Los aparejadores piden a la Administración que proteja el edificio de la vieja residencia

01/10/2010 - 09:45 Hemeroteca

Por: VIRGINIA BODEGA
El Colegio Oficial de Aparejadores de Guadalajara vuelve a mostrar su preocupación ante los rumores que apuntan a un posible derribo del edificio de la vieja residencia sanitaria, ubicado en la calle Ferial. Aunque la Consejería de Sanidad no ha confirmado qué actuación se llevará a cabo en la instalación para adaptarla a las necesidades modernas, el colectivo profesional considera inminente su derribo e insta a las administraciones local y regional a que protejan cuanto antes el edificio como Bien de Interés Cultural, “antes de que haya que lamentarlo”.
Desde hace algunos meses, el Colegio Oficial de Arquitectos Técnicos y Aparejadores ha iniciado una campaña para intentar preservar, conservar y proteger uno de los edificios que considera más importantes de Guadalajara, el de la antigua residencia sanitaria, el centro de salud de la calle Ferial, construido en los años 40 por el arquitecto Fernando García Mercadal, uno de los más importantes y reconocidos del siglo XX. Este colectivo profesional considera que la intención de la Consejería de Sanidad es derribar el viejo edificio y construir un nuevo complejo, aunque ninguno de los representantes de la Delegación provincial de Sanidad ni de la Consejería hayan confirmado esos supuestos planes. A pesar de ello, Antonio Miguel Trallero, presidente del Colegio de Aparejadores, deduce, de la última reunión que mantuvo con la delegada provincial de Sanidad, Eladia Abánades, que el derribo podría ser inminente. “Entendí los motivos que me dio la delegada de Sanidad, de que su prioridad es la salud”, explicó Trallero, “la entiendo, lo comparto, pero se pueden compaginar todas las cosas; desde un punto de vista arquitectónico creo que es un buen edificio, que merece mejor suerte que acabar en un vertedero, sobre todo en Guadalajara, donde siempre nos estamos lamentando de cómo se ha tratado el patrimonio”.
Para no tener que lamentar en el futuro la pérdida de un edificio de singular interés de la capital, desde el Colegio de Aparejadores van a instar tanto a la administración local como autonómica a que protejan el edificio, catalogándolo como BIC (Bien de Interés Cultural), lo que impediría su derribo. Para el colegio, “es cuestión de voluntad política” acelerar el proceso de catalogación del edificio.
La Consejería de Sanidad todavía no ha determinado cuál será la solución para dotar a este barrio de un mejor servicio de salud, adaptado a sus nuevas necesidades. Se manejan varias opciones, ninguna en firme, pero habrá que esperar a tener todos los informes técnicos tanto del edificio como del programa de necesidades sanitarias de la zona para decidir sobre su futuro.