Manos Unidas quiere que la maternidad en los países subdesarrollados no sea causa de muerte

01/10/2010 - 09:45 Hemeroteca

Por: RAFAEL HERRERO. COLPISA
Cada minuto, una mujer muere a causa de su embarazo en alguna parte del mundo, sobre todo en los países subdesarrollados, lo que implica la pérdida de más de 10 millones de vidas durante toda una generación.
Este sobrecogedor dato de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el quinto punto de los Objetivos de Desarrollo del Milenio, que pretende en 2015 mejorar la salud de las madres y reducir en tres cuartas partes la tasa de mortalidad materna, han servido de acicate para que Manos Unidas centre sus esfuerzos durante 2008 en conseguir “que la maternidad no sea causa de muerte o discapacidad”.
Con su campaña número 49, bajo el lema “Madres sanas, derecho y esperanza”, esta ONG de signo católico persigue que las mujeres de las zonas más desfavorecidas del orbe reciban “las atenciones y cuidados que el embarazo y el parto requieren”, máxime cuando se calcula que más de medio millón de féminas mueren al año por complicaciones que son tratables o prevenibles durante estas fases hasta que se da a luz.

Embarazos desatendidos
Y es que, la tesis de Manos Unidas es que las muertes, lesiones y discapacidades relacionadas con el embarazo “son las más desatendidas del mundo”. En numerosas ocasiones, porque son considerados asuntos “que conciernen únicamente a las mujeres, por lo que los hombres y los gobiernos han mostrado cierto desinterés y en los que los recursos invertidos suelen ser escasos”. Los esfuerzos de la ONG se centrarán en esta materia toda vez que consideran a la maternidad como “el eslabón que une a las generaciones, transmitiendo los valores y logros conseguidos; el desarrollo de los pueblos no será posible sin unas madres sanas que sean su esperanza”, subrayó Begoña de Burgos, presidenta de Manos Unidas.
Reclaman, por tanto, para todas las mujeres “el derecho a vivir la maternidad como una experiencia elegida, gozosa, compartida, segura para su vida y la de sus hijos”. La misionera Amparo Cuesta, partícipe en la presentación informativa de la campaña, ha vivido más de 30 años en Malawi y estima que “las mujeres son el futuro de África”. Si no están sanas, enfatiza, “no habrá futuro para el continente olvidado”. Según Cuesta, la mujer es el sostén del edificio familiar y social en países tercermundistas: “Llevan todo el peso del trabajo diario, cuidando de la familia, atendiendo las labores del campo y preocupándose por los enfermos”; por tanto, un fundamental puntal de la cohesión.