Llegó a mí: Todos locos
Hay comedias que no lo parecen... y tampoco es que importe demasiado, la verdad. A un servidor no es que le hiciera mucha gracia El lado bueno de las cosas, pero sí que le pareció interesante ese tono casi... alucinado, que usaba para contar una historia realmente imposible. A Llegó a mí le ocurre algo similar. Todo lo que pone sobre la mesa Rebecca Miller es tan inverosimil, que de alguna manera puede enganchar a quien busque otra cosa en una comedia romántica. Para empezar, que tampoco tenga tanto de comedia, ni de romántica. ¿Pero de qué va esta película entonces?
Peter Dinklage es un compositor de ópera que está atravesando una crisis personal y creativa, como todos los artistas cuando son protagonistas de una historia romántica en el cine, vamos. Su mujer y psicóloga, que como todas las psicólogas en el mundo de las comedias románticas -y muchos psicólogos en el real- está tronada de la cabeza, le obliga a salir a la calle para conectarse con el mundol. Y durante ese paseo, tanto se conecta que tiene una aventura con una capitána de remolcadores, Marisa Tomei, que tampoco está muy bien de lo suyo, porque es una adicta al romance diagnosticada y la acusaron de acoso. Por cierto, que no lo he dicho, la mujer de Dinklage no es otra que Anne Hathaway.
Y así con todo, al bueno del compositor no se le ocurre otra cosa que escribir una ópera sobre su amante ocasional, tan solo se ven una vez, en la que la convierte en una asesina. Está claro que Dinklage no ha visto Que nadie duerma, porque si lo hubiera hecho, esta película no existiría.
A lo nuestro, que esto, que podría parecer la trama principal, bien podría ser la trama secundaria de lo que aquí es la auténtica trama secundaria: dos jóvenes que se aman, pero al tener uno 18 años y la otra 16, el padrastro de ella le quiere hacer todo el lío al joven, que además es mulato (no sé si aún se puede escribir mulato o si ya está mal visto), porque el tipo es casi un psicópata de las normas... y además racista encubierto. Vamos, otro grillao más.
Con todo este arsenal de situaciones y personajes desequilibrados, la película solo puede ser rarita y alucinada. No tan lejana de El lado bueno de las cosas, pero sin unos personajes tan potentes y actores tan afinados. De hecho, Dinklage está demasiado histriónico y Hathaway, en un momento que imagino que en la mente de alguien debía resultar cómico, se convierte de repente en un personaje de Ari Aster aterrador y grimoso.
Y con todo me ha gustado, qué decirles. O por lo menos me ha entretenido. Llegó a mí es una película sin excesivas complicaciones, o con tantas que la única forma de verla es relajar la mente y dejarse llevar, sin prejuicios. Dicen que es comedia romántica, pero mienten. No saben ni ellos qué es.
Director: Rebecca Miller
País: EEUU