Las Ferias: todo un siglo de cambios
Hace 100 años, en 1910, por estos días, la capital todavía no estaba tan inmersa en los últimos preparativos de las Ferias y Fiestas pues éstas se celebraban algo más tarde, a mediados de octubre, y, además, no se organizaban ni contrataban con tanta antelación como actualmente.
Las diferencias respecto a aquel Programa de los Festejos que por acuerdo del Excelentísimo e Ilustrísimo Ayuntamiento se celebrarán en los días 14, 15, 16 y 17 de octubre de 1910, como reza la portada del mismo, conservado por el Archivo municipal e incluido dentro de la colección que reúne a todos los existentes desde 1877, son muchas y muy variadas respecto a la duración de los festejos y la variedad de actos, las ubicaciones que entonces tomaban y la tipología de éstos. Tal y como declaró el alcalde de la ciudad, Antonio Román, en la presentación del programa de las Ferias y Fiestas de 2010, que tuvo lugar la pasada semana, actualmente, éstas se sostienen sobre tres pilares: la música, los toros y las peñas y la participación ciudadana. Hace un siglo, la música estaba muy presente, aunque de un modo sustancialmente diferente; también había toros, pero sólo se celebraba una corrida; y las peñas, como las conocemos hoy, no existían. Ya había un gran interés por las actividades infantiles, eso sí, y también por los fuegos artificiales.
El programa de 1910
El programa físico de hace 100 años estaba lejos de las más de 90 páginas actuales; de hecho, era suficiente con cuatro más la portada y contraportada. En él no hay rastro de pregón oficial, ni de desfiles inaugurales tipo a los que celebramos actualmente, y tampoco hay chupinazo ni nada que se le parezca.
Las Fiestas y Feria en Guadalajara, que así se las denominaba entonces, comenzaban el día 14 a las ocho de la mañana con una gran diana, amenizada por la banda de música de esta población, anunciando la inauguración de la Feria. Al parecer, y también según señala el programa de actos, la gran diana estuvo acompañada por el disparo de bombas y cohetes. A continuación, a las 10.00 horas, la comparsa de Gigantes y Cabezudos, acompañada de tambores y gaitas, recorrería las calles de la ciudad. Ya por la tarde, a partir de las dos y media, el paseo de San Roque acogería la Fiesta del Árbol, en la que se distribuían meriendas y distintivos entre los niños que concurrían a ella. Poco después y en el mismo sitio, se celebraría un Gran Festival Infantil en el que tomaría parte un coro compuesto por 100 voces para interpretar los himnos a la Patria, a la Bandera y al Árbol, terminando con el estreno del grandioso Himno de Guadalajara, dedicado al entonces alcalde, Román García. Un espectáculo de globos grotescos luminosos y secciones gratuitas de cinematógrafo al aire libre cerraban el primer día de fiesta. Lo más destacable del segundo es una temprana y Gran Corrida de Toros en la que se lidiarán seis de la ganadería de Bañuelos, por los afamados diestros Vicente Pastor, Antonio Bolo, Regaterín y José Carmona Gordito, pues comenzaría a las tres de la tarde, según el programa de actos. Fuegos artificiales y Baile de Sociedad, en el Casino Principal, daban por concluida la segunda jornada festiva.
Durante el tercero y el último día de Fiestas y Feria se sucederían los Gigantes y Cabezudos, los conciertos musicales, los fuegos artificiales, los globos grotescos y el cinematógrafo al aire libre, que se intercalarían con varias acciones de reparto de alimentos en beneficio del Asilo de Ancianos Desamparados. El disparo de una bonita colección de Carcasas, en el parque de la Concordia, y diferentes Cucañas serán otras dos de las actividades de la cuarta y última jornada de festejos.