Los danzantes, el gracioso, el diablo y un ángel salvador se citan en las fiestas de San Acacio

18/06/2011 - 12:12 Redacción

 
Los vecinos de la localidad de Utande celebran durante estos días sus fiestas en honor a San Acacio. Entre el completo programa de actividades propuesto para el fin de semana, destacan por méritos propios las que tendrán lugar el día de mañana, a las 14.00 horas. Declaradas Fiesta de Interés Turístico Provincial, los danzantes volverán a formar parte de la loa, una pequeña representación que, además de contar con su presencia, lleva al escenario a los personajes del gracioso, el diablo y el ángel salvador. Utande celebra durante este fin de semana las fiestas en honor a San Acacio, en las que no faltarán la música, que correrá a cargo del dúo Big Ben y de la orquesta Mádelon; las actividades infantiles, entre las que destacan los castillos hinchables, un concurso de pintura para niños y un espectáculo de magia; y los torneos deportivos, como el de brisa, mus, petanca y bolos castellanos. Pero, según indican desde el Consistorio, “el plato fuerte de esta conmemoración tendrá lugar mañana, cuando se celebren la loa y la danza”, que se llevarán a cabo a las 14.00 horas en la plaza del pueblo. Antes, se celebrará la misa y los devotos de San Acacio recorrerán las calles del pueblo acompañando a su santo patrón en procesión. La marcha comenzará a las 12.30 horas, al son de Los Maurotos. La loa y la danza en honor a San Acacio Mártir están declaradas como Fiesta de Interés Turístico Provincial y tienen un origen remoto. Algunos historiadores creen que la danza se trata de una tradición antiquísima, incluso entroncada en algún asentamiento romano en estas tierras. En cuanto a la loa, auto sacramental que se representa antes de la danza, está protagonizada por un gracioso, un demonio, un ángel y los ocho danzantes. El gracioso encarna al pueblo devoto. Su atuendo blanco simboliza la pureza y bondad. “Bendito sea el Señor y aquí este noble auditorio, Dios quiera que no se mezcle en nosotros el demonio”, comienza diciendo este personaje. Posteriormente, entran a escena los danzantes, que alaban los milagros realizados por San Acacio. “Afuera, que ya voy yo. Que no es razón que vosotros hagáis solos la función”, les reprocha nuevamente el gracioso, que vuelve a subir al escenario. Luego es el demonio el que, invocando a Adriano, hace acto de presencia amenazando de muerte al gracioso, que se ve obligado a pedir ayuda a San Acacio para salir del aprieto. “Así lo haré para todos a un Luzbel engañador, tú siempre serás la causa de quitar la devoción”, anuncia un ángel salvador, que acude a las súplicas del gracioso. Finalmente, el bien vence al mal y el pueblo sale victorioso. En ese momento, el protagonismo es nuevamente para el gracioso que, “con un divertido monólogo, en el que no deja títere con cabeza”, pone punto y final a la loa. “Son las señoras mujeres muy amigas de parlar y malas lenguas despliegan, no hay hombre del que no digan de qué pie es del que cojea. Después salen a la plaza, por ver, señores, por ver, si aquella va bien peinada y si baila bien aquel”, bromea el gracioso en uno de estos pasajes. Tras la loa llega el turno para los ocho danzantes que, ataviados con camisa, enaguas y medias blancas, en contraste con el colorido de sus cinteros, bandas, pañuelos y alpargatas, bailan al son de los paludillos, de las castañuelas y del laúd que suena de fondo. El punto y final a estas fiestas llegará el domingo a las 19.00 horas, con la entrega de trofeos a los ganadores en las diferentes competiciones y la traca final.