Los precios y sus consecuencias
01/10/2010 - 09:45
Por:
Editorial
La inflación española agudizó su descenso y bajó en septiembre dos décimas hasta el -1%, encadenando ya siete meses consecutivos en valores negativos. Guadalajara no fue una excepción. En la provincia, los precios bajaron un 0,3 por ciento y la inflación interanual se situó en el -2 por ciento.
Lo que podría ser un dato más de una nada halagüeña recuperación económica se convierte, además en un síntoma más del escaso crecimiento económico. A pesar de ello, el Gobierno entiende que la economía española no se encuentra en una situación de deflación, pues alega que para eso debería producirse un descenso generalizado y permanente de los precios. Así, la ministra de Economía y Hacienda, Elena Salgado, confiaba ayer en que el IPC finalice 2009 con un crecimiento positivo, aunque muy moderado, a pesar de la nueva caída de los precios en septiembre. Sin embargo, siendo puristas y atendiendo a la definición que el Fondo Monetario Internacional (FMI) hace de deflación (cuando los precios decrecen durante dos trimestres consecutivos) la economía española entró en deflación el pasado mes de agosto. Pero sin entrar en tecnicismos, los cierto es que la evolución de la inflación estructural que está alcanzando niveles mínimos y excesivamente bajos, más allá de lo esperado, ponen de manifiesto una clara contracción del consumo. No hay confianza entre la población, y con toda seguridad la subida de impuestos anunciada por el Gobierno va a contribuir todavía más al aumento de la desconfianza y a la caída de las ventas en todos los sectores. Por eso, se antoja urgente que se adopten las medidas necesarias que garanticen la estabilidad en el empleo. Algo más difícil de decidir es si se suben los salarios para normalizar el comportamiento de la inflación o si deben moderarse para mantener el empleo y la actividad de las empresas. Esa es la cuestión.