Más mus

21/09/2019 - 19:02 Emilio Fernández Galiano

En la partida nacional de nuestro ruedo ibérico, los jugadores se empeñan en darse un mus porque no saben ni tenerlas, en sentencia castiza que define al pésimo mosulari.

En el sabio juego de naipes, “mus” significa propuesta y resolución de repartir otra vez. Casi siempre para mejorar, o no, en ocasiones  para engañar al contrario y a veces, en perjuicio propio porque mejora más el rival. Llevamos una interminable partida de cuatro años en la que se han repartido cartas otras tantas veces; “más mus”, expresión que se utiliza cuando ya ha habido otros muses  anteriores (casualmente, MÁS MUS es también el nombre de una conocida asociación de musolaris de Sigüenza que, puntualmente cada verano, celebran su prestigioso torneo). 

En la partida nacional de nuestro ruedo ibérico, los jugadores se empeñan en darse mus porque no saben ni tenerlas, en sentencia castiza que define al pésimo musolari. Principalmente, por tener la exclusiva responsabilidad, por parte del ganador de los últimos campeonatos. Son triunfos bien pobres, la verdad, en este empeño de diseccionar los partidos como si fueran fragancias, a gusto del consumidor. En más de una ocasión y desde este mismo rincón he bendecido el bipartidismo por facilitar la gobernabilidad de España, sin necesidad de darse mus. Y si se quiere conservar la policromática gama de partidos, al menos que se instaure una segunda vuelta. 

En nuestra  monarquía parlamentaria no está prevista la elección directa por parte de los electores del presidente del gobierno, sin embargo, al final el elector con su voto está eligiendo a quien quiere que sea el presidente, por lo que resulta, al menos, paradójico. De ahí que modificar la ley electoral, y probablemente la Constitución, para instaurar una segunda vuelta o, en su caso, primar con más diputados a los principales partidos, facilitaría la gobernabilidad del país. 

Nos caracterizamos más por conservar que para unir, parafraseando a Baltasar Gracián. Conservamos lenguas, regiones, municipios, partidos, tendencias, tradiciones y costumbres. Todo eso está muy bien, pero propiciamos asociaciones de todo tipo, animalistas, sexuales, vegetarianas, veganas, anti vacunas, anti taurinas o la del tordo serrano. Aquí hay más recelos con  los embalses que ríos, y más denominaciones de origen que productos. Nos damos de bruces con los troncos de los árboles sin darnos cuenta de que estamos en el bosque. Ante tanta variedad, ¿quién piensa en España?

En el campeonato que MÁS MUS celebra cada verano en Sigüenza, en torno a las mesas de los jugadores suele haber “mirones” –que son de piedra y dan tabaco, rezaba el ripio popular-, pues en torno al tapete se observa ingenio, inteligencia y elegancia. Valga esta metáfora para adivinar qué no se observa en nuestros líderes actuales. En las mesas donde los jugadores no saben ni tenerlas, sólo les acompañaban las moscas. Tal vez porque en nuestro campeonato no tenemos cobertura de RTVE, afortunadamente. No me extraña que ante las próximas elecciones la gente ande mosqueada.