“Las editoriales no quieren noveles, ellos quieren nombres”

31/08/2021 - 15:56 D. Koehn

‘Ladrones de Inocencia’, la tercera y última publicación de Rosa María García Palacio.

Ladrones de Inocencia es  el título del tercer libro de la autora Rosa María García Palacio, después de El Regreso y Los Baches del Camino, además de muchos otros relatos y escritos propios que ha estado cultivando desde hace décadas. Este último título habla sobre una historia que trata del miedo, del bien y el mal, del silencio y la tristeza. Todo a la mano de esta autora.  

¿Qué nos puede decir sobre Ladrones de Inocencia?
    Pues que es una novela que pretende remover conciencias. Nos habla de esos instintos, bajos y sucios, que unos disfrutan y otros sufren, que duelen y que hacen daño. Es una novela, pero también una realidad, el día a día que muchos sufren, niños que callan por vergüenza, o por miedo.

Su libro trata de un tópico difícil del que hablar, ¿Por qué eligió ese tema?
    Bueno, supongo hablas de la pederastia. Yo también [Risas]. Pues no sé. Los temas, yo al menos, no los elijo, me eligen. Soy muy social, me preocupa mucho la infancia y los temas sociales y la pederastia para mí es el peor de los pecados.

¿De dónde nació la idea de escribir esta historia?
    Escribo mucho, muchos cuentos cortos y Ladrones de Inocencia comenzó siendo eso, un cuento corto. Sólo que cuando llegué al final me quedó la sensación de que tenía flecos, muchos flecos de los que tirar. Y tirando, tirando, llegó Ladrones de Inocencia.

¿Cuándo comenzó a interesarle en la escritura y a convertirse en escritora?
    Siempre he escrito, ¡tengo mucha imaginación! Verás, soy madrileña, pero me enamoré de un tipo de Sotodosos, mi abuela era de aquí (Guadalajara), y lo dejé todo. Me vine a vivir al pueblo y aquí el tiempo cunde más. Durante los primeros años no trabajé y entretuve mi tiempo libre en pintar, hacer manualidades, ¡en mil cosas! Luego comencé a trabajar y ya no tenía tiempo para esas cosas, pero sí para escribir. Escribir no ocupa lugar, ¡con un ordenador basta! Así que empecé a escribir El Regreso, ¡me tiré cinco años escribiendo!, y lo dejé ahí. Cuando algún amigo me lo pedía se lo imprimía y listo, no soñaba con publicar. Pero luego comenzaron a animarme y mandé el manuscrito a un montón de editoriales, pero ni caso. Las editoriales no quieren saber de noveles, ¡ellos quieren nombres...! Éste es un tema complejo y no creas que busqué tanto. Por aquel entonces, más o menos, abrí mi blog: https://rosarumrosasrosas.blogspot.com/ y tiempo después me enteré de que podía publicar con Amazon. No es la mejor plataforma. Amazón es como un gran saco de arroz y tus libros granitos blancos  junto a miles más; súper difícil llamar la atención. Pero como lo tengo asumido, ¡pues al menos me quito el hipo!

¿Cuánto tardó en escribir esta última novela?
    Ladrones de Inocencia llegó tras Los Baches del Camino y no tienen nada que ver. Siempre dejo un tiempo de reposo entre historia e historia, para que no suenen igual, para desintoxicarme, para leer (nunca leo nada mientras tengo alguna historia entre manos). Más o menos un año después comencé a escribir Cuentos de la Guadaña y ésta, como ya te he comentado, era un cuento dentro de una saga de cuentos, pero no dejaba de llamarme, así que la rescaté, aparqué Los Cuentos y me puse con ello. Más o menos un año después ya estaba lista, pero estalló la pandemia y no pude llegar al final. Lo que estaba pasando en el mundo era mil veces más importante que las historias de mi cabeza; me fue imposible escribir una línea.

¿Cuáles son sus autores preferidos y qué nos recomienda leer?
    Depende, pero la edición siempre me lleva su tiempo porque hablamos de una media Unamuno y La Tía Tula, Pérez Reverte y su Capitán Alatriste y Stephen King, ¡todos! Eduardo Mendoza y La Ciudad de los Prodigios marcaron mi juventud. Luego llegó Auel y sus Mamut, que me mantuvieron en vilo durante años y Ken Follet con ¡Los Pilares de la Tierra me encantaron!  Tolkien y El Señor de los Anillos  y hasta ¡Harry Potter!  Ah, y Frank McCourt con Las cenizas de Ángela ¡me enamoró!

¿Hubo algún momento o parte de la historia que le costase más escribir?  
   No, lo cierto es que no. 

¿Qué consejos le daría a alguien que quiere empezar a escribir?
    Que escriba, que no piense en el lector, que escriba lo que le salga de dentro.

Dice en la sinopsis que se trata de una lucha entre el bien y el mal, ¿a qué se refiere?
    Realmente, de eso trata la vida, ¿no? El bien y el mal en constante lucha. Creo que tendrás que leerlo para descubrirlo. [Risas]. 

¿A qué público está dirigido Ladrones de Inocencia?.
    Ladrones de Inocencia es una historia dura, muy dura, he intentado, pero sólo intentado, suavizar algunos momentos. No me gusta regodearme en el dolor pero, sin duda, ésta no es una historia infantil, es una historia para adultos. Pero sí, yo la recomendaría a gente joven, pero también a adultos y ¡a gente mayor! Opino que hay que hablar y tratarlo todo, sobre todo, estos temas tan delicados y dolorosos. Es una historia con moraleja.

¿Cree que una víctima de este tipo de situaciones se identificará con la historia o incluso le ayudará a sanar?
    ¡Estoy segura! Ya he tenido algunos comentarios muy gratificantes al respecto, ¡me siento feliz!. ¡Ya ha merecido la pena todo el trabajo! 

 Entiendo que éste es el tercer libro que ha escrito, ¿ha notado alguna evolución o diferencia a la hora de crear historias?.
    Pues no sé. Tal vez con el primero fui más descriptiva, con este último he querido centrarme más en las emociones y dejado a la imaginación del lector la ubicación de los escenarios y el aspecto de sus protagonistas. 

Por último, ¿Cuál es su fin como escritora?
    [Risas ] ¡Ninguno! Sé que mis hijos vivirán de mis derechos de autor, pero que yo tendré que seguir trabajando. Esta es mi frase favorita, lo digo en broma. No sé si algún día podré llegar a tener algún fin con mis letras o si pasaré a la historia siendo una auténtica desconocida. De momento, sólo pretendo escribir, matar ese tiempo libre que nunca sobra haciendo lo que me gusta hacer: escribir.  Y si mis letras entretienen o remueven alguna conciencia pues ya ¡la mujer más feliz del mundo!