Medio millar de personas disfrutan de la Octava del Corpus en Valverde de los Arroyos

01/10/2010 - 09:45 Hemeroteca

Por: BORJA TORRE. GUADALAJARA
Los danzantes de Valverde de los Arroyos cumplieron con la tradición, que data de hace más de 400 años, y dedicaron sus danzas al Santísimo Sacramento durante la festividad de la Octava del Corpus. A los actos del día, en el que el intenso sol fue la tónica general, acudieron personalidades políticas como María Antonia Pérez León, Araceli Muñoz o Luis Santiago Tierraseca, que no quisieron perderse este gran espectáculo, al igual que otros medio millar de personas que abarrotó la era comunal y la plaza María Cristina. La jornada se completó con la procesión por las calles principales del pueblo y la tradicional subasta de rosquillas hechas por las mujeres del pueblo.
Valverde de los Arroyos celebró su día más importante del año. Con motivo de la festividad de la Octava del Corpus, declarada de Interés Turístico Regional, se pudieron ver por sus calles demostraciones del folclore español más antiguo, donde los protagonistas indiscutibles fueron sin duda los danzantes, que emocionaron al público asistente con sus tradicionales danzas.
Eran las 12.00 horas cuando vecinos y visitantes de este bello pueblo de la Sierra Norte comenzaban a reunirse bajo el insistente sol en la plaza de María Cristina, frente a la iglesia de San Ildefonso, mientras que los principales actores del día llegaban con cuentagotas. Una vez acudieron los ocho danzantes, el botarga y el encargado de la flauta y el tambor, recogieron a los sacerdotes encargados de oficiar la santa misa en la puerta del Ayuntamiento.
A la eucaristía acudió una importante representación de la política provincial, como la presidente de la Diputación de Guadalajara, María Antonia Pérez León; la subdelegada del Gobierno, Araceli Muñoz; el delegado de la Junta, Luis Santiago Tierraseca; o la delegada de Cultura; Riansares Serrano, entre muchos otros.
Después de la misa tuvo lugar la procesión. La comitiva la abría el estandarte de la Hermandad, seguido de un gran racimo de rosquillas listas para ser subastadas más tarde –preparadas por las mujeres de la localidad–. Detrás iba el sacerdote con la custodia, los niños vestidos de comunión y el botarga y los danzantes. Tras una parada en un altar decorado para la ocasión, la procesión se detuvo en la antigua era comunal.
La expectación del medio millar de personas que se repartían alrededor de aquel paraje tuvo allí su recompensa cuando los danzantes y el botarga, repartidos por el amplio espacio, comenzaron a realizar su coreografía. Al ritmo de una alegre melodía de flauta, acompañada con sus castañuelas, representaron la danza de la cruz, que debe su nombre a la forma que tienen de colocarse frente a la custodia.
Una vez terminada la danza, que arrancó un fuerte aplauso de los asistentes, volvieron a la iglesia de San Ildefornso para dejar al Santísimo Sacramento en su lugar. Justo después, la acción volvió a centrarse en la plaza de María Cristina. Allí, frente al pequeño altar, los danzantes representaron la danza del paloteo, en la que el sonido de la madera al chocar fue el acompañamiento perfecto a la música. Esta vez, un problema no permitió que la danza pudiera salir al primer intento, pero con los ánimos de Pérez León –“Ahora va a ser”, jaleó la presidenta– y su voluntad, volvieron a ganarse la ovación del público con la danza más espectacular de las que se bailaron en el día.
Con el ruido de los palos todavía presente, comenzó la subasta de rosquillas. Estos dulces de grandes dimensiones, cubiertas de un apetecible glaseado blanco, se subastaron por parejas, que llegaron a alcanzar la cantidad de 35 euros. A su vez, el botarga pasaba la gorra entre el corro de personas que rodeaban a los danzantes pidiendo donativos para la Hermandad. Cada vez que alguna persona hacía algún desembolso gritaban “Paga y entra al trapo”, cumpliendo con otra de las tradiciones.
Pero ahí no terminó todo, pues aun quedaba una de las danzas: la de las cintas. En esta ocasión, el botarga se colocó en el centro de un círculo que formaban los danzantes con una larga vara de madera, de cuya parte superior colgaban unas cintas. El otro extremo de las cintas se encontraba en las muñecas de los danzantes. Durante la danza, las cintas se liaron alrededor de la vara debido a los numerosos cruces que se realizan durante la coreografía, pero al final volvió a su estado original, algo que provocó un nuevo aplauso por parte de los asistentes.
La presidenta de la Diputación, María Antonia Pérez León, definió la fiesta como “una cita ineludible, pues no sólo representa la tradición de un pueblo que ha sabido mantenerla durante más de 400 años, sino que su belleza rompe con todos los parámetros. Ver a los danzantes en la era haciendo esa salutación al Santísimo es increíble”. La presidenta hizo un especial hincapié en el paisaje de envuelve a Valverde de los Arroyos, “con sus montañas, con el Ocejón de fondo y con el verde y las flores haciendo de manto”. También expresó su admiración por esos “padres, hijos y nietos que generación tras generación vayan pasando esos acordes de las danzas, los vestidos y todo lo que lleva consigo la Octava”. “Éste es el espíritu de Guadalajara, mantener las tradiciones con todo el esfuerzo y contra cualquier obstáculo”, sentenció
Por su parte, Araceli Muñoz, que ya había visitado Valverde pero nunca antes durante la Octava del Corpus, declaró sentirse “impactada por el mantenimiento de una tradición con las raíces que ésta tiene, rodeados de un marco incomparable que hace de esta fiesta algo muy especial”. “Recomiendo a todo el mundo que no lo haya visto se acerque el próximo año, porque es realmente impresionante”, añadió.

Generaciones de danzantes
La tradición de los danzantes de Valverde de los Arroyos hace que éste sea un título que se traslada de generación en generación, como si fuese un título nobiliario perteneciente a una familia. Ángel Chicharro, el más veterano de todos ellos, aseguró que para él es “una gran ilusión llegar un año más, porque con éste son ya 43 años los que llevo danzando”. “Te animan mucho a seguir, pero por suerte o por desgracia me quedan ya pocos”, añadió. Y es que Ángel está pensando en retirarse y dejar su lugar a su hijo. “Será otro gran orgullo ver a mi hijo danzando, que ya sabe las danzas, pues lleva años ensayando”.