Medio centenar de narradores participaron en la fiesta que Cabanillas dedicó a los cuentos

17/06/2013 - 15:05 Redacción

.- “Contar un cuento es un milagro. Algo tan inexplicable como respirar, como abrazar a alguien, como enamorarse (…) No es cosa de decir “voy a contar un cuento”. Sería como decir: “voy a hacer un milagro”. Hace falta que llegue su hora y que haya cómplices (...) Entonces, cuando está contando se produce el prodigio: El narrador regala con su palabra su piel, su sangre, su risa, su amor a corazón abierto”. Con estas palabras –que la directora de la Biblioteca Pública de Cabanillas del Campo, Pilar de Isidro, tomó prestadas del dramaturgo argentino Jorge Díaz– empezaba a correr el cronómetro del Maratón de los Cuentos, que en su décimo tercera edición viajó hasta el municipio con la maleta repleta de historias. “El Maratón nos permite hacer una pausa en nuestra acelerada, estresante y, a veces, tensa vida diaria.
 
Durante unas horas, narradores y oyentes olvidamos nuestras preocupaciones para dejarnos llevar por el placer de la palabra. Además el Maratón sirve para acercar a las personas, para hacer amigos, para intercambiar experiencias e incluso para crear vínculos afectivos. Porque detrás de todo esto hay muchas personas y entidades involucradas”, decía De Isidro a modo de introducción.
A partir de ahí, cerca de cuatro horas dedicadas al cuento y más de medio centenar de narradores profesionales y noveles empeñados en envolver Cabanillas con la magia de la palabra. De romper el hielo sobre el escenario se encargó la concejal de Cultura del Ayuntamiento campiñero, Estela Iturregui, que enganchó al respetable con ‘La sopa de piedra’, una fábula con moraleja que trata sobre la cooperación frente a la escasez. La edil cedió el turno de la palabra a la narradora profesional Emma López, ilicitana con más de dos décadas de experiencia en esta profesión que le han hecho merecedora por dos años consecutivos del Premio Nacional Lectora que concede el Gobierno de España. López cautivó al respetable que el viernes llenó las butacas del salón de actos de la Casa de la Cultura con sus historias, con su vitalidad y con su frescura en el arte de contar. A continuación, por el escenario del XIII Maratón de los Cuentos –que lucía decorados diseñados por el colegio ‘Los Olivos’– desfilaron representantes de todas las generaciones y colectivos.
 
Narradores ‘veteranos’ –hubo presencia del Centro de Día de mayores y de la Asociación de Jubilados y Pensionistas de Cabanillas–; pequeños que se hicieron grandes en las tablas por su desparpajo y seguridad –delicioso fue el cuento musical interpretado por una decena de alumnos de la Escuela de Música y Danza del municipio–; jóvenes suficientemente preparados –el Centro Joven tampoco se perdió la cita–; mujeres que atesoran magníficas historias –entre ellas, las representantes del Centro de la Mujer y las de la Asociación ‘La Campiña’–; gentes entregadas –la Asociación Crecer Juntos llegó a Cabanillas con un cuento de osos y de espadas–, y buenos amigos que, como la Biblioteca de Marchamalo, no desoye nunca la invitación del vecino. Y además, profesionales de la talla y fama de Pep Bruno y Luisa Borreguero, así como decenas de narradores anónimos que quisieron compartir con los cabanilleros su pasión por la narración oral. En total, cuatro horas ininterrumpidas de historias sencillas de clásicos inolvidables, de narraciones por la igualdad, de leyendas increíbles y de relatos conmovedores. Cuatro horas durante las que Cabanillas del Campo se convirtió en ‘ciudad de cuento’.