
Los Reyes llegaron a Valdeluz en AVE
06/01/2013 - 14:41
Apenas 23 minutos empleó el tren AVE que trasladada a Sus Majestades
de Oriente desde la terminal madrileña de Atocha a la estación de Guadalajara-Yebes.
Con puntualidad suiza, a las 17:53 horas se abrían las puertas del penúltimo vagón y
Melchor, Gaspar y Baltasar se apeaban en esta parada. En el andén fueron saludados por
el alcalde de Yebes, que les dio la bienvenida y agradeció que hiciesen un alto en el
camino para participar en la cabalgata de Reyes de Valdeluz. La acogida fue aún más
calurosa en el mismo vestíbulo de la estación, donde un numeroso grupo de niñas y niños
del municipio les recibieron entre vítores y aplausos.
Desde la estación de Guadalajara-Yebes, los Reyes Magos se dirigieron a Valdeluz para
incorporarse a la comitiva real. A lomos de tres corceles de capa blanca, negra y castaña,
Melchor, Gaspar y Baltasar recorrieron las principales avenidas del núcleo urbano hasta
llegar a la Plaza de la Encina. En este punto de encuentro les esperaban decenas de niños
en compañía de sus madres y padres. Tras bajar de sus monturas, repartieron saludos y
gestos de cariño hacia los más pequeños antes de trasladarse al escenario, donde sentados
en sus tronos escucharon sus peticiones para esa noche y les hicieron entrega de sus cartas.
Joaquín Ormazábal no desaprovechó la ocasión para hacerles entrega de la carta con los
deseos del Ayuntamiento de Yebes para este año. Entre otras peticiones, el alcalde el
cumplimiento de los compromisos adquiridos para que de una vez por todas se repare el
agravio que desde hace años padecen los viajeros de la estación de Guadalajara-Yebes y
se proceda al establecimiento del servicio Avant con Madrid, en igualdad de condiciones en
cuanto a precios, frecuencias y periodicidad que disfrutan otras capitales de provincia. El
alcalde de Yebes asegura que no voy a cejar en el empeño de exigir que se salde una
deuda que tanto el Ministerio de Fomento como RENFE tienen contraída con Guadalajara y
los municipios limítrofes, por mucho que desde la capital se haga oídos sordos para secundar
esta reivindicación.