Los radares logran su objetivo de pacificación del tráfico
12/03/2012 - 11:16
Llevan un año funcionando, pero lo cierto es que consiguieron el objetivo marcado desde el minuto uno de su puesta en marcha. Los radares colocados el año pasado en la calle Julián Besteiro y en la avenida de Francia han conseguido que los conductores pisen el freno y reduzcan su velocidad, respetando la máxima para ambas vías, 40 kilómetros por hora, aunque es verdad que no todos, como reflejan los datos y estadísticas recogidos por los propios dispositivos.
Según detalla el concejal de Seguridad, Armengol Engonga, la velocidad media a la que circulan los vehículos cuando atraviesan el radar de Julián Besteiro es bastante inferior a la máxima permitida, pues se sitúa en 23 kilómetros por hora. En este caso, señala el concejal, juega un importante papel el semáforo situado justo antes del punto de medición del radar, por lo que es normal que se haya recogido esta cifra. Tan sólo un seis por ciento de los conductores que atraviesan este radar supera los 50 kilómetros por hora. La velocidad media nocturna, de 0.00 a 6.00 horas de la mañana, supera ligeramente a la diurna, con 27,2 kilómetros por hora.
Más rápido superan los conductores el radar ubicado en la avenida de Francia, pues la velocidad media registrada en este caso asciende a 40 kilómetros por hora. Cabe destacar en este punto, que hasta el 50 por ciento de los conductores superan los 50 kilómetros por hora, infringiendo, por tanto, las normas generales de circulación en la ciudad. Además, es por la noche cuando los conductores pisan más su acelerador, llegando a una velocidad media de 58 kilómetros por hora, como apunta y lamenta Engonga.
Al margen de los incumplidores, el concejal y el intendente jefe de la Policía Local de Guadalajara, Julio Establés, se muestran satisfechos por los resultados que están dando los radares en materia de pacificación del tráfico en estas dos vías. Aunque no existen datos concretos sobre la velocidad a la que los vehículos circulaban por estas dos calles antes de la instalación de los radares, se escogieron precisamente porque se había detectado que en ambos casos y, sobre todo en determinadas franjas horarias, los conductores superaban ampliamente la velocidad máxima permitida de 40 kilómetros por hora. Unido a ello, también fue determinante el hecho de que ambas registraran una alta densidad de vehículos. Actualmente, como explica Engonga, unos 81.000 coches pasan mensualmente por el radar de la avenida de Francia, frente a los más 130.000 que se registraron en el último mes en la calle Julián Besteiro que, como se aprecia, es aún más transitada que la anterior.
Según detalla el concejal de Seguridad, Armengol Engonga, la velocidad media a la que circulan los vehículos cuando atraviesan el radar de Julián Besteiro es bastante inferior a la máxima permitida, pues se sitúa en 23 kilómetros por hora. En este caso, señala el concejal, juega un importante papel el semáforo situado justo antes del punto de medición del radar, por lo que es normal que se haya recogido esta cifra. Tan sólo un seis por ciento de los conductores que atraviesan este radar supera los 50 kilómetros por hora. La velocidad media nocturna, de 0.00 a 6.00 horas de la mañana, supera ligeramente a la diurna, con 27,2 kilómetros por hora.
Más rápido superan los conductores el radar ubicado en la avenida de Francia, pues la velocidad media registrada en este caso asciende a 40 kilómetros por hora. Cabe destacar en este punto, que hasta el 50 por ciento de los conductores superan los 50 kilómetros por hora, infringiendo, por tanto, las normas generales de circulación en la ciudad. Además, es por la noche cuando los conductores pisan más su acelerador, llegando a una velocidad media de 58 kilómetros por hora, como apunta y lamenta Engonga.
Al margen de los incumplidores, el concejal y el intendente jefe de la Policía Local de Guadalajara, Julio Establés, se muestran satisfechos por los resultados que están dando los radares en materia de pacificación del tráfico en estas dos vías. Aunque no existen datos concretos sobre la velocidad a la que los vehículos circulaban por estas dos calles antes de la instalación de los radares, se escogieron precisamente porque se había detectado que en ambos casos y, sobre todo en determinadas franjas horarias, los conductores superaban ampliamente la velocidad máxima permitida de 40 kilómetros por hora. Unido a ello, también fue determinante el hecho de que ambas registraran una alta densidad de vehículos. Actualmente, como explica Engonga, unos 81.000 coches pasan mensualmente por el radar de la avenida de Francia, frente a los más 130.000 que se registraron en el último mes en la calle Julián Besteiro que, como se aprecia, es aún más transitada que la anterior.