Los seguntinos tejen con gran devoción un nuevo manto floral para la Virgen de la Mayor

01/10/2010 - 09:45 Hemeroteca

Por: MAR GATO. MADRID
Cientos de devotos acudieron a la catedral para depositar sus ramos de flores en honor a la patrona
Como manda la tradición, un manto floral cubrió a la Virgen de la Mayor en la catedral de Sigüenza, templo al que se acercaron centenares de oriundos para rendir homenaje a la madre de Dios. Con el acompañamiento musical de la rondalla seguntina, dio comienzo el acto en la plaza del Ayuntamiento, trasladándose posteriormente al interior de la catedral, en el que tuvieron lugar el ofrecimiento de los distintos ramos de flores y la oportunidad de besar a la insignia de la Virgen de la Mayor, aferrada por el hermano mayor de la Cofradía, en este 2010 honor atribuido a Pedro Tamayo, un seguntino de 82 años devoto de la Virgen desde hace 65.
La devoción a Nuestra Señora de la Virgen de la Mayor de Sigüenza volvió a propiciar un año más que la pequeña y bella talla del siglo XII que preserva la catedral luciera un bello manto entretejido por las miles de flores depositadas como ofrenda por varios cientos de fieles seguntinos y de otros venidos de otros pueblos de la provincia, entre los que se contaban niños, jóvenes y mayores.
Todos ellos, minutos antes de las 11 de la mañana, se concentraban en la plaza del Ayuntamiento seguntino provistos con coloridos y abultados ramos de flores con la intención de brindárselos minutos más tarde a la Virgen de la Mayor. Junto a los anónimos aguardaba también la corporación municipal del Ayuntamiento de Sigüenza, con el alcalde a la cabeza, Francisco Domingo, además de las reinas y damas proclamadas en estas fiestas de San Roque –ataviadas con vestidos blancos y mantilla blanca en el caso de la reina y negra en el caso de las damas–, así como el hermano mayor de la Cofradía de la Virgen de la Mayor, Pedro Tamayo, encargado de portar la reluciente insignia de la Virgen de la Mayor que posteriormente sería besada por todos los fieles que así lo quisieron una vez depositaron sus flores en al altar.
Mientras llegaba la hora, algunos aprovechaban los minutos para tomar aire después de haber participado en la quinta jornada popular de la bicicleta, un evento que les llevó de paseo a dos ruedas hasta el cercano pueblo de Moratilla del Henares. “Hay que compatibilizar todas las actividades en las fiestas”, indicó el alcalde respecto a la actividad deportiva y religiosa que se sucedería durante la mañana de ayer domingo. De ésta última dijo que es una antigua tradición de pueblos de la zona que Sigüenza quiso recuperar hace ahora cinco lustros por la devoción que sienten a la Virgen de la Mayor y que hoy día viene a ser uno de los actos más bellos que se llevan a cabo en el municipio seguntino.
A las 11 en punto, y con la sonora llamada de las campanas, la colorida y aromatizada comitiva, dirigida en sus pasos por el canónigo de la catedral de Sigüenza, Jesús de las Heras, se dirigió hacia las puertas del grandioso templo, un corto trayecto que estuvo amenizado por el acompañamiento musical de la rondalla seguntina.
Una vez dentro de la catedral, los devotos se organizaron en una única fila a lo largo del pasillo central, y que incluso llegó a extenderse fuera del recinto catedralicio, con el único fin de brindar su ofrenda floral a la Virgen de la Mayor, majestuosa en un retablo en el que ayer se sucedían otros arreglos florales en tonos blancos que aumentaron si no más la belleza de la imagen y del momento.
Acompasados por los cánticos de la rondalla seguntina –entre los que no faltaron melodías tan conocidas como el Ave María o la Salve Rociera adaptada a la Virgen seguntina– y algunas oraciones iniciadas por el canónigo desde el gran púlpito, y que fueron seguidas en su recitado por los presentes, los primeros en hacer su ofrenda a la imagen fueron la reina y las damas de las fiestas, seguidas del alcalde y la corporación municipal. Imitando a éstos depositaron posteriormente sus ramos de flores el resto de asistentes, teniendo un importante peso en esta sucesión de personas las peñas seguntinas, que agrupadas a razón de su atuendo correspondiente hicieron lo propio frente a la talla.
Tras la presentación de sus respetos a la imagen, los fieles tuvieron la oportunidad de besar la insignia, sujeta por las manos del hermano mayor, y recibir una estampa de la Virgen la Mayor con su oración, momento que muchos aprovecharon además para dejar una limosna.
Tras poco más de media hora, la Virgen de la Mayor tenía ante sí una verja adornada con cientos de flores, símbolo del fervor religioso de los seguntinos hacia una tradición que aumenta año tras año, sobre todo entre los más jóvenes. Incluso a los que más rezagados y trasnochados que se arremolinaban a las puertas de la catedral, el canónigo les invitó a entrar con estas palabras: “la Virgen siempre nos acoge en todos los estados”.
Con el recitado de la oración de la Virgen de la Mayor, tres vivas y un aplauso generalizado, daba por concluido el acto de la ofrenda, que no la actividad en la ciudad del Doncel, retomada con una nueva misa y un ambiente festivo que volvió a trasladarse a las calles del pueblo.

Dos citas ineludibles
A pesar de que lleva pocos años celebrándose en Sigüenza, la ofrenda floral a la Virgen de la Mayor es uno de los actos religiosos principales que se celebran en las fiestas en honor a San Roque junto con la Procesión de los Faroles, un evento declarado de Interés Turístico Provincial que se celebrará el próximo domingo a partir de las 21.00 horas.