Más de 5.000 personas arroparon la actuación de Rosendo

10/09/2014 - 09:33 Javier Pastrana Margüenda

En el mundo del rock, el espíritu contestatario no es sólo cosa de los jóvenes. De hecho, resulta complicado encontrar a alguien más fiel a sus ideales que un viejo rockero. Con Vergüenza torera, su último disco, Rosendo Mercado confirmó su vocación de justiciero luchador enemigo de la cara oscura de una sociedad a la que ya se enfrentó en Leño, con temas como Que tire la toalla. En la juventud se presupone el espíritu rebelde. En estos veteranos de los escenarios, la coherencia y la fidelidad son valores añadidos. Rosendo es más que música. Es un ideal en sí mismo, un hombre que se ha ganado el derecho a que le definan con cada una de las letras que forman la palabra leyenda. Más allá de la incombustible propuesta del de Carabanchel, Guadarock supo sumar al cartel de su noche más estridente la voz de la tierra. El primero en subirse al escenario fue un currante de la música, uno de esos profesionales que ha conseguido navegar en el mercado musical sin grandes éxitos, pero sin naufragar, que al final termina siendo lo más importante. Chema Sales comenzó a hacerse un nombre en la provincia con Luna Negra, los Sangre Azul alcarreños. Lo suyo era algo alejado del grunge, un sonido más melódico que también terminó escuchándose en trabajos como los que ha hecho con otras formaciones, como 20 segundos o El Gran Bonobo. Su visita a las fiestas de la capital, sin embargo, fue con el proyecto en solitario que lleva el nombre de Lo que me sale. A su favor tenía la baza de ser un artista de aquí, como han demostrado sus recientes actuaciones por la provincia; una amplia experiencia en los escenarios y la apuesta firme por un estilo musical. Tras su actuación subieron al escenario los miembros de una formación llegada desde esa pequeña autonomía de la provincia que es el Señorío de Molina, Sexmas. Los molineses llevan mucho tiempo cosechando éxitos, construyéndose un nombre con trabajo y talento. Su carrera de fondo arrancó en 2001. Trece años después se han dejado ver en el Viñarock, después de ganar en 2012 el certamen de Jóvenes Artistas de Castilla-La Mancha, y han tocado con grupos de renombre, como Siniestro Total, Vetusta Morla o Barricada.
La velada también contó con la actuación de Sexmas y Chema Sales
La Fuente de la Niña, con entrada libre para la ocasión, reunió a un buen puñado de aficionados al rock para escuchar a las dos propuestas del Guadarock. Sin embargo, no fue comparable con la masiva afluencia de jóvenes, adultos e incluso carritos de bebe, que acudieron a ver al de Carabanchel. Más de 5.000 personas llegaron a reunirse en una Fuente de la Niña que sigue siendo extremadamente cómoda a la hora de acoger eventos de este tipo. Aunque se puedan adscribir a un mismo género, los tres protagonistas de la noche tenían una personalidad propia y claramente diferenciada del resto. Sin embargo, fue Rosendo el aunténtico protagonista de la cita. No es raro, el público de la capital siempre ha sabido sacar el máximo partido a los nombres consolidados y sus clásicos. Además, el viejo rockero sigue siendo único a la hora de desatar un infierno sobre el escenario. Con solo tres artistas, es capaz de invocar una tormenta perfecta que ya quisieran para sí otras formaciones en las que los instrumentos tienden al infinito. A su oficio une, además, la capacidad de seguir creando joyas del rock, de haber superado ampliamente la larga sombra de Leño. Tras visitar su último disco con Mienten, la recta final fue cumpliendo deseos de forma progresiva con Masculino singular; Flojos de pantalón y su aclamado solo de guitarra; Pan de higo; Agradecido, con la que se desató el escándalo; y, tras un bis de transición, la imperecedera Maneras de Vivir, éxtasis de una noche difícil de olvidar. Los viejos rockeros nunca mueren y, en algunos casos, parecen rejuvenecer sobre los escenarios.