Los tres presuntos autores del atentado de la T4 se niegan a declarar ante la Audiencia Nacional
01/10/2010 - 09:45
Por: EUROPA PRESS
TERRORISMO
Los etarras se comunicaban por silbidos durante su secuestro
El juicio, que se prolongará hasta el próximo jueves, comenzó con la llegada a la sala de los tres acusados tras 45 minutos de retraso. Tranquilos y con sonrisas se dirigieron a los amigos y familiares presentes a pesar de que allí también se encontraban los parientes de los fallecidos y miembros de las asociaciones de víctimas Dignidad y Justicia y la Asociación de Víctimas del 11-M.
Tras ello, el presidente del tribunal dio traslado a las partes de una nueva prueba pericial consistente en una nota manuscrita por San Sebastián y encontrada en su casa, en la que aparecen los números de los Bomberos de Madrid , a los que avisó de la colocación de la bomba.
Sin embargo, los imputados se negaron a responder a las preguntas del fiscal Daniel Campos, las acusaciones particulares, la acción popular ejercida por la Asociación de Víctimas del Terrorismo y la abogada de la defensa, que no formuló preguntas. No reconozco a este juzgado fascista y no voy a declarar, afirmó Sarasola. Portu aseguró que todo lo que debería decir aquí lo declaró bajo tortura y San Sebastián fue el último en negar el tribunal y acusarlo de aceptar la tortura.
Los tres acusados se enfrentan a 900 años de cárcel cada uno por su supuesta participación en el atentado. En concreto, el fiscal les considera responsables de dos delitos consumados de asesinato terrorista, uno de estragos terroristas y 41 de intento de asesinato, en relación con el número de personas que resultaron heridas a causa de la explosión. Durante la vista, también declararon tres funcionarios de Policía que intervinieron en las diligencias tras el atentado. El primero de ellos relató las dificultades iniciales para localizar la furgoneta tras las llamadas telefónicas que realizó Portu para avisar del atentado, ya que en los datos aportados bailaba un número de la matrícula. El segundo de los agentes confirmó que hubo un error en los dígitos aunque no precisó si procedía del informante de ETA o si partió de la persona que tomó los datos de la llamada.
Imágenes del conductor
El segundo funcionario de la Policía explicó cómo se visualizaron las imágenes grabadas por las cámaras de seguridad de la terminal del aeropuerto y se encontró la imagen de un individuo que resultó muy llamativo por la indumentaria que llevaba, ya que portaba una muleta, una gorra con visera y una mascarilla para no ser reconocido. Además, se comprobó que a pesar de andar con la muleta no cojeaba y también se encontraron imágenes de la furgoneta y del conductor de ésta que al parecer llevaba una gorra con un anagrama parecido al que portaba el individuo con la muleta.
Las conclusiones provisionales del Ministerio Público señalan que el ex jefe militar de ETA, Txeroki fue quien dio a los acusados las indicaciones de cómo llevar a cabo el atentado e incluso indicó cómo debía ir caracterizado Sarasola. El dueño de la Renault Traffic empleada pro los terroristas, quien fue secuestrado el 27 de diciembre de 2006 cuando se encontraba en el sur de Francia, testificó que en ningún momento vio a sus captores ya que le taparon la cabeza con una capucha y le advirtieron de que no intentara hacer nada porque iban en serio. También señaló que entre ellos sólo se silbaban. Asimismo, explicó que le pidieron que mandara un mensaje de móvil a algún familiar para que no se preocuparan y le aseguraron que la noche del 31 de diciembre estaría libre aunque su secuestro acabó antes porque los captores se pusieron nerviosos tras escuchar una noticia en la radio y le anunciaron que todo había acabado. Después fue abandonado en otra localidad francesa y desde ahí cruzó la frontera a España sin darse la vuelta para ver a los etarras ya que estaba aterrado. Si había aguantado tres noches en un maletero, podía esperar un poco más, indicó.
Rentería seguía ligado a ETA
El que fuera jefe de ETA, Ignacio Gracia Arregi, alias Iñaki de Rentería, puesto en libertad desde el pasado miércoles, seguía ligado a la línea dura de la banda durante su estancia en prisión y llegó a recibir en la cárcel de Puerto I (Cádiz), donde permaneció un año y medio, las visitas del colectivo de abogados de la banda (Halboka), desarticulado el pasado mes, según fuentes penitenciarias. Gracia Arregi se encuentra en una localidad de Guipúzcoa donde reside en el domicilio de unos familiares. En las labores de vigilancia participan cerca de una veintena de agentes de la Policía Nacional.
Fuentes penitenciarias precisaron que Iñaki de Rentería era uno de los presos veteranos de ETA que se mantenía fiel y seguía las consignas de las tesis que defienden el mantenimiento de la violencia frente a la vía posibilista que representa Arnaldo Otegi y la Declaración de Alsasua. El posicionamiento de Gracia Arregi dentro de la banda explica su estancia en la cárcel de Puerto I durante los casi dos años de condena que cumplió en España por el delito de asociación de malhechores por el que previamente ya había cumplido en Francia otros ocho años.
Tras ser entregado por las autoridades galas en el año 2008, este terrorista pasó unos días en la cárcel madrileña de Soto del Real hasta que fue rápidamente trasladado a Cádiz. En el penal gaditano es donde se recluye a los presos de ETA más recalcitrantes, insisten estas fuentes para describir el perfil de Iñaki de Rentería, cuyo nombre además se mantenía en las listas del Colectivo de Presos de ETA (EPPK).
Otra prueba de su conexión con el sector más radical de la banda eran las visitas que recibía en prisión del grupo de abogados desarticulado el pasado 14 de abril y que estaba encabezado por Jon Emparanza y Arantza Zulueta, según las mismas fuentes.
EN CASA DE UNOS FAMILIARES
Desde que fuera puesto en libertad el pasado miércoles, Gracia Arregi abandonó Cádiz y se desplazó hasta el País Vasco, donde fue localizado el fin de semana, después de que la Audiencia Nacional ordenase establecer, a instancias de la Fiscalía, medidas de vigilancia sobre el etarra.
Gracia Arregi se encuentra en una localidad de Guipúzcoa, donde reside en el domicilio de unos familiares y en las labores de vigilancia participan cerca de una veintena de agentes de la Policía Nacional, quienes tienen serias dificultades para controlar a una persona sobre la que no hay ninguna investigación en curso ni mantiene ninguna causa pendiente con la Justicia. La Fiscalía pidió el pasado viernes abrir un nuevo procedimiento para juzgarle por el intento de asesinato del Rey en 1995.
Entre las medidas que ha impuesto la Audiencia Nacional también se encuentra la prohibición de abandonar el territorio nacional y la obligación de fijar un domicilio fijo. Sobre este último punto, la Policía ya ha constatado que no cuenta con residencia fija en el País Vasco. A esto se añade la dificultad de que, antes de ser arrestado en el año 2000, Gracia Arregi ya llevaba años en la clandestinidad en Francia.
Sin embargo, los imputados se negaron a responder a las preguntas del fiscal Daniel Campos, las acusaciones particulares, la acción popular ejercida por la Asociación de Víctimas del Terrorismo y la abogada de la defensa, que no formuló preguntas. No reconozco a este juzgado fascista y no voy a declarar, afirmó Sarasola. Portu aseguró que todo lo que debería decir aquí lo declaró bajo tortura y San Sebastián fue el último en negar el tribunal y acusarlo de aceptar la tortura.
Los tres acusados se enfrentan a 900 años de cárcel cada uno por su supuesta participación en el atentado. En concreto, el fiscal les considera responsables de dos delitos consumados de asesinato terrorista, uno de estragos terroristas y 41 de intento de asesinato, en relación con el número de personas que resultaron heridas a causa de la explosión. Durante la vista, también declararon tres funcionarios de Policía que intervinieron en las diligencias tras el atentado. El primero de ellos relató las dificultades iniciales para localizar la furgoneta tras las llamadas telefónicas que realizó Portu para avisar del atentado, ya que en los datos aportados bailaba un número de la matrícula. El segundo de los agentes confirmó que hubo un error en los dígitos aunque no precisó si procedía del informante de ETA o si partió de la persona que tomó los datos de la llamada.
Imágenes del conductor
El segundo funcionario de la Policía explicó cómo se visualizaron las imágenes grabadas por las cámaras de seguridad de la terminal del aeropuerto y se encontró la imagen de un individuo que resultó muy llamativo por la indumentaria que llevaba, ya que portaba una muleta, una gorra con visera y una mascarilla para no ser reconocido. Además, se comprobó que a pesar de andar con la muleta no cojeaba y también se encontraron imágenes de la furgoneta y del conductor de ésta que al parecer llevaba una gorra con un anagrama parecido al que portaba el individuo con la muleta.
Las conclusiones provisionales del Ministerio Público señalan que el ex jefe militar de ETA, Txeroki fue quien dio a los acusados las indicaciones de cómo llevar a cabo el atentado e incluso indicó cómo debía ir caracterizado Sarasola. El dueño de la Renault Traffic empleada pro los terroristas, quien fue secuestrado el 27 de diciembre de 2006 cuando se encontraba en el sur de Francia, testificó que en ningún momento vio a sus captores ya que le taparon la cabeza con una capucha y le advirtieron de que no intentara hacer nada porque iban en serio. También señaló que entre ellos sólo se silbaban. Asimismo, explicó que le pidieron que mandara un mensaje de móvil a algún familiar para que no se preocuparan y le aseguraron que la noche del 31 de diciembre estaría libre aunque su secuestro acabó antes porque los captores se pusieron nerviosos tras escuchar una noticia en la radio y le anunciaron que todo había acabado. Después fue abandonado en otra localidad francesa y desde ahí cruzó la frontera a España sin darse la vuelta para ver a los etarras ya que estaba aterrado. Si había aguantado tres noches en un maletero, podía esperar un poco más, indicó.
Rentería seguía ligado a ETA
El que fuera jefe de ETA, Ignacio Gracia Arregi, alias Iñaki de Rentería, puesto en libertad desde el pasado miércoles, seguía ligado a la línea dura de la banda durante su estancia en prisión y llegó a recibir en la cárcel de Puerto I (Cádiz), donde permaneció un año y medio, las visitas del colectivo de abogados de la banda (Halboka), desarticulado el pasado mes, según fuentes penitenciarias. Gracia Arregi se encuentra en una localidad de Guipúzcoa donde reside en el domicilio de unos familiares. En las labores de vigilancia participan cerca de una veintena de agentes de la Policía Nacional.
Fuentes penitenciarias precisaron que Iñaki de Rentería era uno de los presos veteranos de ETA que se mantenía fiel y seguía las consignas de las tesis que defienden el mantenimiento de la violencia frente a la vía posibilista que representa Arnaldo Otegi y la Declaración de Alsasua. El posicionamiento de Gracia Arregi dentro de la banda explica su estancia en la cárcel de Puerto I durante los casi dos años de condena que cumplió en España por el delito de asociación de malhechores por el que previamente ya había cumplido en Francia otros ocho años.
Tras ser entregado por las autoridades galas en el año 2008, este terrorista pasó unos días en la cárcel madrileña de Soto del Real hasta que fue rápidamente trasladado a Cádiz. En el penal gaditano es donde se recluye a los presos de ETA más recalcitrantes, insisten estas fuentes para describir el perfil de Iñaki de Rentería, cuyo nombre además se mantenía en las listas del Colectivo de Presos de ETA (EPPK).
Otra prueba de su conexión con el sector más radical de la banda eran las visitas que recibía en prisión del grupo de abogados desarticulado el pasado 14 de abril y que estaba encabezado por Jon Emparanza y Arantza Zulueta, según las mismas fuentes.
EN CASA DE UNOS FAMILIARES
Desde que fuera puesto en libertad el pasado miércoles, Gracia Arregi abandonó Cádiz y se desplazó hasta el País Vasco, donde fue localizado el fin de semana, después de que la Audiencia Nacional ordenase establecer, a instancias de la Fiscalía, medidas de vigilancia sobre el etarra.
Gracia Arregi se encuentra en una localidad de Guipúzcoa, donde reside en el domicilio de unos familiares y en las labores de vigilancia participan cerca de una veintena de agentes de la Policía Nacional, quienes tienen serias dificultades para controlar a una persona sobre la que no hay ninguna investigación en curso ni mantiene ninguna causa pendiente con la Justicia. La Fiscalía pidió el pasado viernes abrir un nuevo procedimiento para juzgarle por el intento de asesinato del Rey en 1995.
Entre las medidas que ha impuesto la Audiencia Nacional también se encuentra la prohibición de abandonar el territorio nacional y la obligación de fijar un domicilio fijo. Sobre este último punto, la Policía ya ha constatado que no cuenta con residencia fija en el País Vasco. A esto se añade la dificultad de que, antes de ser arrestado en el año 2000, Gracia Arregi ya llevaba años en la clandestinidad en Francia.