‘Las Cristinas’ trabaja para mejorar su convivencia

01/10/2010 - 09:45 Hemeroteca

Por: BEATRIZ PARIENTE
Los alumnos de quinto curso del Colegio Público María Cristina dieron ayer un importante paso para mejorar la convivencia diaria en las aulas, gracias al programa del Instituto Sindical de Cooperación al Desarrollo (ISCOD) promovido por UGT y bautizado con la denominación Mi escuela y el mundo.
FETE-UGT decidió poner en marcha este programa ante la evidente necesidad de intervenir en el seno de los centros, en un momento en que la diversidad cultural en las escuelas, así como otros problemas de calado social relacionados con el incremento de los casos de violencia en las aulas, hacían necesarios refuerzos externos para anticiparse a posibles roces o conflictos.
Así, este programa busca facilitar el diálogo entre niños de entre 6 y 12 años de edad de distintas culturas y, también, del propio país, inculcando en ellos valores universales como el respeto, la cooperación, la riqueza de la diversidad, el intercambio o la convivencia solidaria.
El programa en valores es fundamentalmente didáctico pero recurre también al juego y al entretenimiento como medios para conseguir sus propósitos. De hecho, tanto sus contenidos como su metodología son muy novedosos y consiguen llegar a los menores haciéndoles partícipes y protagonistas de las actividades programadas. Ayer, el papel protagonista correspondió a los niños del Colegio Público Las Cristinas, donde una maestra especializada en la resolución de conflictos en las aulas se encargó de sacar a relucir todos los trapos sucios de la convivencia entre unos y otros y, acto seguido, enumerar y razonar soluciones a sus enfrentamientos.
La maestra supo ganarse el respeto y la confianza de los 23 alumnos que participaron en el taller que, además, mostraron una madurez impropia de su edad al poner sobre la mesa todos aquellos aspectos que les disgustaban de sus compañeros. Entre todos, sacaron a relucir las conductas que no les gustaban de algunos compañeros y éstos se comprometieron a controlar su forma de actuar en beneficio de la clase. Los alumnos señalados por la clase sirvieron, según la maestra, como ejemplos de situaciones que pueden llegar a vivir en su piel todos ellos y que, ante todo, requieren de un clima de cordialidad para que acudir a clase no se convierta en un quebradero de cabeza.
“Uno no aprende cuando le cuentan historias ajenas, sino cuando profundizamos en lo que nosotros mismos compartimos”, explicó Eva, la maestra, a sus alumnos.
Las bromas de mal gusto, las interrupciones en clase o los malos modos fueron algunas de las actitudes criticadas abiertamente por los pequeños, en un ejercicio de sinceridad que les condujo, después, a escribir sobre el encerado todos los comportamientos que iban a potenciar y todos aquellos otros que iban a eliminar. Atender a lo que se dice en clase, pedir turno de palabra, respetar el turno de los otros, no reir las tonterías que hagan los compañeros, guardar silencio, ser solidarios o ser sinceros fueron algunos de los objetivos que se propusieron cumplir los alumnos a partir de ese mismo momento.
Además de desarrollar la educación en valores y la coexistencia en paz de alumnos de distintas procedencias, el taller trató de fomentar la autoestima de los alumnos que se sienten más débiles o menos integrados en el grupo.
Adoración Abella, orientadora del colegio, ya había entregado una encuesta a los niños para conocer su opinión sobre la convivencia en el colegio. “Los niños dijeron que se sentían seguros y que no había demasiadas situaciones de agresividad, sino los roces propios de la convivencia normal”. Fruto de estos sondeos se advirtió que, entre todo el alumnado, las clases que más reclamaban una mediación en asuntos de convivencia eran las de cuarto y quinto de Primaria.
Esta ha sido la primera vez que el colegio ha aceptado una propuesta de estas características para su alumnado.
Además, Pedro Sanz, responsable de FETE-UGT, repartió entre los asistentes material de la campaña Mi escuela y el mundo dirigido a que los niños continúen aplicando lo aprendido no sólo en el día del taller, sino durante toda su trayectoria vital.

La Junta también apuesta por la convivencia

Enmarcado en el Acuerdo por la Convivencia de Castilla-La Mancha, la Consejería de Educación inició el pasado mes de marzo el desarrollo de un Equipo de Apoyo a la Convivencia Escolar, una iniciativa nacida con el objetivo de prestar atención, asesoramiento y respuesta inmediata a los casos de especial relevancia relacionados con la convivencia.

Este servicio ofrece a toda la comunidad educativa una atención directa a través de la línea telefónica 900 102 636, en horario continuado de 8.30 a 22.00 horas todos los días lectivos del curso, y también a través del correo electrónico ’equipoconvivencia@jccm.es’.

Hasta la fecha, el Equipo ha recibido 223 consultas telefónicas y 12 vía correo electrónico, con una media de ocho llamadas al día. La mayoría responde a orientaciones sobre aspectos relacionados con recursos, materiales y programas, seguidas de disconformidad de las familias o profesores con aspectos de los centros; conflictos interpersonales relativos a alumnado con inadaptación personal o social, relaciones difíciles entre padres e hijos, o alumnado que se incorpora al centro tras una larga enfermedad; violencia, en casos de vandalismo o agresiones físicas; presunto acoso; y absentismo.

En total, el Equipo ha abierto 20 expedientes que no han requerido seguimiento y 45 con seguimiento, ya sea por parte de la Inspección o por la asesoría jurídica del propio Equipo.