Lo que nos dijo el Rey

Empezando por mí, somos muchos los españoles que no solemos estar atentos a las pantallas del televisor a las nueve de la noche el día de Nochebuena, momento en el que el Jefe del Estado se dirija a los españoles felicitándonos la Navidad, deseándonos todo lo mejor para el año que comenzará dentro de unos días, y pocas cosas más. Los hogares españoles suelen estar a otras cosas en ese día y en ese preciso instante, marcadas por la tradición y por las buenas costumbres. Quienes sentimos cierto interés por conocer el mensaje preferimos dejarlo para mejor momento, para leerlo al día siguiente en la prensa escrita o bajarlo de Internet y poderlo saborear en toda su esencia y contenido. Como en precedentes ocasiones, fue un parlamento breve, interesante, que millones de españoles deseábamos escuchar en palabras de quien las debía decir. “Estamos viviendo momentos muy graves para nuestra vida democrática” fueron sus primeras palabras. Todo lo demás versó en torno al problema de Cataluña, con frases tan claras y rotundas como: “Hoy la sociedad catalana está fracturada y enfrentada”, o esta otra: “Es responsabilidad de los legítimos poderes del Estado, asegurar el orden constitucional y el normal funcionamiento de las instituciones”. 

    Recordó Felipe VI que: “Desde hace décadas vivimos en un Esta democrático, que ofrece las vías constitucionales para que cualquier persona pueda defender sus ideas dentro del respeto a la ley, porque, como todos sabemos, sin respeto no hay convivencia democrática posible en paz y en libertad, ni en Cataluña ni en ningún lugar del mundo”. Palabras fuertes y oportunas, que millones de compatriotas, residentes en la región catalana, como en el resto de España esperamos escuchar; eso sí, sin la confianza que, basándonos en hechos repetidamente probados, nos llevan a desconfiar. Nos dijo también que son momentos difíciles, muy complejos, pero que los superaremos, porque creemos en nuestro país y nos sentimos orgullosos de lo que somos. Que sea así -añadiría yo- por el bien de todos. La experiencia me dice que las gentes de estas tierras que viven en Cataluña, cuando vienen en verano a nuestros pueblos, que también son los suyos, estiran las vacaciones todo lo que pueden, antes de fijar la hora del regreso. Tal vez no todos lo hagan así, pero son muchos.