Más de 10.000 personas enfervorecieron con el caballero negro en el Palenque de Hita
02/07/2011 - 23:04
Que el Festival Medieval de Hita esté declarado de Interés Turístico Nacional no es casualidad. Ningún acontecimiento habría podido reunir en un municipio de su tamaño a más de 10.000 personas alrededor de un acto que lleva 51 ediciones. Hita ayer viajó al Medievo e hizo viajar a todo el que se acercó a ella con su arquitectura, su mercadillo artesano, sus torneos a caballo, su música de época, su gente y, como no, de la mano del artífice del Festival, Manuel Criado de Val y Polandría, mujer de muchos hombres.
Hoy continúa abierto el mercado artesano, los juegos medievales y habrá visitas guiadas
Más de medio siglo de existencia no ha podido con ese embrujo que atrapa a miles y miles de personas todos los años y que las hacer repetir. Igual que Sevilla tiene un color especial, como dice la canción, Hita también lo tiene. Los culpables de este éxito son sus gentes, un pueblo de poco más de 400 habitantes que durante el primer fin de semana de julio, y desde hace 51 años, se ve transformado en la villa medieval que fue. Las calles y plazas lucían hermosos pendones y banderas de la época, sus vecinos cambiaron la indumentaria veraniega por elegantes vestidos, sus restaurantes ofrecían menú de aquellos años, la música y los tambores resonaban en cada esquina, ... Todo olía y sabía a festival medieval. Esa entrega y esa dedicación a algo tan suyo hicieron que ayer se desboradaran todas las previsiones de asistencia y hasta el propio alcalde, José Ayuso Blas, se mostraba sorprendido mientras disfrutaba del primer torneo de la tarde en El Palenque. Estoy mirando a mi alrededor y no me lo creo, hay más de 10.000 personas a nuestro alrededor, comentaba emocionado haciendo un guiño a la presidenta de la Diputación provincial en funciones, María Antonia Pérez León, que también se encontraba disfrutando del combate. Para el regidor hiteño era su primera experiencia en el palco medieval como alcalde, pues antes había ocupado la Concejalía de Cultura y había vivido el festival desde otra perspectiva. La exclamación José Ayuso tenía su por qué, además del recinto amurallado donde se celebran los torneos, la gente se agolpaba por encima del mismo y por las calles desde las que se podía atisbar a los caballeros. Todo el mundo está metido en el torneo, el pueblo está lleno y eso es por algo, subrayaba. Y no le faltaba razón, el graderío del Palenque estaba dividido en cuatro zonas, cada una animando y jaleando a los caballeros participantes en el torneo. Azules, grises, negros y verdes fueron los colores elegidos para hacer que los miles de visitantes que llegaron a Hita se implicaran en el Festival a través de sus combates y justas a caballo. El despiadado y provocador caballero negro levantó los abucheos del Palenque, mientras que el gentil caballero verde se ganó el cariño del público por su certeza en las pruebas de habilidad. Pero, al final, un torneo a muerte en el que se citaron a media noche fue el que encumbró la batalla final, a propuesta de los propios caballeros perdedores. Pero antes de que llegará la noche, hubo tiempo para disfrutar del mercadillo artesano, la música tradicional y de los personajes de nuestro folclore más tradicional. Botargas de todas partes, auspiciadas por la botarga anfitriona de Hita, vaquillones y dulzaineros se arremolinaban entre lugareños y visitantes para hacerse notar, hasta se colaron en el pasacalles de trajes medievales que reunió a más de 300 personas. Desde los más grandes, ya abuelos, hasta bebés, desfilaron por las calles de Hita, acudiendo así a la llamada del pueblo durante este quincuagésimo primer Festival Medieval. Queríamos que la gente que viniera a visitarnos se vistiera de época, como nosotros y creo que lo hemos conseguido, comentaba el alcalde. Y es que, además de optar a alguno de los premios que había en el concurso de trajes medievales, ir vestido de época tenía algunos privilegios como ocupar una tribuna de preferencia en el Palenque durante los torneos o pisar la propia tierra del recinto amurallado. Precisamente, ahí, a pie de Palenque se pudo ver al anterior alcalde de la villa, Alberto Rojo, vestido de gala, coordinando todos los entresijos del combate, con ayuda de otros hiteños, y abriendo el pasacalles de trajes medievales. Con menos responsabilidad que en años anteriores pero con la misma intensidad y entrega, así se encontraba Alberto Rojo en la tarde de ayer.
Otra persona que también vivió con intensidad la primera jornada del Festival Medieval, puesto que para hoy hay preparadas más actividades, era Manuel Criado de Val, artífice de esta gesta. Acompañado por su mujer, este magnate del mundo de las letras paseó por el mercadillo, asistió en primera fila a los combates y, como no, presidió la puesta en escena de Polandría, Mujer de muchos hombres, una adaptación propia de la segunda versión de La Celestina de Feliciano de Silva. La plaza Doña Endrina también estaba abarrotada de gente para admirar esta obra interpretada por la Compañía Paspartú bajo la dirección de Francesc Galceran.