Los empleados de Avicu suspenden su huelga de manera momentánea
01/10/2010 - 09:45
La huelga de los trabajadores de Avicu fue desconvocada ayer de manera momentánea, después de que el comité de empresa se reuniera con la dirección de la empresa, y a pesar de salir totalmente desanimados de dicho encuentro, tras el que consideran que la empresa va de cabeza a un concurso de acreedores. Los empleados han vuelto al trabajo, porque consideran que no existe otra salida a su situación.
Los más de 400 trabajadores de Avicu suspendieron ayer, de manera momentánea, la huelga indefinida que iniciaron en días alternos la pasada semana y han vuelto al trabajo pese a que su situación, tras casi tres meses sin cobrar la nómina, es agónica.
Así lo indicaron ayer por la tarde fuentes del comité de empresa del grupo avícola, después de la reunión mantenida ayer con la dirección de la empresa, de la que aseguran que salieron totalmente desanimados. Vamos de cabeza a un concurso de acreedores, dijeron las mismas fuentes, que han explicado que los trabajadores han decidido la suspensión temporal de la huelga que iniciaron hace una semana porque no cobran desde septiembre.
Los trabajadores han preferido volver a trabajar porque se han percatado de que esto ya no tiene salida, al comprobar que se ha pasado de matar unos 44.000 pollos diarios a unos 10.000.
Un mal sueño
Los propios trabajadores piden como regalo de Navidad que el año acabe cuanto antes, porque parece un mal sueño, y que finalmente se pueda encontrar una solución a su problema, aunque éste tenga que pasar por la suspensión temporal de los contratos como la menos mala posible.
En cualquier caso, desde el comité han criticado la actitud irresponsable del máximo accionista de Avicu, Jesús María Saboya, porque está jugando con más de 400 familias, muchas de ellas con graves problemas económicos tras no cobrar desde hace casi tres meses.
Estos trabajadores concluyen de manera indefinida su periodo de huelga, iniciado hace apenas 10 días. El seguimiento de la huelga por parte de los trabajadores de la plantilla ha sido masivo, del 100 por 100 según los sindicatos, y es que la situación de la empresa ha afectado a todos por igual. Tras varias jornadas de huelga, paros parciales y varias marchas por las calles de la capital, estos empleados siguen sin ver la solución a sus problemas y vuelven al trabajo, aunque con pocas esperanzas de cobrar todo lo que se les adeuda.
Así lo indicaron ayer por la tarde fuentes del comité de empresa del grupo avícola, después de la reunión mantenida ayer con la dirección de la empresa, de la que aseguran que salieron totalmente desanimados. Vamos de cabeza a un concurso de acreedores, dijeron las mismas fuentes, que han explicado que los trabajadores han decidido la suspensión temporal de la huelga que iniciaron hace una semana porque no cobran desde septiembre.
Los trabajadores han preferido volver a trabajar porque se han percatado de que esto ya no tiene salida, al comprobar que se ha pasado de matar unos 44.000 pollos diarios a unos 10.000.
Un mal sueño
Los propios trabajadores piden como regalo de Navidad que el año acabe cuanto antes, porque parece un mal sueño, y que finalmente se pueda encontrar una solución a su problema, aunque éste tenga que pasar por la suspensión temporal de los contratos como la menos mala posible.
En cualquier caso, desde el comité han criticado la actitud irresponsable del máximo accionista de Avicu, Jesús María Saboya, porque está jugando con más de 400 familias, muchas de ellas con graves problemas económicos tras no cobrar desde hace casi tres meses.
Estos trabajadores concluyen de manera indefinida su periodo de huelga, iniciado hace apenas 10 días. El seguimiento de la huelga por parte de los trabajadores de la plantilla ha sido masivo, del 100 por 100 según los sindicatos, y es que la situación de la empresa ha afectado a todos por igual. Tras varias jornadas de huelga, paros parciales y varias marchas por las calles de la capital, estos empleados siguen sin ver la solución a sus problemas y vuelven al trabajo, aunque con pocas esperanzas de cobrar todo lo que se les adeuda.