Madrid quiere libertad en los horarios comerciales
01/10/2010 - 09:45
La pretensión del Ejecutivo madrileño de liberalizar al máximo los horarios de los comercios en esta comunidad, a través de un proyecto de ley de modernización del sector que eliminaría los baremos actuales a partir del verano próximo, no sólo la consolidará a la vanguardia de este tipo de movimientos sino que, en principio, la distanciará sobremanera de los planes del resto de administraciones territoriales.
Desde finales de 2004, en una de las primeras reformas acometidas por el Gobierno socialista de José Luis Rodríguez Zapatero, se estableció para toda España un mínimo de ocho domingos o festivos de apertura, al que se acogieron la mayoría de las autonomías.
De hecho, mientras la tónica general era la de abrir en menos jornadas festivas -sólo cinco autonomías, todas gobernadas por el PP, mantuvieron el nivel anterior-, en Madrid se ha seguido justo el camino contrario con el respaldo del Consejo Nacional de la Competencia (CNC), las grandes empresas de distribución comercial y varias asociaciones de consumidores. En frente de ellos se han posicionado, además de los sindicatos, la patronal de las pequeñas y medianas empresas (Copyme) y la Confederación Española de Comercio (CEC) que, además de criticar que dicha medida no haya sido consensuada con todo el sector, advierten que destruirá empleo -sobre todo, en las tiendas de barrio, apuntan-, hasta 100.000 puestos en toda la región.
Frente a lo que ocurre en Madrid, en Andalucía y Cataluña, dos de los principales territorios por número de habitantes y establecimientos comerciales, no se prevén cambios en materia de horarios, mientras que en la Comunidad Valenciana se pretende avanzar más en esa libertad a nivel general pero con nuevas limitaciones a las tiendas casi de 24 horas regentadas por ciudadanos asiáticos, sobre todo chinos. A su vez, en el País Vasco, donde la ley dice que se pueden abrir ocho festivos pero en la práctica -por un acuerdo tácito entre las partes afectadas- no se hace ninguno, se quieren limitar las aperturas para todo establecimiento con más de 150 metros cuadrados (ahora ese limite se situaba en 400 metros).
De hecho, mientras la tónica general era la de abrir en menos jornadas festivas -sólo cinco autonomías, todas gobernadas por el PP, mantuvieron el nivel anterior-, en Madrid se ha seguido justo el camino contrario con el respaldo del Consejo Nacional de la Competencia (CNC), las grandes empresas de distribución comercial y varias asociaciones de consumidores. En frente de ellos se han posicionado, además de los sindicatos, la patronal de las pequeñas y medianas empresas (Copyme) y la Confederación Española de Comercio (CEC) que, además de criticar que dicha medida no haya sido consensuada con todo el sector, advierten que destruirá empleo -sobre todo, en las tiendas de barrio, apuntan-, hasta 100.000 puestos en toda la región.
Frente a lo que ocurre en Madrid, en Andalucía y Cataluña, dos de los principales territorios por número de habitantes y establecimientos comerciales, no se prevén cambios en materia de horarios, mientras que en la Comunidad Valenciana se pretende avanzar más en esa libertad a nivel general pero con nuevas limitaciones a las tiendas casi de 24 horas regentadas por ciudadanos asiáticos, sobre todo chinos. A su vez, en el País Vasco, donde la ley dice que se pueden abrir ocho festivos pero en la práctica -por un acuerdo tácito entre las partes afectadas- no se hace ninguno, se quieren limitar las aperturas para todo establecimiento con más de 150 metros cuadrados (ahora ese limite se situaba en 400 metros).