se rehabilite a todos los represaliados.
Amnistía Internacional, por su parte, recaba apoyos para su manifiesto Para pasar página, primero hay que leerla, en el que reclama una investigación judicial sobre los desaparecidos del franquismo, y que ya cuenta con un nutrido grupo de firmantes procedentes del mundo del Derecho.
Olvidar
José Luis Rodríguez Zapatero, el mismo presidente del Gobierno que en su primera legislatura puso todo su empeño en sacar adelante la ley de la Memoria Histórica, defendió hoy que es preferible no hacer causa de asuntos como las calles dedicadas a protagonistas del alzamiento militar contra la República. Los residuos que quedan (del franquismo) irán desapareciendo poco a poco; como es lógico habrá gente con más disponibilidad a que eso suceda y otras con menos, alegó. Mientras el jefe del Ejecutivo defendía el olvido, los portavoces de Esquerra Republicana e IU clamaban en el Congreso por todo lo contrario, por una profundización de la aplicación de la ley de Memoria Histórica.
El comentario de Rodríguez Zapatero venía a cuento no sólo por el debate generado en torno a la decisión del juez Baltasar Garzón de abrir y después inhibirse de una causa general contra la dictadura, sino porque este jueves se cumplieron 33 años de la muerte del general Francisco Franco. El presidente, a quien se preguntó sobre el asunto en una rueda de prensa con el primer ministro de Túnez, Mohamed Ghannuchi, se enfrascó en un auténtico elogio del olvido y defendió que lo importante es que la mayoría de los españoles ya ni nos acordamos de lo que era el 20-N. Y añadió: todo lo que sea que eso esté en el olvido más profundo de nuestra memoria colectiva es un dato positivo.
La firmeza de sus palabras supuso un jarro de agua fría para las mismas fuerzas de izquierdas que en su primer mandato le incitaron a poner en marcha una ley de reparación a las víctimas de la Guerra Civil y del franquismo, y que después la criticaron por descafeinada. La Ley de la Memoria Histórica no sólo echó tierra sobre la posibilidad de exigir reparaciones jurídicas a los represaliados, sólo reparaciones simbólicas, sino que limita el papel de las Administración en la recuperación de familiares enterrados en fosas comunes al de mero facilitador.
Rodríguez Zapatero aseguró, aún así, que el Gobierno va a cumplir con la ley, que establece que los poderes públicos deben colaborar en esta tarea.
Es nuestra responsabilidad y nuestra obligación, subrayó. Cosa distinta es la desaparición de placas o simbología dedicadas a generales golpistas, tarea en la que dejó claro que no se implicará porque lo importante, dijo, es que queda poca, por no decir ninguna, añoranza del régimen franquista después de comprobar lo bien que se vive en democracia.
Reformas a la ley
Ajenos a estos comentarios, los portavoces de Esquerra Republicana e IU, Joan Tardá y Gaspar Llamazares, lejos de sumarse a la teoría de no remover el pasado exigieron al Gobierno una profundización de la Ley de Memoria Histórica. El ex coordinador de IU presentó una proposición no de ley que insta al Gobierno a crear una Fiscalía especializada en la atención a las víctimas del franquismo ya que si el Ministerio Público juega en los tribunales de las comunidades autónomas el mismo papel que en la Audiencia Nacional, la localización y exhumación de fosas se convertirá en una carrera de obstáculos.
Las asociaciones coinciden en el método empleado: las mujeres parían en la cárcel y después se comunicaba a los familiares que los bebés habían nacido muertos. También enumeran casos de presas que fueron fusiladas, pero antes dieron a luz a sus bebés sin que las familias volviera a tener noticias de los recién nacidos.
Apoyo al juez
Un grupo de importantes intelectuales y artistas españoles comenzó hoy a recoger adhesiones a un manifiesto por la recuperación de la memoria histórica que sale en defensa de la investigación realizada por el juez Baltasar Garzón y exige el esclarecimiento de todos los crímenes del franquismo.
El líder es el escritor argentino Ernesto Sábato, que presidió la comisión civil que investigó el genocidio causado por la dictadura militar en su país, trabajo recogido en el sobrecogedor libro Nunca más. Junto a él estamparon su firma y presentaron el documento en el Círculo de Bellas Artes de Madrid literatos como José Saramago, José Luis Sampedro, Juan Goytisolo, José Manuel Caballero Bonald, Manuel Rivas, o Suso del Toro. El mundo del arte y la cultura estuvo también representado, entre otros, por actores como Juan Diego, José Sacristán, Pilar Bardem, cineastas como Pedro Almodóvar, y otras figuras relevantes como el hispanista Ian Gibson, el cantante Paco Ibáñez o la ex parlamentaria Cristina Almeida. Los impulsores del manifiesto, que quisieron presentar el documento el día en el que se cumplió el 33 aniversario de la muerte de Franco, lamentaron el desproporcionado ataque sufrido por Garzón y pidieron al Gobierno y a los tribunales territoriales que continúen la investigación para que se haga justicia a las víctimas, se completen las tareas de exhumación de los cadáveres de los desaparecidos, y se rehabilite a todos los represaliados.
Amnistía Internacional, por su parte, recaba apoyos para su manifiesto Para pasar página, primero hay que leerla, en el que reclama una investigación judicial sobre los desaparecidos del franquismo, y que ya cuenta con un nutrido grupo de firmantes procedentes del mundo del Derecho.
Olvidar
José Luis Rodríguez Zapatero, el mismo presidente del Gobierno que en su primera legislatura puso todo su empeño en sacar adelante la ley de la Memoria Histórica, defendió hoy que es preferible no hacer causa de asuntos como las calles dedicadas a protagonistas del alzamiento militar contra la República. Los residuos que quedan (del franquismo) irán desapareciendo poco a poco; como es lógico habrá gente con más disponibilidad a que eso suceda y otras con menos, alegó. Mientras el jefe del Ejecutivo defendía el olvido, los portavoces de Esquerra Republicana e IU clamaban en el Congreso por todo lo contrario, por una profundización de la aplicación de la ley de Memoria Histórica.
El comentario de Rodríguez Zapatero venía a cuento no sólo por el debate generado en torno a la decisión del juez Baltasar Garzón de abrir y después inhibirse de una causa general contra la dictadura, sino porque este jueves se cumplieron 33 años de la muerte del general Francisco Franco. El presidente, a quien se preguntó sobre el asunto en una rueda de prensa con el primer ministro de Túnez, Mohamed Ghannuchi, se enfrascó en un auténtico elogio del olvido y defendió que lo importante es que la mayoría de los españoles ya ni nos acordamos de lo que era el 20-N. Y añadió: todo lo que sea que eso esté en el olvido más profundo de nuestra memoria colectiva es un dato positivo.
La firmeza de sus palabras supuso un jarro de agua fría para las mismas fuerzas de izquierdas que en su primer mandato le incitaron a poner en marcha una ley de reparación a las víctimas de la Guerra Civil y del franquismo, y que después la criticaron por descafeinada. La Ley de la Memoria Histórica no sólo echó tierra sobre la posibilidad de exigir reparaciones jurídicas a los represaliados, sólo reparaciones simbólicas, sino que limita el papel de las Administración en la recuperación de familiares enterrados en fosas comunes al de mero facilitador.
Rodríguez Zapatero aseguró, aún así, que el Gobierno va a cumplir con la ley, que establece que los poderes públicos deben colaborar en esta tarea.
Es nuestra responsabilidad y nuestra obligación, subrayó. Cosa distinta es la desaparición de placas o simbología dedicadas a generales golpistas, tarea en la que dejó claro que no se implicará porque lo importante, dijo, es que queda poca, por no decir ninguna, añoranza del régimen franquista después de comprobar lo bien que se vive en democracia.
Reformas a la ley
Ajenos a estos comentarios, los portavoces de Esquerra Republicana e IU, Joan Tardá y Gaspar Llamazares, lejos de sumarse a la teoría de no remover el pasado exigieron al Gobierno una profundización de la Ley de Memoria Histórica. El ex coordinador de IU presentó una proposición no de ley que insta al Gobierno a crear una Fiscalía especializada en la atención a las víctimas del franquismo ya que si el Ministerio Público juega en los tribunales de las comunidades autónomas el mismo papel que en la Audiencia Nacional, la localización y exhumación de fosas se convertirá en una carrera de obstáculos.