Los españoles pierden poder adquisitivo por quinto año consecutivo
01/10/2010 - 09:45
Por: Redacción
Los salarios de los españoles perderán en 2008 poder adquisitivo por quinto año consecutivo. Y eso a pesar de que el incremento salarial medio de los españoles el pasado mes de agosto se ha situado en el 4,4% seis décimas por encima de lo que lo hicieron los sueldos en Europa occidental que se vieron incrementaos en un 3,8%. Por categorías laborales apenas se observan diferencias de unas décimas en los diferentes comportamientos retributivos, localizándose las principales subidas de salarios en aquellos empleados de mayor talento que mas pueden contribuir al desarrollo del negocio.
La pérdida de poder adquisitivo de los salarios en España, tendencia que se produce desde 2004, se ha agudizado este año por la escalada de la inflación, al registrar los españoles un incremento salarial medio del 4,4%, cinco décimas por debajo del IPC interanual de agosto, que se situó en el 4,9%, según el Estudio General de Remuneraciones elaborado por Watson Wyatt. En 2008 España volvió a liderar las subidas salariales de la Europa Occidental, compartiendo los puestos de cabeza con Grecia e Irlanda, donde las retribuciones aumentaron un 5,7% y un 4,5%, respectivamente. Sin embargo, mientras los españoles perdieron otra vez poder adquisitivo en sus remuneraciones fijas, los griegos e irlandeses obtuvieron una clara ganancia en su poder de compra.
España es además el país europeo que muestra un mayor diferencial entre la previsión de incremento salarial para 2008 que tenían las empresas (3,8%) y el dato final (4,4%), hecho que, según el estudio, se explica porque esperaban un mejor comportamiento de la inflación en un contexto de ralentización económica y, por tanto, de menor consumo y más desempleo. Para Watson Wyatt, esta situación refleja que el impacto de la subida de los precios y de la crisis económica internacional ha sido mayor en España que en la mayoría de países europeos, de forma que las empresas españolas se han visto obligadas a corregir al alza sus previsiones salariales en seis décimas, perdiendo competitividad en sus productos y, al mismo tiempo, mermando el poder adquisitivo de los salarios.
Mientras que en España los salarios crecieron un 4,4% en 2008, en Europa occidental lo hicieron un 3,8%, es decir, seis décimas menos, diferencial que en 2007 fue de cuatro décimas. Frente a Grecia, Irlanda y España, que encabezaron las subidas, los países que experimentaron menores crecimientos salariales fueron Suiza (2,7%) y Francia y Alemania, ambos con repuntes del 3,3%. Para 2009, Watson Wyatt prevé que los salarios suban un 4,2%, cinco décimas más que en Europa occidental (3,7%).
El talento se paga
Por categorías laborales apenas se observan diferencias de unas décimas en los diferentes comportamientos retributivos. Los puestos de mayor cualificación, como dirección general, dirección superior y dirección intermedia, incrementaron sus salarios en torno a un 4,5% en 2008, mientras que los trabajadores manuales vieron crecer sus sueldos un 4,2%.
La mayor parte de las retribuciones variables en función del desempeño se concentran en los puestos más influyentes para el negocio (dirección general, superior e intermedia) y, dentro de la retribución en especie para directivos, los coches de empresa, con un 97% de compañías que los otorgan, el teléfono móvil (95%) y la formación (91%), siguen siendo las concesiones estrella.
Más lejos se encuentran los cheques médicos gratuitos (la mitad de las empresas los ofrece), los cheques comida (46%), los prestamos a bajo interés (30%) y los gastos de representación (12%). Los planes destock options para los empleados han perdido peso en los últimos años mientras gana terreno la preocupación por los planes de previsión social, especialmente entre los puestos directivos.
España es además el país europeo que muestra un mayor diferencial entre la previsión de incremento salarial para 2008 que tenían las empresas (3,8%) y el dato final (4,4%), hecho que, según el estudio, se explica porque esperaban un mejor comportamiento de la inflación en un contexto de ralentización económica y, por tanto, de menor consumo y más desempleo. Para Watson Wyatt, esta situación refleja que el impacto de la subida de los precios y de la crisis económica internacional ha sido mayor en España que en la mayoría de países europeos, de forma que las empresas españolas se han visto obligadas a corregir al alza sus previsiones salariales en seis décimas, perdiendo competitividad en sus productos y, al mismo tiempo, mermando el poder adquisitivo de los salarios.
Mientras que en España los salarios crecieron un 4,4% en 2008, en Europa occidental lo hicieron un 3,8%, es decir, seis décimas menos, diferencial que en 2007 fue de cuatro décimas. Frente a Grecia, Irlanda y España, que encabezaron las subidas, los países que experimentaron menores crecimientos salariales fueron Suiza (2,7%) y Francia y Alemania, ambos con repuntes del 3,3%. Para 2009, Watson Wyatt prevé que los salarios suban un 4,2%, cinco décimas más que en Europa occidental (3,7%).
El talento se paga
Por categorías laborales apenas se observan diferencias de unas décimas en los diferentes comportamientos retributivos. Los puestos de mayor cualificación, como dirección general, dirección superior y dirección intermedia, incrementaron sus salarios en torno a un 4,5% en 2008, mientras que los trabajadores manuales vieron crecer sus sueldos un 4,2%.
La mayor parte de las retribuciones variables en función del desempeño se concentran en los puestos más influyentes para el negocio (dirección general, superior e intermedia) y, dentro de la retribución en especie para directivos, los coches de empresa, con un 97% de compañías que los otorgan, el teléfono móvil (95%) y la formación (91%), siguen siendo las concesiones estrella.
Más lejos se encuentran los cheques médicos gratuitos (la mitad de las empresas los ofrece), los cheques comida (46%), los prestamos a bajo interés (30%) y los gastos de representación (12%). Los planes destock options para los empleados han perdido peso en los últimos años mientras gana terreno la preocupación por los planes de previsión social, especialmente entre los puestos directivos.