Los precios de los alimentos seguirán elevados durante la próxima década, según OCDE y FAO
01/10/2010 - 09:45
Por: EUROPA PRESS
Los precios de los alimentos seguirán elevados durante la próxima década aunque los actuales récords no perduren, según el informe sobre perspectivas agrícolas publicado hoy por la Organización de Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE) y la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO).
"Como resultado de la dinámica entre suministro y demanda, las perspectivas sugieren que los precios de las materias primas alimentarias en términos nominales y a medio plazo se situarán sustancialmente por encima de los niveles que prevalecieron durante los pasados diez años", aseguran ambas organizaciones en el mencionado estudio.
Si se comparan las medias de la próxima década con las de la década pasada, está previsto que los precios reales --precios nominales teniendo en cuenta la inflación-- se incrementen en una horquilla que va desde menos del 10 por ciento en el caso del arroz y el azúcar, del 20 por ciento en el caso del trigo, cerca del 30 por ciento en el precio de la mantequilla, los cereales secundarios y semillas oleaginosas y en más del 50 por ciento los aceites vegetales.
La media de precios nominales de los alimentos entre 2008 y 2017 establece un incremento de los mismos del 20% para la carne de vacuno y porcino con respecto a los niveles de entre 1998 y 2007.
Los dos organismos internacionales ponen de relieve que el elevado precio de los alimentos seguirá afectando con más dureza a las poblaciones pobres especialmente en las zonas urbanas de los países con escasos ingresos. Así pues, aunque la ayuda humanitaria es la la mejor solución a corto plazo, el acento debe ponerse en el aumento de la productividad de las explotaciones agrícolas.
Además, la respuesta no debe ser el proteccionismo sino la apertura de los mercados y la liberalización de la capacidad productiva de los agricultores, tal y como subrayó el secretario general de la OCDE, Angel Gurría, durante la presentación del informe a la prensa.
"Las restricciones comerciales tienen a menudo efectos indeseables e inesperados. Los subsidios a la exportación agrícola contribuyen a dañar la capacidad agrícola y la estabilidad social del medio rural en muchos países en desarrollo", advirtió Gurría.
Por su parte, el director general de la FAO, Jacques Diouf, destacó que "a pesar de la situación actual de los precios, o precisamente a causa de ello, las disponibilidad alimentaria por habitante debería aumentar a escala mundial", como es el caso de la producción y el consumo de productos animales en muchos países en vías de desarrollo.
PROBLEMAS DE OFERTA.
No obstante, Diouf mostró su preocupación por el hecho de que el informe demuestra que los precios podrían bajar pero los 'stocks' podrían seguir siendo débiles, lo que quiere decir que en el futuro cualquier imprevisto en la oferta, algo muy probable dada la creciente frecuencia de sequías, podría provocar un nuevo aumento de los precios.
Según Diouf, el aumento de los precios, sin embargo, abre perspectivas de crecimiento de la producción e ingresos para los productores rurales por lo que puede aprovecharse para relanzar la agricultura en países con escasa productividad. "Debemos aprovechar la ocasión para reforzar las capacidades de estos países para que respondan al aumento de la demanda de los productos agrícolas", dijo.
Entre los factores que están detrás del alza de precios en los últimos años, el documento de la FAO y la OCDE menciona la sequía en algunas de las principales regiones cerealeras del mundo, aunque se trata de una causa transitoria.
A ello se añade un empeoramiento de las cosechas, notablemente en países como Australia, la producción de biodiesel, los cambios en la dieta de la población de los países emergentes, los flujos de inversión en los mercados de cotización de materias primas y los elevados precios del crudo, que impulsan al alza los gastos de producción.
REPLANTEARSE LA PRODUCCIÓN DE BIODIESEL.
El informe sugiere también que, debido a la situación de la oferta y la demanda, sería necesario recurrir a cultivos modificados genéticamente e insinúa que es necesario un replanteamiento de los programas de producción de biodiesel por el daño que están ejerciendo en el suministro de cereales destinados a la alimentación del ganado y al consumo en general.
Según el informe, la producción mundial de etanol se triplicó entre 2000 y 2007 y se espera que se duplique de nuevo de aquí a 2017, para alcanzar los 127.000 millones de litros anuales. Y la de biodiesel aumentará desde 11.000 millones de litros anuales en 2007 a cerca de 24.000 millones en 2017.
El crecimiento en la producción de biocombustibles provoca por tanto mayor demanda de cereales, semillas oleaginosas y azúcar, con lo que se contribuye a mantener altos los precios.
En los países de la OCDE la producción de biocombustibles ha sido promovida con medidas políticas y el informe indica que "no está claro que la seguridad energética y los objetivos medioambientales y económicos" se logren con las tecnologías de producción actuales.
"Con una producción de biocarburantes que debería más que duplicarse en el curso de la próxima década, según las estimaciones más prudentes, se intensifica la presión ejercida sobre la agricultura", indica el director general de la FAO.
En su opinión, se debe analizar su "incidencia" y tomar las medidas necesarias para no repetir los "errores" políticos cometidos en el pasado a nivel mundial, que terminaron pagando "muy caro" los países más pobres.
El secretario general de la OCDE añade también los "factores especulativos" que contribuyen al nerviosismo y la volatilidad de los mercados. "Lo que se necesita ahora es una respuesta objetiva, efectiva, coherente y global para evitar que la situación sea peor", advierte.
Si se comparan las medias de la próxima década con las de la década pasada, está previsto que los precios reales --precios nominales teniendo en cuenta la inflación-- se incrementen en una horquilla que va desde menos del 10 por ciento en el caso del arroz y el azúcar, del 20 por ciento en el caso del trigo, cerca del 30 por ciento en el precio de la mantequilla, los cereales secundarios y semillas oleaginosas y en más del 50 por ciento los aceites vegetales.
La media de precios nominales de los alimentos entre 2008 y 2017 establece un incremento de los mismos del 20% para la carne de vacuno y porcino con respecto a los niveles de entre 1998 y 2007.
Los dos organismos internacionales ponen de relieve que el elevado precio de los alimentos seguirá afectando con más dureza a las poblaciones pobres especialmente en las zonas urbanas de los países con escasos ingresos. Así pues, aunque la ayuda humanitaria es la la mejor solución a corto plazo, el acento debe ponerse en el aumento de la productividad de las explotaciones agrícolas.
Además, la respuesta no debe ser el proteccionismo sino la apertura de los mercados y la liberalización de la capacidad productiva de los agricultores, tal y como subrayó el secretario general de la OCDE, Angel Gurría, durante la presentación del informe a la prensa.
"Las restricciones comerciales tienen a menudo efectos indeseables e inesperados. Los subsidios a la exportación agrícola contribuyen a dañar la capacidad agrícola y la estabilidad social del medio rural en muchos países en desarrollo", advirtió Gurría.
Por su parte, el director general de la FAO, Jacques Diouf, destacó que "a pesar de la situación actual de los precios, o precisamente a causa de ello, las disponibilidad alimentaria por habitante debería aumentar a escala mundial", como es el caso de la producción y el consumo de productos animales en muchos países en vías de desarrollo.
PROBLEMAS DE OFERTA.
No obstante, Diouf mostró su preocupación por el hecho de que el informe demuestra que los precios podrían bajar pero los 'stocks' podrían seguir siendo débiles, lo que quiere decir que en el futuro cualquier imprevisto en la oferta, algo muy probable dada la creciente frecuencia de sequías, podría provocar un nuevo aumento de los precios.
Según Diouf, el aumento de los precios, sin embargo, abre perspectivas de crecimiento de la producción e ingresos para los productores rurales por lo que puede aprovecharse para relanzar la agricultura en países con escasa productividad. "Debemos aprovechar la ocasión para reforzar las capacidades de estos países para que respondan al aumento de la demanda de los productos agrícolas", dijo.
Entre los factores que están detrás del alza de precios en los últimos años, el documento de la FAO y la OCDE menciona la sequía en algunas de las principales regiones cerealeras del mundo, aunque se trata de una causa transitoria.
A ello se añade un empeoramiento de las cosechas, notablemente en países como Australia, la producción de biodiesel, los cambios en la dieta de la población de los países emergentes, los flujos de inversión en los mercados de cotización de materias primas y los elevados precios del crudo, que impulsan al alza los gastos de producción.
REPLANTEARSE LA PRODUCCIÓN DE BIODIESEL.
El informe sugiere también que, debido a la situación de la oferta y la demanda, sería necesario recurrir a cultivos modificados genéticamente e insinúa que es necesario un replanteamiento de los programas de producción de biodiesel por el daño que están ejerciendo en el suministro de cereales destinados a la alimentación del ganado y al consumo en general.
Según el informe, la producción mundial de etanol se triplicó entre 2000 y 2007 y se espera que se duplique de nuevo de aquí a 2017, para alcanzar los 127.000 millones de litros anuales. Y la de biodiesel aumentará desde 11.000 millones de litros anuales en 2007 a cerca de 24.000 millones en 2017.
El crecimiento en la producción de biocombustibles provoca por tanto mayor demanda de cereales, semillas oleaginosas y azúcar, con lo que se contribuye a mantener altos los precios.
En los países de la OCDE la producción de biocombustibles ha sido promovida con medidas políticas y el informe indica que "no está claro que la seguridad energética y los objetivos medioambientales y económicos" se logren con las tecnologías de producción actuales.
"Con una producción de biocarburantes que debería más que duplicarse en el curso de la próxima década, según las estimaciones más prudentes, se intensifica la presión ejercida sobre la agricultura", indica el director general de la FAO.
En su opinión, se debe analizar su "incidencia" y tomar las medidas necesarias para no repetir los "errores" políticos cometidos en el pasado a nivel mundial, que terminaron pagando "muy caro" los países más pobres.
El secretario general de la OCDE añade también los "factores especulativos" que contribuyen al nerviosismo y la volatilidad de los mercados. "Lo que se necesita ahora es una respuesta objetiva, efectiva, coherente y global para evitar que la situación sea peor", advierte.