Los vecinos se unen contra los okupas de la plaza del Concejo

19/06/2017 - 12:22 M. M.

Unas 40 personas, según los vecinos, viven desde hace tres meses en un edificio de viviendas de nueva construcción situado enfrente del Centro Cívico. Los vecinos denuncian la situación y sospechan que detrás hay una mafia que subarrienda las casas okupadas.

Los vecinos del entorno de la plaza del Concejo, en pleno casco histórico, han unido fuerzas contra las molestias ocasionadas por un numeroso grupo de personas que desde hace unos tres meses okupa un bloque entero de viviendas situado frente al edificio del Centro Cívico. Se han constituido en plataforma para promover acciones conjuntas para defender sus derechos y denunciar el hecho ante las instituciones oportunas.
    El edificio en cuestión es una promoción de viviendas, locales y garajes, todavía sin estrenar, cuyas obras terminaron alrededor de 2012. Su propietario actual es el banco Sabadell y, de hecho, se anuncian en la página de Solvia, inmobiliaria de la entidad. Según esta oferta hay viviendas y dúplex de uno, dos o tres dormitorios, con uno o dos baños. “Todas disponen de excelentes calidades, con solados de tarima, armarios empotrados y trastero anejo en cada una de ellas”, se anuncia.
    Comenzó a verse gente por el edificio hace aproximadamente tres meses, relatan los vecinos. “Al principio era poca gente, que prácticamente se escondía para no ser vista, pero ahora no ocultan su estancia”, afirman. Calculan que actualmente puede haber hasta 40 personas viviendo en el edificio, también niños. Se les puede ver tranquilamente a través de las ventanas abiertas, incluso han colgado alguna jaula con sus pájaros en la fachada, y se reúnen en la plaza a cualquier hora del día o de la noche. Hasta aquí, puede parecer la vida normal de un vecindario. Pero los problemas son constantes, desde el elevado volumen al que suelen tener la música, pasando por los malos olores y el ambiente de inseguridad que se ha generado. La Policía ha tenido que acudir más de una vez.
    Hace unas semanas, se tuvo que tapiar la puerta de uno de los solares cercanos donde, a falta de agua corriente en las casas, tiraban las defecaciones, originándose un olor nauseabundo, según describen los vecinos. También se les ha podido ver sobre el tejado de una vivienda baja de un patio interior colindante.
    Almacenan la basura que generan dentro del propio edificio lo que, temen los vecinos, puede generar pronto la aparición de ratas por el barrio, y se oyen obras de derribos de tabiques y elementos constructivos que, se presupone, no tienen ni la autorización ni la supervisión requerida. De hecho ya son visibles algunos desperfectos en el edificio desde fuera.
    También han acudido técnicos de la compañía eléctrica en varias ocasiones para retirar las conexiones irregulares que han efectuado para tener luz. No obstante, actualmente tienen electricidad y los vecinos afirman que también agua corriente.
    La tensión en el barrio va en aumento. Se vive una situación de inseguridad y los vecinos advierten de que se está produciendo un efecto llamada ya que se han detectado nuevas okupaciones, o intentos, en otros pisos de la zona que en estos momentos están sin inquilinos. Sospechan que se puede trata de una mafia que se encarga de realquilar las viviendas okupadas y sacar un beneficio de una propiedad ajena.

Indefensión total
Desde la Plataforma de Vecinos y Comerciantes del Centro de Guadalajara han intentado ponerse en contacto con el director del banco Sabadell en Guadalajara, sin que hasta el momento hayan obtenido respuesta afirmativa.
    Los vecinos se encuentran indefensos ante esta situación sobrevenida. Denuncian la dejadez del propietario del inmueble, la pasividad del sistema jurídico y piden al Ayuntamiento que ponga todas las medidas a su alcance para restaurar la tranquilidad que siempre ha caracterizado a este barrio, señalando que, si no puede hacer nada en cuanto a la intromisión en una propiedad privada, sí puede exigirles, como a cualquier vecino, que mantengan las conductas de civismo, seguridad y salubridad.