Las carrozas rompieron la inercia de los últimos años
Adiós a las carrozas de las administraciones o asociaciones que, independientemente de su estética, poco o nada tenían que ver entre sí en un desfile conjunto. La tónica de los últimos años en el desfile de la Semana Grande se rompió ayer con la exhibición de un grupo de 12 carrozas históricas, perfectamente organizadas y creadas en base a un mismo propósito: explicar a la población los acontecimientos de sus últimos 550 años de historia coincidiendo con la fecha en la que Enrique IV nombró ciudad a Guadalajara. Las carrozas estuvieron acompañadas de cinco grupos de música y alrededor de 250 personas y fueron vistas por miles de personas a lo largo de todo el recorrido.
Además, las carrozas no desfilaron solas, sino que estuvieron acompañadas por cinco grupos de música y alrededor de 250 personas, así como comparsas de moros y cristianos, algunas de ellas gracias a la colaboración del Ayuntamiento de Alicante, que ya colaboró con la capital para recrear una minifalla en plena plaza de Santo Domingo, con belleses del foc incluidas. El resultado de la apuesta de la concejalía de Festejos encabezada por Jaime Carnicero fue redondo. Por primer vez, las carrozas combinaron alegría festiva con un aporte añadido para el espectador: conocer la historia de sus antepasados. Además, no olvidaron desde el Ayuntamiento el detalle de repartir entre los presentes un tríptico explicativo de las cinco etapas más destacables del pasado capitalino. En este mismo texto explicaban que su motivación al hacer el cambio no era otra que la de que el desfile no fuera un "simple discurrir de carrozas festivas", sino un "ejercicio de memoria histórica con el que pretendemos acercar nuestro pasado a toda la ciudadanía, con la seguridad de que, en muchos, suscitaremos la fascinación por algo que desconocían y, en muchos más, el ánimo por ampliar sus conocimientos sobre la ciudad". Así fue, sin duda. La belleza y el detalle de las recreaciones fue minuciosa, desde el rey Enrique IV, hasta los esponsales de Carlos I e Isabel de Valois. La representación de Enrique IV fue de las mejor elaboradas ya que estuvo acompañada por una comparsa de Enrique IV con sus atributos; otra cristiana, con músicos; y otra medieval. Asimismo, acompañó el desfile de este periodo histórico una carroza de ambientación judía, otra musulmana y otra cristiana, con el escudo de Guadalajara. La aclamación de Fernando VI, quien estableció la creación de la Real Fábrica de Paños que tanto bien hizo a la sociedad de la época, también fue una hermosa recreación. De hecho, Guadalajara se situó a principios del siglo XIX entre las principales ciudades industriales de Europa y su población se multiplicó gracias a esta fábrica. Otro de los episodios de nuestro pasado fue el correspondiente al tránsito entre los siglos XIX y XX, cuando la ciudad se convirtió en cuna de la Aeronáutica e, incluso, la automoción. La Academia de Ingenieros, que trístemente pereció en un incendio a principios del siglo XX, formó a generaciones de oficiales que colaboraron con el desarrollo técnico y experimental de la industria española. En el parque de Los Manantiales se construyeron los dos únicos dirigibles realizados en España: Torres Quevedo -el primero, en 1908- y Reina María Cristina -1929-. Fruto de la llegada de los ingenieros, como también quedó patente en las recreaciones de las carrozas, se instaló la empresa Hispano, como fábrica de automóviles y material de guerra. El coche clásico Hispano-514 fue objeto de la admiración de los espectadores aficionados al motor. Para completar su puesta en escena, la comparsa acompañante iba disfrazada de obreros de montaje. El quinto episodio representado en el desfile no fue tan glorioso. Tras la Guerra Civil, a Guadalajara no le quedó más remedio que lamer sus heridas al haber perdido parte de su patrimonio arquitectónico, además de las impagables vidas humanas que quedaron segadas. No obstante, desde la organización prefirieron representar las décadas más felices del siglo, como los años 60 y 70 y el estilo hippy, con los típicos símbolos de la paz y las flores. Por último, la carroza de la actualidad consistió en una exhibición de música de percusión al estilo de Mayumaná. ORGANIZACIÓN Y COLABORADORES. En total, el desfile contó con la participación de 250 personas, cinco grupos de música, 14 comparsas y 13 carrozas históricas divididas en cinco periodos correspondientes a los últimos 550 años de historia, ya como Ciudad de Guadalajara: Guadalajara a finales de la Edad Media. Enrique IV llega a Guadalajara (siglo XV); Guadalajara en tiempos de Carlos I y Felipe II y boda real de éste con Isabel de Valois (siglo XVI); Guadalajara agradecida a los Borbones. Aclamación de Fernando VI y Real Fábrica de Paños (siglo XVIII); Guadalajara, cuna de la aeronáutica y La Hispano (tránsito del siglo XIX al XX) y, por último, Guadalajara de ayer a hoy (siglos XX y XXI).
El desfile histórico fue organizado por el Ayuntamiento de Guadalajara, contando con la colaboración del Tenorio Mendocino y Gentes de Guadalajara, Grupo Mascarones, Grupo de Baile La Cotilla, Asociación de Jubilados Infantado, Ecoaventura atrezzo, vestuario, personajes y coordinación y Ayuntamiento de Alicante. Entre las empresas patrocinadoras se encuentran Agricultores de la Vega de Valencia, Ibercaja, Patronato Deportivo Municipal, Cespa, Grupo Rayet, Caja Castilla-La Mancha, Trapsa, Dornier, Guadalagua, Caja de Guadalajara, Hercesa, Mahou, Proyectos Integrales de Balizamiento, Patronato Municipal de Cultura y Quabit Inmobiliaria. De hecho, el concejal de Festejos, Jaime Carnicero, quiso agradecer especialmente a estos colaboradores su aportación "incluso en tiempos de crisis" porque sin ellos, y las decenas de voluntarios que regalan su tiempo en preparar el festejo, no hubiera sido posible.