“Me veo en tierra de nadie pero intento hacer la música que quiero"

16/08/2017 - 10:59 Elena Andrés

Para los que aún no lo sepan, Lichis es el nuevo apodo de Miguel Ángel Hernando, todo un perro viejo en el panorama musical español.

Se trata del ex cantante de La Cabra Mecánica, un artista que alumbró con su voz temas como Felicidad o La Lista de la Compra. En solitario, Lichis continúa con la mezcla de estilos, dando a luz un mundo ecléctico donde todavía lo clásico vence sobre el apogeo de lo alternativo. De la mano del gran Dylan y los Beatles se atreve con el rock and roll más puro y el country que acaricia en ocasiones la música de autor. Ahora presenta nuevo disco, Mariposas, y nos habla de él con el entusiasmo de aquel que lleva amando su trabajo desde hace años. Quienes aún no lo conozcan, tendrán la posibilidad de escuchar su estilo retro en el Festival Gigante.

    En 2014 sacaste tu primer disco como Lichis que se llamó ‘Modo Avión’. ¿Cómo fue la experiencia de grabar en Nueva York?
     Fue una experiencia alucinante. Además, aprendí muchísimas cosas, sobre todo del lado humano y obviamente de la parte musical. Traté con gente que había estado con Johnny Cash, Bob Dylan y Elvis Costello. Todo parecía un sueño. Lo que más me marcó fue el respeto que sentían por la música, por el autor y las canciones.


     Después en tu propio estudio nació un EP llamado ‘Mariposas’, un formato que está ahora muy de moda. ¿Por qué un disco con sólo cinco canciones?
 Hace tiempo que tenía ganas de trabajar en este formato. Creo que vivimos en un momento en el que hay una eclosión de bandas y artistas muy importantes. Me recuerda incluso a los inicios de la industria musical en los años 50 o 60. Resulta muy complicado en los tiempos que corren que una persona escuche un disco entero porque no se dispone de tiempo. El formato EP creo que permite mostrar novedades con mayor frecuencia y es una buena manera de trabajar bien las canciones y darles su importancia.


    ¿Cómo describirías musicalmente tu último trabajo ‘Mariposas’?
 Mi anterior trabajo, Modo Avión, era más norteamericano y bastante ecléctico dentro del género musical. Mariposas sigue un poco este camino, mezclando temas rock y folk. Soy un poco ‘beatlemaniano’ es este sentido, por la variedad de estilos que empleo. Si Modo Avión era un disco más y norteamericano, quizás Mariposas es un viaje más de ida y vuelta con toques británicos de rock inglés.


    ¿En cuanto a las letras, que diferencia a ‘Modo Avión’ de ‘Mariposas’?
 Modo Avión era un disco más autobiográfico, personal  e incluso descarnado. Por este motivo, el lenguaje de las letras era más sencillo, ya que se trataba de contar historias gruesas y en carne cruda. En cambio, Mariposas es un disco más espectador del momento social o político en el que vivimos. Es un disco con más mala leche, con una visión más crítica de la realidad.  


    Hay una canción que se llama ‘Febrero’. ¿Consideras que es uno de los temas más íntimos del disco?
 El arreglo con cuerdas le ha dado una cierta calidez a la canción. Siempre me ha gustado mucho ese tipo de canciones hechas con una acústica y un chelo. Nos acabamos complicando y nos salió ese barroquismo ‘mccarniano’. Es un concepto de canción más desnuda y sensible.


    ¿Cómo es el proceso creativo a la hora de componer?
 No tengo un método y reconozco que me cuesta bastante. En general, si miro hacia atrás lo que suelo hacer es bocetar el primer tirón creativo, una cascada de la que suele salir una estrofa, unos acordes o un estribillo. Y a partir de ahí, lo más difícil es que salga una canción completa. Por eso, lo voy guardando en la nevera y, cuando llega la presión lógica, me pongo hasta sacar algo. A veces te toca tirar de ese hilo, casi a contra natura, para conseguir acabar las canciones.


    ¿ Cuáles son tus grupos fetiche?
 Hay muchísima gente que me gusta y dependiendo de la época en la que me encuentre me decanto más por un estilo. Ahora estoy retomando mi proyecto de blues y estoy trabajando mucho la guitarra y el piano, al mismo tiempo que escucho a Tom Petty o a Ryan Adams, aunque sigo siendo un fan absoluto de los Beatles y Bob Dylan. Si tuviera que marcharme a una isla desierta con las discografías de ambos ya tendría bastante para subsistir. Y por otro lado, dentro del pop español hay grupos interesantísimos como León Benavente y Ángel Stanich. Cada día descubro una banda nueva y apasionante con muchas cosas que decir. No suelo desechar nada, por lo que acaba siendo un proceso acumulativo.


    Lichis está rescatando estilos musicales que no suelen verse mucho en España como el rock clásico o el country. ¿Qué opinión tiene sobre todo esto?
 Ya me lo dijeron cuando saqué el disco, que el rock americano es un estilo muy conocido, pero quizás no va enganchado a un gran público en España. Quizás hago una música más de género, por decirlo de alguna manera, y eso aquí es complicado. Me pasó también en ocasiones con La Cabra Mecánica, cuando hacía cosas bastante eclécticas. Los gustos de la gente son como una rueda que pasa por determinada parte de tu repertorio y rechaza el resto.  Ahora mismo me veo en tierra de nadie, pero intento hacer la música que quiero. Ojalá en algún momento el público pueda tener una mayor empatía, pero de momento hay que alegrarse con lo que hay y seguir los impulsos y los sentimientos que uno tiene.


    ¿Qué conciertos te esperan próximamente?
 El pasado fin de semana actuamos en el Sonorama. Luego vamos también a Valencia, al Festival Brilla Rafelbunyo, e iremos cerrando algunas cosas. Ya en septiembre estaremos en el Festival Gigante de Guadalajara, algo que esperamos con muchas ganas.


    ¿ Te quedan sueños por cumplir en la música?
 A mis cuarenta y siete años poder seguir trabajando en la música ya es un reto. Poder alimentar a mis hijos y seguir haciendo lo que quiero es un verdadero sueño.