Los ‘observadores urbanos’ mejoran la ciudad en pro de su desarrollo personal

01/10/2010 - 09:45 Hemeroteca

Una PDA ha sido la herramienta de trabajo de los observadores.
Por: VIRGINIA BODEGA
La concejala de Personal en el Ayuntamiento de la capital, Encarnación Jiménez, hizo ayer balance del programa Observación y Detección de Necesidades en los barrios de Guadalajara, más conocido como ‘Observadores Urbanos’. El proyecto, en el que han participado cuatro jóvenes con discapacidad intelectual, ha resultado muy satisfactorio, tanto para la ciudad como para el desarrollo personal de sus integrantes.
Ismael, Eva, Marta y José, cuatro vecinos especiales de la capital, vigilan, desde el pasado verano, lo que le ocurre a ésta en su día a día: aceras y pavimentos hundidos, levantados, rotos o en mal estado; tomas, fuentes, sumideros o cañerías que pierden agua; señalización vial o mobiliario urbano deteriorado, roto o inexistente; y otros muchos detalles de las calles del centro de la ciudad en los que han detectado anomalías. Estos observadores urbanos, que así se denominó la iniciativa el año pasado, cuando se puso en marcha en el marco del Plan Integrado de Empleo, han informado en su andadura por las calles de un total de 651 incidencias a los técnicos municipales responsables de su arreglo, de las cuales se ha subsanado cerca del 50 por ciento, tal y como explicó ayer la concejala de Personal en el Ayuntamiento de Guadalajara, Encarnación Jiménez, edil de la que partió la idea, que ayer hizo balance del novedoso programa y ofreció las primeras conclusiones del mismo.
Un programa que ha perseguido durante su transcurso –está a punto de terminar, lo hará el próximo 31 de marzo–, distintos objetivos. El primero de ellos es un objetivo socio-laboral, pues como comentó la concejala, ha permitido la inserción laboral de cuatro personas con discapacidad intelectual, cuyo acceso al mercado laboral se hace harto complicado; un segundo objetivo, en este caso de carácter económico, pues el trabajo de estos cuatro observadores ha buscado “la optimización de los recursos públicos municipales”; por otra parte, un objetivo medioambiental, ya que “ha supuesto, en la mayoría de las ocasiones, mejorar las condiciones medioambientales a través de la detección de distintas anomalías que se han podido corregir”; y por último, como concluyó Jiménez, “conseguir el manejo de herramientas y de nuevas tecnologías” por parte de los cuatro trabajadores. En conclusión, el trabajo de estos cuatro observadores urbanos ha permitido corregir diversas anomalías y defectos que achacaba la capital, logrando eliminarlos, optimizando los recursos económicos del Ayuntamiento y, en segundo lugar, pero más importante, lograr un desarrollo personal y profesional en los cuatro participantes en el programa, que han crecido como personas y como trabajadores durante todos estos meses, lo que será muy positivo de cara a su vida futura.
La primera fase de su trabajo se desarrolló de junio a agosto del año pasado, mientras que la segunda, que todavía continúa, comenzó en septiembre y terminará a finales de mes. Su sede se encuentra en la estación de autobuses, mientras que el centro de la capital ha sido su principal área de actuación. Dos personas, concretamente dos psicólogas, han llevado a cabo la labor de acompañamiento, guiando, ayudando y apoyando en todo momento el trabajo de los cuatro observadores. Durante la primera etapa la formación copó gran parte de las horas de trabajo: el desarrollo de las habilidades personales y sociales, la localización espacial y la orientación, el uso y manejo de las nuevas tecnologías –teléfonos móviles, PDA, GPS, correo electrónico y distintos programas informáticos–, identificación y clasificación de elementos urbanos por categorías, educación vial y prevención de riesgos laborales, han sido las principales áreas a tratar. La concejala explicó que los observadores, una vez que se familiarizaron y aprendieron a utilizar todas estas herramientas, “se echaron a la calle”, trabajo de campo que explicó, mediante diapositivas, uno de los cuatro protagonistas, José.

El día a día
Señalización, red de agua, farolas, aceras y calzada, limpieza, mobiliario urbano y una última denominada varios son las siete categorías a las que los cuatro observadores prestan especial atención en su periplo diario por las calles, tal y como explicó José, mientras mostraba el programa informático en el que después dejan constancia de las anomalías o necesidades que observan en cada una de ellas. “Salimos a la calle y fotografiamos farolas rotas, sumideros [...]; después vamos a la sede, descargamos las fotos, las editamos y las enviamos a los técnicos municipales”, explicó José. Una vez en manos de los técnicos del Ayuntamiento, son ellos, en colaboración con la Concejalía de Servicios Públicos, que también está colaborando muy estrechamente en el desarrollo del programa, los que escogen las medidas a tomar en cada caso.
Además de las cosas que más les han gustado de su trabajo a estos cuatro observadores –aparte del desayuno, como ellos mismos comentaron entre risas–, “salir a la calle”, como admitió Ismael, o “registrar las incidencias”, como dijo, por su parte, Eva, también han encontrado algunas dificultades, entre ellas “utilizar la PDA”, como admitió también Eva. Sin embargo, el balance que hacen del programa, tanto los responsables municipales –entre ellos el propio alcalde de la capital, Antonio Román, que se unió al final de la presentación de las conclusiones del programa– como las representantes de la Oficina Local de Empleo y de las asociaciones colaboradoras (Asociación Las Encinas y Asociación Síndrome de Down), es totalmente “positivo” y “satisfactorio”, hasta el punto, tal y como anunció la concejala, que “esperamos poder volver a contar con este trabajo en una nueva edición”.