Loeches: “Si el mundo se gobernara como se gobiernan las abejas viviríamos en un paraíso”

26/02/2013 - 12:48 Ana I García

 
La música y la apicultura están de luto. El reconocido ingeniero de Sonido y productor musical, Pepe Loeches, ganador de cinco Grammys, falleció el día 15 de febrero en el Hospital Universitario de Guadalajara.
 Su famosa frase de saludo y despedida, ¡Que la paz sea contigo! es reconocida por todo el mundo
A mediados del mes de julio sufrió un infarto de corazón, las secuelas que le dejó la falta momentánea de riego en el cerebro, le dejaron en estado de coma, su inmensa fuerza interior, vitalidad y el positivismo que siempre le caracterizó, no fueron suficientes para ganar esta batalla.
 Muchas veces hemos de enfrentarnos a durísimas pérdidas en el mundo de la música, afrontamos la muerte de grandes estrellas, de leyendas vivas, de verdaderos genios que dejan como legado más importante su música. Pero hay otras veces en las que la muerte no es tan transcendente, pero tal vez sí tan importante o más como la de un famoso artista, ya que sin los ingenieros de sonido muchos cantantes no hubiesen alcanzado la fama.
 Pepe Loeches, nació en Albalate de Zorita (Guadalajara) el 26 de julio de 1946. Este ilustre albalateño recorrió el mundo capitaneando los mejores estudios de grabación. Un versátil y potente personaje a la hora de sentarse frente a las mesas de mezclas, logrando convertir cualquier tipo de material, en un producto de alta calidad, gracias a sus “oídos de oro”.
 Por sus manos pasaron innumerables figuras de la canción a nivel mundial, por citar algunos, Julio Iglesias, Alfredo Kraus, Miguel Bosé, El Fary, Raphael, Francisco, María Dolores Pradera, Lolita, José Luis Perales, Andrés Segovia, Manolo Escobar, Paco de Lucía, Bebo Valdés, y un largo etc., de artistas de élite, tanto de la canción como del cine, pues igualmente él grabó innumerables bandas sonoras de películas.
 Comenzó su carrera musical muy joven, apenas tenía 15 años, ejerció de ayudante en los estudios Hispavox de Madrid. Durante la década de los años 60, el mundo vivía una efervescencia y revolución musical, y en 1969 decidió irse a trabajar a Londres, que por aquel entonces era la Meca de la música por antonomasia. Trabajó en los estudios Pye Records, así como en otros varios como free lance, y tuvo la oportunidad de grabar a Paul McCartney, Ringo Star, Stevie Wonder, Take That, etc.
 Apasionado de la música, desde su adolescencia, vivió siempre por y para ella exclusivamente, dedicándose por entero a su profesión, y cuya labor ha sido recompensada con 5 Grammys ( los Óscar de la Música), otorgados por la National Academy of Recording Arts & Sciences, de Los Ángeles, Estados Unidos.
 En el año 1975, regresó de nuevo a España, sus raíces echaban en falta las costumbres de su tierra. Comenzó a trabajar en los Estudios Kirios, unos años más tarde se incorporaría al equipo de Eurosonic, que por aquel entonces era uno de los estudios de grabación más punteros a nivel nacional (en plena movida Madrileña, edad dorada del pop español).
 Ya como un consagrado ingeniero de sonido decidió junto con Joaquín Cobos montar su propio estudio de grabación, Musigrama, uno de los estudios más avanzados de toda Europa, por el cual pasaron la flor y nata del panorama musical del mundo.
De la música a la apicultura
Años más tarde, decidió bajarse del mundo de la música, pues a su juicio se empezó a usar y abusar de la tecnología, todo estaba perfectamente afinado, perfectamente cantado, pero en cambio… a la música empezaba a faltarle vida, circunstancia con la que el Ingeniero, no estaba en absoluto de acuerdo, por lo que vendió su estudio de grabación en Madrid, y decidió dedicarse por entero al mundo de la apicultura, afición que le venía desde niño, cuando acompañaba a su padre a extraer la miel de las colmenas familiares.
  Comenzó comprando 200 colmenas adicionales a las que poseía la propia familia de antaño y construyendo su propia envasadora de miel. A partir de entonces Pepe Loeches empezaba su nueva faceta de apicultor, que era otra de sus pasiones, se afincó en su pueblo natal Albalate de Zorita, entregándose como era habitual en él, por entero a la apicultura, en poco tiempo su miel con Denominación de Origen Miel de la Alcarria, fue galardonada con dos Premios Gran Selección de Castilla la Mancha.
 En la actualidad además de miel y productos de la colmena, se había metido de lleno en el mundo de la cosmética junto con su hijo, sus cremas a base de miel y propóleos, se pueden encontrar en muchos herbolarios, farmacias y parafarmacias de toda España, así como introduciendo en tiempo record sus productos en el complejo mercado de EE UU y en Méjico.
 Hombre polifacético, también ejerció de profesor de tecnología y manipulación del sonido en la Escuela de Cinematografía y Audiovisual de Madrid (ECAM), y en SAE Institute, impartiendo Masterclass, demostrando tener una gran capacidad para la enseñanza.
 Decir Pepe Loeches, es decir emprendedor, luchador, positivo, sencillo, humilde….. son algunos de los muchos calificativos con los que podríamos definirle. Este alcarreño, e ilustre embajador de su tierra natal, ha ido paseando orgulloso por más de medio mundo el nombre de su pueblo Albalate de Zorita, la “capital del mundo”, como él llamaba a su siempre querido pueblo.
 La capital del mundo se ha quedado huérfana, su siempre amable saludo ¡¡Que la paz sea contigo!!, ha dejado de escucharse. En sus calles falta la alegría que Pepe impregnaba sólo con su presencia pero siempre quedará en el recuerdo de todos muchas de sus frases con las que alegraba el día a familiares y amigos.
 Su gesto más grande de humildad y generosidad hacia todos, donde nos ha demostrado el gran corazón que tenía, ha sido donar su cuerpo a la ciencia.
 Innumerables artistas han querido tener un momento de recuerdo para con el ingeniero. Muchos saben, que de no haber sido por sus mezclas, talento e ideas, sus álbumes quizás no hubieran crecido en ventas millonarias.
 Sobra decir que esta pérdida es enorme para el mundo de la música. Expresamos nuestras más sinceras condolencias por la muerte de Pepe Loeches y esperamos que su recuerdo y legado siga vivo cada vez que escuchemos uno de los discos en los que participó y, con una gran sonrisa, pensemos: “qué bien suena esto… lo grabó Pepe Loeches”. Ahora sólo nos queda decirle, ¡Qué la paz sea contigo, amigo Pepe!.