Los asentamientos deberían someterse al Gobierno palestino

01/10/2010 - 09:45 Hemeroteca

Por: EUROPA PRESS
Según el director del Departamento de Supervisión de los Asentamientos del Instituto de Estudios Aplicados Jerusalén (ARIJ), Sujail Jalilieh, el proceso de construcción de asentamientos israelíes en los territorios palestinos es el principal obstáculo que impide al Gobierno israelí y a la Autoridad Palestina de Mahmud Abbas comenzar las negociaciones para resolver el conflicto en Oriente Próximo.
El proceso de construcción de asentamientos israelíes en los territorios palestinos es el principal obstáculo que impide al Gobierno israelí y a la Autoridad Palestina de Mahmud Abbas emprender las negociaciones directas de paz para resolver cara a cara el conflicto en Oriente Próximo sin la presencia de un mediador adicional.
A juicio de los expertos palestinos, la solución sería que los colonos aceptasen “ser gobernados bajo la jurisdicción palestina”, pero admiten que es un problema insalvable y que los asentamientos conforman en sí mismos una estructura cuya enorme influencia caracteriza cada una de las decisiones del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu.
Ocho meses después de que el jefe del Ejecutivo ordenara la paralización de nuevos asentamientos en Cisjordania, ocupado por Israel desde 1967, para el director del Departamento de Supervisión de los Asentamientos del Instituto de Estudios Aplicados Jerusalén (ARIJ), Sujail Jalilieh, la detención de la expansión es “relativa” y que realidad “se parece más a la de el Salvaje Oeste”. Es precisamente en Cisjordania en la que Jalilieh alerta de la tensa calma que se advierte en sus asentamientos, que ocupan del total de la región, están habitados por unos 300.000 colonos y estratégicamente planeados para aprovechar el máximo de los escasos recursos naturales. De momento, no se tiene constancia de nuevas viviendas pero “se trabaja la tierra, se instala alcantarillado y se ponen líneas eléctricas; de todo, menos construir casas”.
En Cisjordania, los asentamientos se encuentran distribuidos a lo largo y ancho del territorio en forma de bolsas de población, están en su mayoría separados de las comunidades palestinas por un muro de separación que a día de hoy se extiende a lo largo de 774 kilómetros de largo, instalado en respuesta a la posibilidad de ataques palestinos, según Israel.
Más allá del muro, considerado ilegal por la Corte Internacional de Justicia, se extiende una zona relativamente pequeña en extensión hasta las fronteras del Estado de Israel delimitadas por la línea de armisticio fijada en 1949 tras el conflicto árabe-israelí - que no comprende los territorios ocupados 18 años después-. No obstante y paradójicamente, podría suponer una leve esperanza para la solución de este conflicto.

Compromiso
“Estaríamos encantados de ayudar a los israelíes a construir el muro siempre y cuando se extienda a la frontera del armisticio”, indica Jalilieh. En esos 773 kilómetros cuadrados de extensión se encuentran el 80 por ciento de los asentamientos israelíes en la región. Se encuentran “fuera del muro” pero la presencia palestina es prácticamente nula, Israel está a sus espaldas y están en una zona donde la mitad de la extensión es terreno cultivable, un bien enormemente preciado en el desértico clima cisjordano y esencial para la política agrícola intensiva que Israel ha realizado hasta hace pocas fechas.
Jalileh apunta otra condición para la convivencia: que estos asentamientos “acepten ser gobernados bajo la jurisdicción palestina”. En la realidad política cisjordana es casi un deseo. “Los colonos israelíes no van a aceptar esa solución”, reconoce el experto, máxime cuando han alcanzado un extraordinario nivel de influencia en las esferas económica, política y militar de Israel.